Como estrategia los partidos políticos y aspirantes a cargos de elección popular suelen visitar lugares electoralmente rentables: Con alto número de votantes, con más militancia, con registros recientes de cuantiosa votación a su favor, etc. O porque los sitios tienen un significado político o económico.
No van a demarcaciones pérdidas, donde el adversario tiene todas las posibilidades de ganar las elecciones. Aunque tampoco es la regla. No estaría mal la estrategia de visitar lugares sin esperanzas de triunfo para intentar conquistar el voto ciudadano, sobre todo cuando más allá de buscar victorias electorales, los partidos políticos buscan conservar el registro.
Lo anterior viene a colación porque la precandidata presidencial de la coalición “Fuerza y Corazón por México”, Xóchitl Gálvez Ruiz, decidió visitar Oaxaca, una entidad prácticamente convertida en territorio de Morena, y donde los partidos que la respaldan (PAN-PRI-PRD) tienen poco que aportar y donde además el Revolucionario Institucional aún se encuentra bajo la sospecha de injerencia de ex priistas que respaldan a la abanderada morenista.
En la elección presidencial del 2018, el PRI en la entidad oaxaqueña obtuvo 277,156 votos; el PAN 124,895; y el PRD 75,753 votos. Y aunque solo fueron coaligados los dos últimos, la suma de los votos de los tres da 477,804.
Muy poquito, y eso que entonces el Revolucionario Institucional gobernaba el estado, por cierto con Alejandro Murat Hinojosa, hoy miembro de la “Alianza Progresista” que conformó con otros ex priistas para respaldar a la precandidata presidencial de la coalición “Sigamos Haciendo Historia” (Morena-PT-PVEM), Claudia Sheinbaum Pardo.
¿Será que desde el 2018 ya tenía visto su futuro en Morena?
La votación de los tres partidos opositores en la anterior elección presidencial en Oaxaca no fue significativa en comparación a la obtenida tan solo por Morena, que fue de 1,052,965 votos, que sumada a la de sus aliados de entonces (153,835 del PT; 53,762 del PES) dan 1,260,562.
En las elecciones federales intermedias del 2021, curiosamente la votación del PRI creció en Oaxaca al obtener 355,170 votos; y la del PAN y del PRD decrecieron, obteniendo 84,410 y 69,246 votos, respectivamente. La votación de los partidos de la coalición oficialista también bajó, pero fue mayor que la de los opositores: Morena obtuvo 764,193 votos; el PT 116,858; y el PVEM 64,746.
Y en las elecciones de gobernador del 2022, la votación del PRI en Oaxaca bajó respecto de la federal intermedia, pero casi estuvo a la par a la que obtuvo en la presidencial anterior ubicándose en 249,309 votos; y la del PAN y el PRD siguieron decreciendo con 43,275 y 31,974 votos respectivamente. Mientras la votación de Morena, el PT y el PVEM también bajó, pero la de los dos últimos fue mayor que la de los opositores: 570, 034 votos; 54, 931; y 21, 033 votos respectivamente.
En suma la votación de la coalición Morena-PT-PVEM y el partido local Unidad Popular (PUP) en la elección de gobernador fue de 696,488 votos (este último aportó 26,494). Mientras la coalición PRI-PRD fue de 287,998 votos; no ganaba ni sumándole los 43,275 del PAN en caso de que hubiesen ido coaligados.
Los números reflejan que el PRI, el PAN y el PRD le van a aportar muy pocos votos a Xóchitl Gálvez en la elección presidencial en Oaxaca; entre 250 a 300 mil votos, o hasta 400 mil si bien les va. Mientras Morena, el PT y el PVEM le podrían aportar a Claudia Sheinbaum alrededor de un millón o más de votos, si acaso estos dos últimos se ponen las pilas que no se pusieron en la elección de gobernador.
Las elecciones presidenciales casi siempre arrojan más votación que las intermedias o de gubernatura.
En fin, entonces cabe preguntar: ¿Xóchitl no pierde mucho tiempo visitando entidades poco rentables electoralmente? Claro, en las democracias se pierde o se gana por un voto, entonces cualquier número de votos importa. Y le importa más a los partidos políticos que la respaldan y buscan juntar poquitos de votos para conseguir el umbral para mantener el registro.
Además, Xóchitl en Oaxaca pisa un terreno incierto en relación al respaldo total del PRI, porque en los círculos políticos locales prevalece la duda sobre si los ex gobernadores José Murat Casab y Alejandro Murat Hinojosa todavía influyen en la vida interna del otrora partidazo en la entidad. Y si este último aún influye, ¿qué puede esperar Gálvez Ruiz cuando el ahora ex priista respalda a Claudia Sheinbaum?
Por cierto, Alejandro Murat y la diputada panista Natividad Díaz Jiménez son compadres, y aunque ella ya no es la presidenta estatal del PAN y se encuentra de cierto modo confrontada con la dirigencia panista en la entidad, todavía tiene capital político, el cual debería poner a disposición de Xóchitl Gálvez, ¿pero si el ex gobernador le pide favorecer a Claudia? Es solo pregunta.
¿EN SERIO HAY UNIDAD?
El presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas (“Alito”), llegó a Oaxaca la noche anterior al día de la visita de Xóchitl Gálvez, para encabezar una reunión “privada” con el Comité Estatal, pero tan privada que cuadros priistas no pudieron hablar con él y molestos se quedaron con las ganas de exponer unas cuántas verdades como, por ejemplo, el acaparamiento de candidaturas pluris a cargos populares locales y federales por parte de la cúpula priista local.
Tras la reunión, “Alito” escribió en redes sociales: “¡En Oaxaca el priismo está unido, fuerte y listo para demostrar que somos más los que queremos buenos gobiernos, que sepan trabajar y dar resultados! ¡Vamos con todo!”
¿En serio? ¿Unidos? Parece que no.
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