Es muy frecuente que la gente no lea, repita lo que alguien le dijo que estaba escrito, y con distorsione lo dicho originalmente. Esto sucede a menudo con Maquiavelo a quien no se lee y se le atribuyen cosas que no escribió.
Ahora nos encontramos ante esto de que la historia se repite. Hegel dijo que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen dos veces, pero muchos toman el arreglo de Marx que añadió que una vez como tragedia y otra como farsa.
La referencia ingeniosa de Marx se refiere a un hecho histórico, el golpe de Estado de Luis Napoleón Bonaparte, pero ahora simplistamente se considera como si la frase tuviera validez universal y se cumpliera “SIEMPRE”.
La derecha mexicana, que no leyó a Marx porque piensan que sus escasas neuronas se vuelven comunistas, seguramente tampoco leyó a Hegel, porque la lectura no es lo de ellos, pero insisten en que López Obrador, Morena y todos los que defienden a eso llamado la 4T, son iguales a los de antes, o sea que la historia se repite (Marx y Hegel se revuelven en la tumba). Imagínese usted que AMLO fuera igual que el ultraderechista Díaz Ordaz que no se tocó el corazón para autorizar una masacre de ciudadanos en Tlatelolco; que fuera como los sanguinarios del Grupo Sonora posrevolucionarios o Calderón que nos hundió en un conflicto armado que no termina de acabar; o mega corrupto como Peña, Fox, López Portillo, Hank, Herrera y aquí le paro porque esa es una lista interminable.
Tratan de convencernos de que la corrupción sale de la familia presidencial, pero encontramos pifias que no comprueban nada, ni una casa blanca, ni una colina del perro, ni siquiera los legos presentados en el senado demuestran nada.
La sucesión presidencial es un tema crucial para la política mexicana, porque si algo hizo bien el PRI, fue instituir un período presidencial sin reelección, lo brillante de la decisión fue que dada la corrupción y los abusos de poder del priismo era conveniente limitar la oportunidad del saqueo y abrir la puerta para la circulación de élites (¿democratizaban el latrocinio?) . La derecha insiste en que AMLO se quiere reelegir aunque ni siquiera tiene apoyo para cambiar la constitución. Pero sugieren/sostienen que puede dar un golpe de Estado y nos dicen: Recuerda a Hugo Chávez que era general golpista. Recordemos que son los oligarcas los que han hablado de golpe de Estado, desde Echeverría por el Grupo Monterrey, y algún general al que parecen haberle cerrado la boca.
Adelantó y abrió el proceso sucesorio y se burló del tapadismo diciendo que las corcholatas, que destapan, estaban a la vista de todos. Critican por principio el que haya adelantado el proceso de sucesión, por tener preferencias, cuando hasta los padres prefieren a alguna hija, pero hay una transparencia que no existió en los tiempos del tapado y el dedazo.
En economía hay mucho que lo diferencia del pasado.
AMLO al contrario de los neoliberales que promovían la política industrial neutra para entregarle el mercado interno al capital extranjero, tiene una política industrial, la promueve frente a los capitalistas nacionales que falsamente acuden semestralmente a tomarse la foto, anuncian inversiones que no hacen, porque prefieren resguardar su dinero en el extranjero. Pero la economía camina y no hubo derrumbe ni con pandemia.
Empieza a corregir la política fiscal forzando a pagar a los evasores históricos, mientras que a los jodidos de siempre les entrega dinero para subsanar la penuria, así los pensionados pueden sobrevivir y el mercado interno no se derrumba. Esto bajo fuerte disciplina fiscal, lejos de las prácticas endeudadoras y hasta el peso se recupera de forma impresionante. Y todavía no obstante el consejo de AMLO hay quién escucha a los agoreros del desastre y se dolariza.
Recompuso la política energética, así, en lugar de entregarle esos recursos a los oligarcas extranjeros, fortalece a PEMEX y CFE buscando un equilibrio que termine por beneficiar a las mayorías. En una de esas y hasta disciplina a los que se roban la energía eléctrica.
Todas las políticas tienen pros y cons, requieren revisión y corrección; recomponer la distorsión creada por los neoliberales durante cuarenta años sosteniendo que era algo temporal, es complicado, conflictivo y tomará tiempo.
Por supuesto que AMLO no es infalible. Comete errores pero creo que su intención es noble, al contrario de lo hecho por los latrofacciosos (Gonzalo N. Santos dixit).
AMLO no es una farsa, aunque es una tragedia para los oligarcas y sus seguidores, no así para los millones que vieron que su vida ha cambiado para bien.
Y este es un factor crucial. En la historia no todos perciben a los hechos y a los personajes de la misma manera, y el monopolio de la construcción de la percepción también es algo que AMLO ha cambiado.