Por acuerdo de la Junta de Coordinación Política, durante el tercer año de ejercicio de la LXV Legislatura corresponde al PRI encabezar la Mesa Directiva, y al PAN la Jucopo de la Cámara de Diputados Federal; acuerdo a respetarse por Morena según prometió en su momento Ignacio Mier.
Bien por el respeto a la pluralidad. Ahora falta ver cuál es la propuesta de la bancada del PRI para que uno de los suyos presida la Mesa Directiva. Ya ven que dicen que podría ser el mismo Alejandro Moreno Cárdenas (“Alito”), diputado federal plurinominal y presidente del Comité Ejecutivo Nacional de este partido.
Es un decir, porque la bancada priista va a platicar “hasta el 31 de agosto” quien será el cuadro propuesto para el referido cargo cameral, según informó el diputado Rubén Moreira Valdez, coordinador del Grupo Parlamentario del Revolucionario Institucional en la Cámara Baja.
¿Será que apenas lo van a platicar entre los 69 diputados federales priistas (menos las bajas) que conforman la bancada? ¿O ya lo pactaron primeramente Rubén y “Alito”? Han hecho una armoniosa dupla, son como ‘hermanitos legislativos’, o algo así como ‘uña y mugre’.
Como sea, si fuera el caso de que recaiga en Moreno Cárdenas la propuesta para presidir la Mesa Directiva en el siguiente año legislativo, cabe preguntar: ¿Qué, entre los alrededor de 60 diputados y diputadas priistas no hay otro mejor que “Alito”?
Mejor no en las malas prácticas que le han dado fama al campechano, sino en el perfil para presidir la Mesa Directiva, que garantice al Pleno la construcción de consensos.
Porque le tocará presidir en el año de proceso electoral, entonces la Cámara de Diputados se vuelve caja de resonancia de los asuntos electorales, las sesiones se ponen color de hormiga, y las desbordadas pasiones políticas a veces ponen en riesgo el trabajo legislativo.
Así que, como bien dijo Mier, las y los diputados del PRI “tendrán que ser muy acuciosos, muy sensibles, para definir quién encabezará la Mesa Directiva.”
Pero la acuciosidad no significa que le corresponda a “Alito” o a alguien cercano a él solamente para contar con un espacio más para cualquier negociación, por si se ofrece.
Además, el PRI y sus bancadas ya no están para que una persona acapare cuanto cargo. Eso molesta a la ciudadanía. Y quizá también a algunos priistas que no se atreven a rebelarse.
Y miren, con la famita que se carga “Alito”, los reflectores que da ejercer la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, impactará en la candidatura presidencial del Frente Amplio por México (PAN, PRI y PRD).
UNA MUJER
Es más, las legisladores priistas deberían pelear la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados como derecho de alternancia de género. Si presidió un hombre, ahora debería presidir una mujer.
O ¿guardarán silencio para finalmente respaldar a un hombre?
No obstante, seguro que en el Grupo Parlamentario del PRI hay mujeres con el perfil que garantice la construcción de consensos con las distintas fuerzas políticas que convergen en la Cámara de Diputados.
EL ACCIONAR DE LA CORTE
Si en el Senado de la República encontraron la forma de paralizar el funcionamiento del Pleno del Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI), en la Suprema Corte de Justicia de la Nación encontraron la forma de activarlo nuevamente.
Así que ante la parálisis indefinida del INAI, la Segunda Sala del máximo tribunal constitucional autorizó que el INAI sesione válidamente con las cuatro personas comisionadas que lo integran actualmente, hasta que el Senado nombre, cuando menos, a una persona más.
Una manera muy elegante de decirle a los senadores: ‘Si ustedes paralizan, la Corte pone el remedio transitorio’.
Porque la parálisis del INAI no es cualquier cosa. Más bien es un asunto relevante, pues la innacción del Pleno de este Instituto “ha venido actualizando la violación de manera cotidiana y reiterada de dos derechos fundamentales: el derecho de acceso a la información, así como el derecho de protección de datos personales..”
Sin duda, la Corte está jugando perfectamente su papel de equilibrio de Poderes.