La autopista a la Costa oaxaqueña, el sueño hecho realidad…

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En una entidad como Oaxaca, donde las montañas son el denominador común en siete de sus ocho regiones y casi en la totalidad de sus 570 municipios, donde ir de una región a otra representan seis, ocho y hasta doce horas de viaje, la obra primordial es una carretera.

Por eso la gran mayoría de la ciudadanía oaxaqueña celebra la terminación de la autopista Barranca Larga—Ventanilla, que será inaugurada el próximo domingo 4 de febrero por el presidente Andrés Manuel López Obrador junto con el gobernador Salomón Jara Cruz.

Una obra por 15 años inconclusa.

Así que bien ha dicho el gobernador Salomón Jara:

“La carretera Barranca Larga-Ventanilla dejará de ser un sueño para convertirse en una realidad…El Presidente Andrés Manuel López Obrador está haciendo lo que otros no pudieron o no quisieron hacer, al concluir esta autopista que conectará a la ciudad de Oaxaca con la Costa.”

Y la conectará en tan solo 2.5 horas, cuando ahora por la carretera federal se hacen de 6 a 8 horas estando en buenas condiciones y viajando en auto particular; en autobús, es más.

Ni quien le regatee el mérito al presidente AMLO. Porque sus antecesores, el entonces panista Felipe Calderón Hinojosa y el priista Enrique Peña Nieto, tuvieron en sus manos impulsar la terminación de la autopista a la Costa oaxaqueña, pero no lo hicieron.

EL MÉRITO DEL INICIO 

El mérito de inicio de la autopista Barranca Larga–Ventanilla corresponde al entonces gobernador Ulises Ruiz Ortiz,  quien en 1999 arrancó el proyecto; su administración pagó y liberó los derechos de vía, los cuales costaron 480 millones de pesos, además de dar beneficios sociales a comunidades afectadas.

 

En el mensaje de su Sexto Informe de Gobierno, Ruiz Ortiz lo precisó de la siguiente manera:

 

“Con ello se vislumbra la conclusión de la Súper Carretera Oaxaca – Istmo, cuyo proceso de licitación y adjudicación de los 95 kilómetros pendientes, ya se ha realizado.

 

“El PPS contratado entre ICA y el Gobierno Federal garantizan los 9,500 millones de pesos para su terminación

 

“Por su parte, la Supercarretera Oaxaca – Puerto Escondido – Huatulco, que dinamizará el desarrollo económico, social y turístico estatal, ya fue licitada y concesionada por un monto de 4 mil 850 millones de pesos, para construir los 104 kilómetros del tramo Barranca Larga-Ventanilla.

 

“Como parte de esta importante ruta turística, estamos modernizando el tramo carretero de Puerto Escondido a Pochutla a cuatro carriles, y avanza en la ampliación hacia Barranca Larga.

 

“Nuevamente mi agradecimiento a los señores diputados que etiquetaron 500 millones de pesos más en el 2011 para estos cuatro carriles de Puerto Escondido a Huatulco.

 

“Para acelerar la concreción de estas obras, que son de primer orden, mi administración pagó los proyectos respectivos, los estudios técnicos, financieros y jurídicos que hicieron posible el proceso licitatorio, además de la liberación y el pago de los derechos de vía.

 

“Con todo esto, la población del Istmo, la Costa y el próximo gobierno, tienen la garantía de que dichos proyectos quedarán concluidos en dos años y totalmente garantizados con recursos privados.”

 

Sin embargo, ni los gobiernos estatales siguientes, ni los federales, impulsaron decididamente la terminación de los proyectos. Cada sexenio, cada gobernante prometía terminar ambas carreteras, se reiniciaban las obras y aquí quedaban inconclusas.

Es hasta la llegada de López Obrador que las obras se retoman con seriedad, evidentemente visionario para terminarlas en su administración. La carretera al Istmo (iniciada por el gobernador José Murat) aún no se concluye, pero se le avanzó considerablemente; y la autopista a la Costa oaxaqueña, será inaugurada el próximo domingo.

CARRETERA CONCESIONADA 

A falta de presupuesto público estatal, pues corría el penúltimo año de su sexenio, Ruiz Ortiz ofreció el proyecto a empresarios oaxaqueños para ejecutarlo con inversión privada, pero éstos no quisieron.

En uno de sus contadísimos viajes a Oaxaca, el presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien estaba a la mitad de su sexenio, pidió a Ruiz Ortiz dar el proyecto al gobierno federal para incluirlo en el Plan Nacional de Infraestructura. El acuerdo se concretó, donando el gobierno estatal los derechos de vía.

Calderón concesionó la obra de la autopista Barranca Larga—Ventanilla a un amigo suyo, quien por pleitos con la financiera, se la vende a ICA (Ingenieros Civiles Asociados).

Ya en el sexenio de Enrique Peña Nieto, ICA tiene problemas económicos con éste y detiene las obras que realizaba en el país, entre la cuales se encontraba la autopista a la Costa oaxaqueña. Y es ahí donde viene el mayor atorón para terminar la obra.

Al llegar el presidente López Obrador, entra un tercer concesionario: El Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin).

En octubre del 2022, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes publicó: “En la obra se estiman recursos por 8 mil 234 millones de pesos. La inversión se realiza a través del Fonadin que administra el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras).”

 

Hay debate entre si es inversión pública o privada. Como sea, lo realmente importante para la ciudadanía oaxaqueña es que la obra está terminada, con pequeños detallitos a concluir en breve, pero ya se abrirá al tránsito vehícular hacia los paradisíacos destinos turísticos de la entidad: Puerto Escondido, Huatulco, Puerto Ángel, Zipolite, Zicatela.

Así que la carretera detonará el desarrollo económico de Oaxaca, principalmente de los destinos turísticos y poblaciones aledañas, en el gobierno de Salomón Jara, quien, por cierto, tiene como meta la construcción de otra carretera rápida: Ciudad de Oaxaca-Tuxtepec.

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