Frente, ¿respeto o fraude a la ley?

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Ciertamente, la Ley General de Partidos Políticos establece que éstos “podrán constituir frentes”. Entonces es legal la constitución del Frente Amplio por México impulsado por el PAN, el PRI y el PRD.

Lo que no sería legal es que dicha asociación tripartidista tenga fines electorales. Porque la ley lo prohíbe al señalar que los partidos “podrán constituir frentes, para alcanzar objetivos políticos y sociales compartidos de índole no electoral, mediante acciones y estrategias específicas y comunes.”

En ese tenor cabe preguntar: ¿Cuáles son los objetivos del Frente Amplio por México?

Según el presidente nacional del PAN, Marko Cortés Mendoza, el propósito de ese Frente es que “por medio del diálogo con todos los mexicanos integrar a la sociedad para construir una agenda sobre los graves problemas del país, con la finalidad de que se involucre en la defensa de la democracia y en corregir el rumbo” de la nación.

Bien, entonces se entiende que no persigue el fin electoral de postular un candidato o candidata presidencial, ni candidaturas a senadurías y diputaciones federales; que no podría por la prohibición legal.

Sin embargo, ¿qué representa la selección de la persona Responsable Nacional de la Construcción del Frente Amplio por México? Se supone cierto liderazgo para conducir los trabajos de esta asociación de partidos políticos.

¿Y si llegando el momento procesal oportuno esa misma persona es registrada como candidata a la Presidencia de la República por una coalición PAN-PRI-PRD? ¿No se trataría de una especie de fraude a la ley?

O sea, el uso de la figura del Frente para ganarle tiempo al tiempo en la selección de la candidatura, en la promoción de ésta y de los tres partidos políticos, así como la elaboración del proyecto de plataforma electoral. Y después concretar la postulación formal mediante la Alianza por México o la denominación que den a la coalición tripartidista.

Porque en términos de ley los fines de una coalición son eminentemente electorales: “Postular los mismos candidatos…”

Como están llevando el proceso parece una estrategia bien planeada para darle una pincelada de legalidad a la simulación. A ver qué dice el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) cuando los tres partidos soliciten el registro de quien resulte la persona Responsable Nacional del Frente, pero como candidatura presidencial.

Seguramente no dirá nada. Porque las figuras son distintas. Además, falta ver si Morena o aliados impugnan ese fraude a la ley, aunque en la “4-T” tampoco cantan mal las rancheras en cuanto a la simulación; más bien la pusieron de moda con su procedimiento interno anticipado disfrazado para seleccionar la Coordinación para la Defensa de la Transformación, que en realidad será la candidatura al 2024.

En fin, por lo pronto el PAN, el PRI y el PRD ya acudieron ante el INE a solicitar el registro del convenio para la constitución del Frente Amplio por México, en el cual debieron especificar la duración de éste, las causas que lo motivan, los propósitos que persiguen y la forma para ejercer en común sus prerrogativas.

Y el INE dentro del término de diez días hábiles resolverá si cumple los requisitos. Y ya con el registro del convenio del Frente, los tres partidos podrán darse vuelo en actividades para promover sus objetivos. Así podrán ganar tiempo en posicionarse como una futura coalición y promocionar a su ‘corcholata’, de aquí hasta el inicio de las precampañas legales.

Armaron una buena estrategia.

LA CANDIDATURAS, LA CLAVE

¿Y después de la constitución del Frente? Los tres partidos políticos aglutinados en éste no van a ganar las elecciones por ese solo hecho.

Necesitan candidaturas competitivas, de entrada a la Presidencia de la República, que sería el objetivo principal para ganar o por lo menos para obtener una votación suficiente que les permita mantener el registro nacional.

Y la única candidatura viable hasta este momento parece ser en la persona de Xóchitl Gálvez, quien en poco tiempo se ha posicionado en el ánimo ciudadano.

Luego las candidaturas a las cámaras de diputados y de senadores, si acaso pretenden obtener la mayoría del Congreso de la Unión, que sería su fuerza de no ganar la elección presidencial.

Ya se verá cuando llegue el momento de la selección de candidatos y candidatas a curules y escaños. Si postulan solamente a personajes de las élites partidistas en los primeros lugares de las listas plurinominales, enviarán un mensaje distinto a la búsqueda de resolver los graves problemas del país.

Ah, y faltarían las candidaturas a los cargos locales a elegirse en las elecciones concurrentes 2024: Ocho gubernaturas, la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, diputaciones locales y/o presidencias municipales.

Por cierto, la aceptación ciudadana de Xóchitl Gálvez ha despertado el interés de priistas, panistas, perredistas, en participar en candidaturas locales. Piensan que el jale de ella, generaría el voto ‘parejo’.

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