Tras sugerirlo una y otra vez, finalmente Marcelo Ebrard inició el proceso ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para echar abajo la candidatura presidencial de Claudia Sheinbaum en Morena.
Y con ello inicia en los hechos la demolición del dedazo de Andrés Manuel López Obrador con que buscaba dejar sucesora a modo.
La determinación de Ebrard era la más temida e indeseada por su examigo y exaliado el Presidente de la República, porque automáticamente le quita el control de su sucesión y la traslada a la decisión del Poder Judicial Federal.
El excanciller sabe que así le anula a AMLO su todo lo que armo e impulsó con la intención de dejarle la silla presidencial a Sheinbaum.
Y a su vez Ebrard prosigue en la construcción de su candidatura dentro de MC para ser postulado por este partido a fines de febrero próximo.
Por el momento Marcelo no sale de Morena en un obvio intento de mantener, aumentar y fortalecer su corriente interna, a la que Ricardo Monreal considera mayor al 10 o 15 por ciento, y que en la encuesta interna lo colocó con 26 por ciento de preferencias, para ser la segunda fuerza en el partido en el poder luego de Claudia.
Hoy, al interponer su recurso contra la Comisión de Honor y Justicia de Morena, y en favor de sus derechos partidarios, a ser escuchado y atendido, Ebrard cumple con un primer paso legal que puede derivar en tres posibilidades: que el Trife se declare no competente para atender ese asunto; que el Trife ordene a Morena aceptar y tramitar los reclamos de Ebrard, o que el Trife atraiga el caso.
En una segunda instancia, Ebrard presentaría al Trife todas las pruebas que tiene sobre el cochinero del proceso interno, lo que muy posiblemente derivaría en su anulación y un ordenamiento de reposición del proceso.
Estaríamos hablando de que ello estaría ocurriendo a fines de este año o en enero o febrero del 2024.
Como la interna fue para elegir a la Coordinadora de Defensa de la Transformación, que es en realidad la candidata presidencial de Morena, entonces ese proceso quedaría trastocado y cualquier morenista, Ebrard a la cabeza, podrían estarse inscribiendo en enero o febrero para que de entre ellos el Consejo Nacional escoja al candidato de Morena.
Hoy mismo se corre ya dentro de Morena la sugerencia de que, como Sheinbaum no es todavía oficialmente la candidata presidencial, entonces quien quiera se inscriba de inmediato una vez que Morena emita su convocatoria.
Eso dice Ricardo Monreal -en su artículo de antier en El País-, que está ocurriendo en Morena.
Es decir, Sheinbaum tendría que competir de nuevo por esa nominación ahora con otros muchos de sus compañeros de partido.
Todo ello ocurriría además en un tiempo -fines de 2023 e inicios de 2024- en que la dirigencia de Mario Delgado en Morena y el bastón de mando de Sheinbaum estarán hasta el cuello de reclamos, una crisis grave, derivada de las encuestas amañadas que se aplicarán para elegir por dedazo encubierto candidatos a 8 gubernaturas, a la Jefatura de Gobierno de la CDMX; a las 500 diputaciones federales, a las 128 senadurías, y a los otros miles de cargos en juego para renovar 30 congresos locales y casi el 90 por ciento de las alcaldías del país, especialmente las 16 alcaldías de la capital del país.
Ese proceso dejará muchas rupturas y recursos ante el Trife por inconformes en el reparto de nominaciones.
Todo ello lo saben Ebrard y Monreal y AMLO y…
No le pinta nada bien su sucesión al tabasqueño.
Mientras, Marcelo tiene garantizado su nombre en las boletas como candidato de MC… y su nada despreciable oportunidad de ser el próximo Presidente de México.
Y Dante Delgado sabe que con este candidato obtendrá decenas de diputaciones, de senadores, una que otra gubernatura, decenas de alcaldías y diputaciones estatales. Un crecimiento garantizado de su partido… y un aumento nada despreciable en el reparto del dinero a partidos.
¿Usted no lo cree? ¿Dice que alucino? Ya veremos si esto es cierto o no. Mientras Ebrard dio ya su primer paso en la judicialización de la caída de Sheinbaum… que arrastraría en su hundimiento a AMLO.
BAJAN A MARIO DELGADO PARA LA CDMX
Andaba muy puesto para competir por la Jefatura de Gobierno de la CDMX. Se creía merecedor de ella. Pero a Mario Delgado lo bajaron de fea forma con un severo estatequieto desde Palacio Nacional.
Y es que Andrés Manuel López Obrador y Sheinbaum, y sus círculos internos advirtieron que cambiar a Delgado en este momento de la dirigencia del partido en el poder iba a derivar en una disputa interna por el cargo con consecuencias insospechadas, peor que cuando la buscó Porfirio Muñoz Ledo.
Apenas olieron esa posibilidad, los duros y otros, como el senador sustituto Alejandro Rojas Díaz Durán o John M. Ackerman, o los de Paco Ignacio Taibo II comenzaron a moverse para reclamar que el cambio de dirigente pase por el Consejo Nacional y no sea al viejo uso priísta de designarlo desde la Presidencia.
AMLO cortó por lo sano y ordenó que Delgado siga al frente de Morena para no hacer más olas ante el ya de por sí revuelto mar de este partido.
¡Vaya jaleo que se traen en el Poder! Como decía mi santa abuela, AMLO ya no ve lo duro sino lo tupido.
El dice que es lo que le encanta. ¿Será?
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