Xóchitl Gálvez: ¿más lejía y nula agenda?

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La verdad es que Xóchitl Gálvez es una pésima candidata opositora. Carece de agenda, de ruta crítica para estructurar una oferta interesante, amén de que no se podrá sacudir el nombre de Claudio X. González que puso genuflexos a PRI, PAN y PRD y que la colocó en condición de marioneta de él y, al final, como no ofrezca algo mejor que no sea odio irredento a López Obrador y prohibir micheladas, no abandonará su condición de pésima candidata opositora. Y sépase: carece del derecho a insultar a nadie. Llamar huevones, rateros y pendejos a los mexicanos, sus votantes, lo sean o no, es inadmisible y pésimo comienzo. Mas ¿qué tal que todavía no tiñe y ya mancha? Su actuar es muy reprobable.

Si no aprende rápido y con urgencia evitarse siempre acabar en insultos tiro por viaje, en majaderías, en leperadas, no ganará electores y que recuerde que las ocurrencias y las gracejadas le costaron la victoria a Josefina Vázquez Mota y, hasta hoy, no ofrece una agenda estructurada e ideas elocuentes, con propuestas muy puntuales con cierto grado de operatividad y aplicación; eliminada Beatriz Paredes que era mejor opción  y no aprendiendo de la elocuencia de Patricia Mercado, prometiendo así ser Xóchitl Gálvez para los opositores, una oportunidad perdida más, pinta para derrota. En sus entrevistas se la pasa mencionando y descalificando a López Obrador. Aquel ya ni al caso ni la refiere, pero ella sí y en amañado plan de victimizarse. Curiosa y tramposa estrategia cuando el discurso agresivo es el de ella y es lógico cuando se carece de propuesta alternativa. Xóchitl Gálvez no es mejor que Morena y es puro humo. Mala opción.

Así como a los electores mexicanos no les gustan los candidatos con broncas legales –¿verdad Anaya?– así el electorado mexicano no está para consecuentar personas majaderas. Xóchitl Gálvez es majadera. Cabe decir, lepera. López Obrador perdió 10 puntos por llamar chachalaca a Fox. Gálvez haciendo despliegue de muy poquita inteligencia, apuesta por el insulto facilón y patético, de nulo razonamiento, mas que no se olvide de que usar a López de blanco de sus insultos, cuando así demuestra que carece de agenda, de propuesta como opositora, es que olvida entonces que se dirige a un presidente muy popular –aunque le fastidie que lo sea a quienes no les gusta– y equivoca el camino; y su perorata de opositora acerca de que “le cerraron” las puertas de Palacio Nacional solo conmueve a quien sea principiante en lides políticas o en analizarlas o a personas que les gusta que las dejen boquiabiertas. Mejor que sea más inteligente cada vez que abra la boca – ¡ufff¡ menudo reto– pues no sea que el siguiente portazo y ese sí, real, se lo lleve en las urnas y se lo habría ganado a pulso, así como va.

Dice Gálvez que todavía no es candidata, que no basará su campaña en insultos. Y llama rateros, huevones, pendejos a los ciudadanos. ¡Uffff! y le aplaude Javier Lozano. Ahora sí que dicen “burro” y volteas. Y lo afirma rodeada al pie de El Ángel de los líderes del PRI, PAN y PRD. Vaya incongruencia. Vaya quemón, vaya piedrazo a las testas de tan ínfimos y elocuentes ejemplos. Porque como no fuera que escupiera al cielo, no se entenderían las desafortunadas palabras de una persona que pretende tan equívoca ser presidente de México a base de insultos, como es la estrategia de Xóchitl Gálvez y que, encima, insulta sus apoyos así, ¡vaya que es tener morro! Ya nos da un triste calibre de su valía y de su inteligencia. Si la seño candidata va a ir insultando, que se prepare para perder las elecciones. México ha visto candidatas a la presidencia más dignas y de más altura.

Xóchitl Gálvez es pésima candidata y sus sostenedores van a necesitar ¿una buena dosis de lejía para esa boquita? porque no se puede ir insultando ciudadanos ni aplaudirlo; requerirá unos cursos de buena educación y que no los meta a ellos en aprietos todo el tiempo con sus dislates e insultos, como lo hace; y necesitarán mucho pensarle para vender el cuento a los electores, proponiendo como lo hace y representa ella, lo fracasado hasta 2018. Eso representa y a eso apuesta. Le dicen que no la ven manipulable. ¡Ja! Es contarse el cuento desde ya. Quienes no la vemos a la altura, sino mangoneable, improvisada y atada a los intereses que la soportan, empezando en las oligarquías y terminando secuestrada por su propia torpeza, no nos impresiona ni nos deja boquiabiertos. Recordemos que no ha sido una funcionaria brillante. Da bandazos. Que no se adorne tanto. Unas veces camina con fingida elocuencia y con pies de plomo y otras, saca su repertorio de insultos y leperadas que la acredita y, con ese trompabulario, sobre todo, la exhibe como alguien no mentalizado para el cargo que busca y queda como una imposibilitada para asumirlo. Es un riesgo enorme y ella no mejora lo que cuestiona y ataca.

