Desde la obtención de su registro, Morena ha sido el primer partido político en sacar sus precandidaturas y candidaturas a cargos populares. Y ahora se está demorando en tener la totalidad tanto para las elecciones federales como para las locales.
En los corrillos morenistas hablan al menos de dos razones de la demora: La disputa interna entre dos o más prospectos competitivos y la exigencia de petistas para ser encuestados por Morena en demarcaciones electorales donde inicialmente acordaron no ir coaligados.
Tal vez forzando a Morena para modificar el respectivo convenio de coalición antes de vencer el plazo ex profeso que es un día antes del registro de candidaturas ante la autoridad electoral, para postular petistas como candidaturas en coalición.
O en su caso, sin modificar el convenio de coalición, participando los partidos en solitario, pero que cuadros petistas sean postulados como candidatos de Morena.
Por lógica política, en los estados, distritos o municipios donde cualquier partido compite solo, su militancia tiene el derecho a las postulaciones, con excepción de los espacios que reserve para candidaturas externas, las cuales no necesariamente corresponderían a cuadros de partidos con los cuales ha hecho alianza en otras demarcaciones.
Prestarse candidaturas más bien ha sido práctica de los partidos cuando van coaligados. Y que ahora tiene un costo político en el caso de la integración legislativa: La afiliación efectiva cuenta al momento del reparto de las posiciones plurinominales para evitar la sobre y subrepresentación. Podría afectar a uno de los dos partidos.
En fin. ¿Por qué la necedad de petistas, respaldados por su partido, en postularse cobijados por el partido guinda? Si en verdad son tan competitivos, ¿por qué buscar la candidatura de Morena o de la coalición? Se busca cuando los números no dan, cuando los partidos opositores tienen cuadros igual de competitivos o más.
El PT quizá se está convirtiendo en una ‘piedrita en el zapato’ de Morena, cuando francamente ha aportado muy poco a la coalición “Juntos Hagamos Historia”.
En las elecciones federales del 2018 para la Presidencia de la República aportó el 06.0002% equivalente a 3,396,805 votos; el entonces PES el 02.7028% que representan 1,530,101 votos; y Morena el 44.4905% equivalente a 25,186,577. Para senadores, aportaron: PT el 03.8179% (2,164,442 votos); PES el 02.3293% (1,320,559 votos); Morena 37.5037% (21,261,577 votos). Y para diputados aportaron: PT 03.9284% (2,211,753 votos); PES 02.4048% (1,353,941 votos); Morena 37.2512% (20,972,573 votos).
Y eso de ‘aportar’ en el caso de los aliados de Morena es un decir, porque la mayoría de los votos los obtuvieron por el entonces efecto “AMLO” y la marca guinda, en postulaciones en coalición. Basta revisar el detalle de los cómputos para darse cuenta del número de votos obtenido por cada partido político coaligado.
Para las elecciones federales intermedias del 2021, la ‘aportación’ del PT a la coalición con Morena fue casi en los mismos porcentajes que en el 2018.
Al PT le hará bien medirse solo en algunas entidades federativas y distritos electorales para las elecciones de senadores y diputados del 2024, tal como aparece en el convenio de coalición, en el cual Morena excluyó entidades y distritos donde el partido guida por sí mismo es altamente competitivo.
CASO OAXACA
A decir de morenistas, Oaxaca es una de las entidades donde un petista pedía medirse en la encuesta de Morena, siendo que la entidad quedó excluida en el convenio de la coalición “Sigamos Haciendo Historia”.
Morena determinó competir solo en Oaxaca por su alta competitividad (salvo modificación de última hora al convenio). Y además por la estrategia de buscar que alguno de sus dos aliados, el PT o el PVEM, obtenga la senaduría de primera minoría al perder, pero quedando en segundo lugar.
Veámos los números:
En las elecciones de senadurías del 2018, ganó la coalición “Juntos Hagamos Historia” con las fórmulas encabezadas por Susana Harp Iturribarría y Salomón Jara Cruz, por 1,088,347 votos contra 438,077 de la coalición PRI-PVEM-Panal, y de 302,631de la coalición PAN-PRD-MC.
El efecto “AMLO” hizo posible el más de dos a uno por el cual ganó la coalición morenista, pero también la marca guinda y el trabajo social y político de muchos años de Jara Cruz, quien acompañó a Andrés Manuel López Obrador en sus varios recorridos por los 570 municipios de Oaxaca todas las veces que compitió por la Presidencia de la República.
De ese total de 1,088,347 votos obtenidos por la coalición “Juntos Hagamos Historia”, 122,476 aportó el PT; 43,020 el PES y 922,851 Morena.
En las elecciones federales intermedias del 2021, el PT obtuvo 116,858 votos; el PVEM 64,746; y Morena 764,193 votos.
Y en las elecciones de gobernador del 2022, la coalición Morena-PT-PVEM-PUP obtuvo 696,488 votos, de los cuales 54,931 aportó el PT; 21,033 el Verde; 26,494 el partido local Unidad Popular; y 570,034 Morena.
Entonces, en base a números Morena bien determinó competir en solitario en Oaxaca con el derecho de postular a cuadros suyos al Senado de la República.
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