Conforme a la encuesta de El Financiero difundida este martes, con Xóchitl Gálvez como candidata presidencial del Frente Amplio por México se cerraría el resultado electoral frente a la candidatura de Morena y aliados: Con Claudia Sheinbaum 8 puntos y con Marcelo Ebrard 10 puntos.
Cerraría la brecha, pero no ganaría. Ganaría la candidatura morenista, pero apretadamente. Y quizá exista la probabilidad de cerrarse más si acaso el porcentaje de indefinidos se mantiene a la baja; indefinidos que no habían declarado preferencia, pero que al hacerlo incrementaron los puntos a favor de Xóchitl.
Claro, toda encuesta, toda probabilidad, hay que tomarla con reserva. Porque las encuestas solamente permiten conocer las circunstancias del momento. Además siempre tienen márgenes de error y algunas ni siquiera se aproximan. En las últimas elecciones locales, hubo encuestadoras que erraron extremadamente.
En fin. Por lo pronto, resulta interesante el cierre de puntos que maneja la encuesta de El Financiero. Falta ver si Xóchitl es la candidata del PAN-PRI-PRD primero con el matiz de Responsable Nacional para la Construcción del Frente Amplio por México y luego de manera formal cuando lleguen los tiempos dentro del muy próximo Proceso Electoral 2023-2024.
A veces la alta competitividad de una persona es un factor determinante para que no sea, por convenir a diversos intereses, incluidos los partidistas.
LOS 8 ó 10 PUNTOS…
Los 8 ó 10 puntos de una hipotética diferencia representaría una ventaja considerable e irreversible en la elección presidencial de 2024. Sin embargo, sería pequeña en comparación al porcentaje del 30.9186 de diferencia que en 2018 el morenista Andrés Manuel López Obrador le sacó a Ricardo Anaya Cortés y al 36.7837 que le sacó a José Antonio Meade Kuribreña, entonces candidatos presidenciales por las coaliciones PAN-PRD-MC y PRI-PVEM-Panal, respectivamente.
Aunque si se suman los porcentajes de votos obtenidos por partido político en 2018, la diferencia no sería abismal. En esa elección presidencial, el PAN obtuvo el 17.6582%, el PRI el 13.5612% y el PRD el 02.8311%, cifras que sumadas dan 34.0505%, que es alrededor del porcentaje de preferencia que hipotéticamente en estos momentos capta Xóchitl (según la encuesta de El Financiero).
Retomando: 8 ó 10 puntos, aunque en una elección es ventaja considerable e irreversible, lastimaría el ego de Morena, pero sobre todo de AMLO como Presidente de la República y como jefe político del partido guinda, porque significaría que buena parte de la ciudadanía mexicana no se encuentra contenta con su gobierno, y que como estratega electoral algo le fallaría.
En fin. Sea o no sea aproximado el panorama del cierre de la brecha en el resultado, más le vale a Morena acelerar el paso rumbo al 2024 y no confiarse solamente en el voto duro y/ ‘cautivo’. Independientemente de que todavía falta ver si Movimiento Ciudadano va solo o se coaliga con la oposición tripartita; si va solo, quién será su candidato presidencial; y falta ver cuántos independientes se anotan para suceder a AMLO.
¿Y EL CONGRESO?
Generalmente, aunque no es la regla, cuando la elección presidencial acompaña a la elección de integrantes de las cámaras del Congreso de la Unión, la primera impacta a la segunda. La elección de López Obrador impactó con el ‘voto parejo’. Otra forma de impacto es el ‘voto diferenciado’: No votan por presidente, pero sí por diputados y senadores.
Si Xóchitl llega a generar el efecto del ‘voto parejo’, entonces estaría bastante pareja la integración de la Cámara de Diputados y del Senado de la República, entre las dos coaliciones: La opositora y la morenista. (Aquí grosso modo sin desglosar cuántos para cada partido, o cuántos por cada principio).
Igual y Xóchitl no va.
Hay algo que puede darle más impulso a Morena: Postular candidaturas regionales tanto a las diputaciones federales como a senadores; si impone confiado en su fuerza, en su voto duro, en su voto ‘cautivo’, puede costarle espacios en el Congreso de la Unión.