El desempeño de la administración pública se encuentra en las funciones de
Estado que se desprenden de la Constitución y que descansan en una estructura
que cuenta con sistemas, subsistemas, métodos y procesos, con el fin de llevar a
buen término las funciones de gobierno que realiza la administración pública.
Ejemplo de ello lo constituye la función de la hacienda pública que, como función
de Estado, descansa en las funciones de gobierno de presupuestación,
fiscalización y tributación.
Tanto las funciones de Estado y sus funciones de gobierno se encuentran en
sincronía con la Constitución, el Plan Nacional de Desarrollo y el Presupuesto de
Egresos
Sin embargo, no todas las estructuras de las funciones de Estado funcionan de
manera sincronizada al mensaje político que se envía o a su propia estructura,
sobre todo cuando existen presiones ajenas, como las políticas, económicas o
sociales de sus actores que colisionan con los procesos que se desprenden de
sistemas y subsistemas y que podrían revelar la fragilidad de las estructuras y
sistemas en que descansan las funciones de Estado.
Todas las materias cuentan con sistemas o subsistemas y que, en otras palabras,
se refiere a los procesos, métodos y procedimientos para proporcionar servicios
públicos o desahogar los asuntos que los gobernados le presenten a la autoridad.
Es posible que uno de los errores de la cuarta transformación lo constituya, que el
trabajo de gobierno está montado sobre las estructuras y sistemas que dejaron los
gobiernos anteriores a los que menosprecia el Ejecutivo Federal por distintas
razones.
Los cambios y modificaciones que ha hecho a la administración pública no
modifican estructuras, sistemas, procesos o métodos, de tal forma que persisten
vicios, nichos y malas prácticas que impiden el buen desarrollo de la
transformación a la que aspira su proyecto de gobierno, aunque para su mensaje
político le conviene que persistan estas deficiencias para tener a quién culpar.
Por ejemplo, haber suprimido el sistema de compras de medicamentos en el
sector salud con el argumento de corrupción, no fue lo más idóneo, debido a que
careció de un sistema complementario que habría de substituir las compras de
medicamentos en el sector público y muy posiblemente esta sea la causa de la
carencia de medicamentos. Posteriormente la megafarmacia que vino a substituir
la falta de medicamentos, no es proyecto triunfador.
Hoy los sistemas y subsistemas de todas las materias de la administración pública
parece que se encuentran desfazados, por lo que se abre una ventana de
oportunidad para corregir lo necesario a fin de hacer coincidir las normas con los
procesos y métodos que son parte de los sistemas y subsistemas y hacer eficiente
la prestación de cualquier servicio público.
Entre todo esto se encuentra la ciudadanía, confundida por la diversidad de
mensajes en la narrativa gubernamental y que podría ser la víctima de la
deficiencia en el desempeño de algunos servidores públicos o los sistemas y
subsistemas que proveen.
*Es Maestro en Seguridad Nacional por la Armada de México
Correo electrónico: [email protected]
Twitter: @racevesj