No llega con los apoyos necesarios, óptimos, sino con puro impresentable; la acompaña el desprestigio personal y de los grupos que la soportan o el factótum que la impuso. De por sí, como opositora, nunca resultó mejor que Morena, ni ella ni los partidos que la endilgan.  Si encima, no cuida su vocabulario, que siempre se torna en trompabulario, la candidata llega fatal. Sí, a lo mejor nos da la sorpresa y nos regala una estrategia exitosa, pero tal como va, se antoja que no. No nos engañemos. No es la persona idónea.

Todo eso es grave y es que resulta de elemental comedimiento mentalizarse para ser presidente. No es poco. Gálvez se la está tomando a chunga, se nota y eso demerita totalmente su persona y su esfuerzo. Esa desconexión la desacredita. Invita a negarle el voto. Dirán que es auténtica. Rima con patética. Termina siendo todo lo que no debiera. Total, no nos extrañe, pues Gálvez es la consecuencia de 5 años de no haber construido opción, de solo dedicarse la oposición a insultar a López Obrador y a Morena. Por cierto, la candidata dice que no usará insultos. Pues tendrá que domar a silvestres seguidores que siguen aferrados, desde 2018 y que no se enteran o no quieren, a seguir insultando a diestra y siniestra a todo aquel que no piense como ellos. Es tan patética Gálvez sin poder encaminar a sus asilvestrados seguidores, que eso habla de su carencia de liderazgo hasta para lo más elemental. Porque así como se ha presentado Gálvez hasta hoy, ya es una oportunidad perdida para México.

Un electorado serio y no simple y llano opositor a López y a Morena, o sea, el electorado que sí es inteligente, sí piensa y no la siga ni lo guíe el odio a López Obrador que infunden sus opositores –empezando por Gálvez y Marko Cortés– tiene muy claro que la Gálvez no deja de ser frívola e inoperante, inadecuada e improvisada y muy dada a su discurso de ocurrencias y de odio. Cuando decimos que no se ha mentalizado la seño candidata, lo afirmamos porque ante temas clave, puntuales, de ella se obtiene solo el insulto, la descalificación que le da titulares por medios que así se muestran lerdos, pero ella no da ni una sola propuesta. Y no, no es que el INE le prohíba posicionarse, es cosa de ser inteligente y traer propuesta. O demostrar no serlo y carecer de ella. Así, al V informe presidencial, la incipiente candidata responde con un simple y muy desafortunado mensaje en la plataforma ahora llamada “X”. X como su mensaje:

“Les resumo el informe: Bla, bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira”

Aquí tenemos en este posteo, pues, las palabras de una estadista, la propuesta opositora, la agenda que los hace mejores a Morena, dicen. Y no lo son. Es tan peripatética su postura descalificadora, que da pena. O sea, ofrece paja, ruido y nulidad de ideas. Ni una alternativa ni una propuesta. Eso es Xóchitl Gálvez en sus propias palabras y ahí está su proceder, por si alguien tiene dudas o le fastidia que se diga. No podrán contra la locuacidad de la candidata que bien puede hundirla. No es persona que esté afrontando, calibrando los problemas de este país y ofreciendo soluciones. Ni podrá hacerlo de persistir en esa estrambótica manera de conducirse a ese paso. Se esperaban sus propuestas y no llegaron ni llegarán. Una respuesta a tal informe, a la altura. Aunque ya adelantó ceder energías a la ultraderecha. No tiene remedio ni ella ni el Frente opositor que la sostiene. Ya muestran sus cartas y no les da para que sean otras.

Su posteo en la plataforma X ¡qué riqueza de ideas! ¡qué propuesta alternativa a lo que no le gusta! ¡qué forma de iluminar el camino de la Nación cual si ella fuera la Inmaculada! ¿o no? Dice la candidata en su cuenta de X que escucha todas las voces y es políticamente daltónica. Lo primero, es falso. No oye la voz presidencial. Si lo hiciera, ya podría aprender lo bueno y lo malo, que después de todo dice que es el puesto que quiere y dejarse de actuar visceralmente. Entonces, lo adecuado sería poner atención a los problemas de la Nación y no lanzar posteos tan simplones y, ojo, nuevamente ojo, tan carentes de propuesta. Lo segundo solo conduce a explicar ante tamaña mentira de la candidata: está de guasa. Ahí lo dejamos sonriendo y mirando para otro lado.