OMS advierte de una nueva pandemia

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El 5 de mayo pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) levantó la pandemia (tras más de tres años de haber declarado la alerta mundial por el coronavirus) y ahora nos avisa que es mejor estar preparados para la nueva pandemia por venir porque podría ser mucho más mortal.

Esta no será ni la primera, ni la última pandemia, eso debe quedarnos muy claro con tal cantidad de miles de millones de seres humanos, el deterioro climático, las elevadas temperaturas que agitan tanto a virus como a bacterias y la connivencia del ser humano con miles de especies animales todas transmisoras de patógenos.

No se equivoca Tedros Adhanom, titular de la OMS, en ponerlo sobre de la mesa y recordarlo sobre todo a unos líderes mundiales que tal parece ya han dado el carpetazo al coronavirus, aunque la gente siga muriendo por SARS-CoV-2 de forma importante. Porque el Covid-19 mata más que una gripe.

¿Realmente estamos preparados para enfrentar a otra pandemia mucho más letal que la del coronavirus? Mi respuesta es no. Para lo que estamos preparados es para correr a meternos en nuestras casas y atrincherarnos con agua y comida a cal y canto. Para tomarnos la copa de forma virtual con nuestra familia y ver la vida pasar a través de las redes sociales y mantenernos conectados al exterior a través de las diversas plataformas que incluso te permiten tomar clases virtuales o tener una junta laboral.

Pero fuera de eso como sociedad, seguimos sin saber cómo prevenir primero y como reaccionar de la mejor manera después, porque ya lo vimos: muchas personas se resistieron a ponerse mascarillas incluso cuando estábamos en los picos de mayores índices de mortalidad del coronavirus y hubo hasta quienes creyeron que todo era un invento o una conspiración mundial para controlar nuestros actos y coartar nuestras libertades. Un virus inventado.

Me parece una falacia decir que hacer acopio de alimentos, agua, confinarse, ponerse la mascarilla y usar gel hidroalcohólico es estar preparados como sociedad para la próxima pandemia porque ni siquiera sabemos inyectar o poner un suero. Y no deberíamos tomárnoslo en broma porque si en la reciente pandemia hubo gente en varios países que murió en la calle o en las puertas de un hospital a falta de camas y respiradores, en una pandemia, con un virus mucho peor que el coronavirus, quizá no haya manera de llegar a un hospital y el hospital sea nuestra propia casa.

Pero luego está el gobierno, sus políticas de salud pública, la red de hospitales comunitarios y la de los hospitales privados, el personal médico y los centros de atención primaria. ¿Qué ha pasado cuando se controló en cierta forma la transmisión y nos vacunamos? Que los gobiernos, en su mayoría, independientemente de si son países más o menos desarrollados, han vuelto a las andadas: a recortar personal sanitario, reducir la disponibilidad de camas hospitalarias por habitante y a seguir dándole de palos al sector salud.

 

A COLACIÓN

Yo estaba convencida de que ante la capacidad de aprendizaje del ser humano, como sociedad saldríamos más fortalecidos en vísperas de una nueva pandemia y muchos de los errores detectados en medio de la emergencia del coronavirus serían corregidos y que si algo tendría el sector salud sería dinero, más dinero y mejores política para fortalecerlo.

En realidad, lo que está viviéndose es todo lo contrario: los recortes de personal sanitario son una constante; los sindicatos claman por subidas de salarios que no llegan; muchos médicos y enfermeras que han quedado cansadísimos de la pandemia han adelantado sus jubilaciones o bien otros están de baja laboral.

El personal médico que fue contratado de urgencia ante la avalancha de gente enferma (es más hasta se dio trabajo a médicos de otros países) ha comenzado a desecharse porque ya no es necesario.

Esos valientes galenos no recibieron ni gratificaciones extras, ni reconocimientos públicos, ni siquiera se les dio las gracias y muchos murieron como buenos soldados de pie en esta guerra biológica.

Nunca sobran médicos, ni enfermeras, ni personal sanitario en general pero los gobiernos han vuelto a las viejas costumbres y nuevamente están recortando y no reforzando.

Tal parece que se pasó de noche por la pandemia. Porque la idea (o al menos eso creímos) es que saldríamos más fuertes y reforzados, precisamente para que otro virus más letal no nos pille desprevenidos, mal preparados y mal equipados.

Pero por alguna razón que ignoro (dejadez, negligencia, falta de interés o de dinero) al sector salud se le vuelve a vapulear. Y no es más que una pésima señal de que en la próxima emergencia no habrá ni camas suficientes, ni médicos, ni tampoco enfermeras disponibles. De eso se olvida la OMS, porque sería bueno que lo insistiera con vehemencia.

Como necesario es un programa de detección y control de enfermedades mundial mucho más extenso que el operado por la OMS. El propio organismo está muy supeditado a la información que los países le quieran compartir y hasta el momento en que lo quieran decir. Lo de China ha sido una de las mayores opacidades en materia de responsabilidad en una pandemia… y eso también es algo que debería preocuparnos porque no queremos vivir la pesadilla otra vez.