Nueva lectura sobre la delegación olímpica a París 2024

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3 años y no 4, ha sido la espera para verificarse una nueva edición olímpica, esta vez con sede en París. “Paris 2024” promete con el regreso del público, el COVID-19 en ascenso y la posibilidad de confrontarse las potencias deportivas y las figuras más destacadas en los deportes.
México asiste nuevamente y nuevamente, los titulares del deporte son cautos y esquivan exitosamente la incómoda pregunta de cuántas medallas se obtendrán. Aún así, la Guevara dice superar las 9. La titular del COM, María José Alcalá, no se aventura, solo espera mejores resultados que en Tokio (4). Y que nadie se equivoque. Todos deseamos mejores resultados, pero es bueno valorar, informarse y tener los pies en la tierra. Deseamos éxitos, hay posibilidades complicadas de resultados interesantes, pero el panorama deportivo mexicano de todas maneras ofrece muchos asegunes a repasarse.
¿Es culpa del Comité Olímpico Mexicano y de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte que el público tenga solo las expectativas puestas en medallas y no aquilate esfuerzos, trayectorias, apoyos? Quizá. Hacerlo es quedarse por encima del tema. Lo facilito y de eso también es corresponsable el público. Deben informarse. Los deportistas que no aspiran a medalla merecen ser vistos y valorados, como antes, apoyados. Alguna vez el suscrito expresó al COM que, una vez concluidos los Juegos, informara a la opinión pública con lujo de detalle el status de la delegación olímpica mexicana al completo, saber cómo le fue, pues una vez finalizados los Juegos Olímpicos de turno nadie publica detalles y mengua la memoria deportiva de México. Saber quiénes eran primerizos, quiénes repetían, sus números previos, los alcanzados y sus peculiaridades. El público merece dar seguimiento a tales desempeños y no podemos negar que una delegación se valora no solo por su gigantismo, sino por sus resultados. Sí, las medallas y también todos los números que nos revelen el avance deseado de los atletas. La población de nuestro país y su tamaño conducen a decir con certeza, que merecemos mejor seleccionado. Y sabemos que a París debieron ir muchos más. Faltan deportes de conjunto y no solo el fut. Y sí, aquellos que lo merecían, como los hay que dudosamente lo merecían y los que no están.
Así, sabríamos, por ejemplo, cuántos repiten, qué marcas obtuvieron entre una y otra edición olímpica, quiénes quedaron a un paso de medalla (hubo muchos cuartos lugares en Tokio) y demás información que permita ponderar al conjunto de la delegación. Y que la gente valore con más ahínco e interés una delegación al completo y no solo medallas.
En todo caso, no olvidemos que en Tokio hubo muchos cuartos lugares que se quedaron a nada de la medalla. No eran malos desempeños. Y llevamos 3 años sarandeados conque las arqueras son estupendas, aunque sus números de primera jornada en París dejan dudas, pero a lo que vamos es a que se endiosan personas, se machacan sus nombres 4 años y luego, pueden quedar en nada. También hay mucha de esa propaganda.
Sí, todos queremos medallas, por eso es tan positivo que informados, apoyemos, solidarios y que el empresariado se involucre más y haya metido su dinero en los atletas. Un gobierno no tiene porqué ser el único patrocinador. Hemos pedido apoyos, ayudas y llegaron de algunos patrocinadores privados y eso es estupendo. Así debe de ser y sí, que los gobiernos robustezcan políticas deportivas y el COM se involucre y con dinero, si cabe. Lo que no puede ser que es supongamos que solo una parte ponga recursos. Sí, por suspuesto. Pero no debe recaer en el gobierno el peso de financiar a nadie. Lo dicho: todos queremos medallas, ergo, que el esfuerzo sea en conjunto. Y seamos justos, reconozcamos los apoyos de donde vengan y reclamemos los que no hubo. Hay ambos.
109 atletas no son muchos para el potencial mexicano. Es un número creciente medido en capacidad, tiene interesantes elementos a considerar. Y pudieron ser más. Primero que nada, hay gente muy competititva. No por haber calificado a los Juegos, que ya es decir y son ganadores solo por eso, sino que, además, llegan con números muy buenos, primeros lugares, podios, en el peor de los casos, batiendo marcas y calificando a deportes no vistos antes para mexicanos. Sí, qué bueno que no sea solo marcha, clavados y más clavados. México no tiene porqué estar siempre solo en unos poquitos deportes de la amplia oferta olímpica. Eso fue positivo en este ciclo olímpico, por muy cuestionable que sea la Guevara.
Merecemos destacar en un abanico más amplio de disciplinas. Qué bueno que no sean siempre los mismos deportes de siempre. México acude a París con 25 de 32 deportes inscritos y eso es altamente positivo, pero, acaso, nos falta subcategorías por cubrir. Van con pocos atletas por cada categoría atendiendo, suponemos, cuotas y asignaciones por país y disciplina y sabemos que eso supone límitantes, pero están presentes como nunca antes en deportes que no sean clavados o gimnasia y es importante, porque implica talento en otros rubros, apoyos recibidos, capacidad de participar y de mentalizarse en que hay más deportes, buscar medallas en otras áreas y, desde luego, supone robustecer a tales deportes frente a los de siempre. Lo que falta es continuidad hacia adelante.
Lo contrario ha sido acostumbrarnos y conformarnos con ver los JJ.OO. como si solo fuera eso, pocos deportes de siempre y al ver que no solo son eso, vemos las enormes carencias y desfaces nuestros y que deberíamos mejorar nuestra presencia nacional en ellos, diversificando más, pues seguimos dejando todavía tantos deportes sin cubrir.
Siguen siendo delegacioes de chiripa, sin continuidad y cuando la hay se estanca en un quinteto de deportes con posibilidad, no seguridad, de medallas, ¡cuando son 32 disciplinas olímpicas y debiera ser con seguridad! Entonces ya no es tan llamativa la delegación –pese a la propaganda que hoy recibe– si trae semejantes características. Ya el énfasis en clavados, solo en clavados y atletismo, nos lo adelantaba, y supone un proceso de entrenamiento barato, que no hay que invertirle mucho a la infraestructura más allá, pues es la ya existente y deportes individuales. Lo retador y caro sería los deportes más lustrosos, competitivos, vistosos de equipo, y que no solo sea el fútbol. Ahí es donde México no figura, no hay apoyos reales. El fútbol se paga desde siempre, así que no cuenta y fue una vergüenza no calificar a Olímpicos. Ese es el fut mexicano de cara al Mundial del 26. Un fut perdedor vendeplayeras.
Eso sí, no falta aficionado que ha escrito “somos potencia en marcha”. No. Se quedó en Los Angeles’84, así de grave “su análisis” y no ha visto la decadencia de la disciplina. Necesitamos gente informada y objetiva al valorar a nuestra delegación, así como cabe decir que la presente trae un gran semillero de triunfadores de podio y mundiales. Eso también debe decirse. De ahí provienen pronósticos muy optimistas en su desempeño. A veces de propaganda, más que realistas. “Y dio medalla a México”, dicen. Sí, una de Barcelona y otra en Atlanta, que fue lo que se trajeron nada más. Y repelan las 4 de Tokio.
 A juicio de ESPN está Méxco en el top de países más clasificados al mayor número de deportes olímpicos. Eso es muy positivo a la vez que muy paradójico ¿verdad? Menos atletas, esta vez en más deportes que no son los visibles o monopolizados de siempre.
Se envía a más mujeres que hombres, el 54 % de las medallas obtenidas desde 2000 las aportan ellas y el incremento de atletas activos en las Fuerzas Armadas, se incrementan, cosa que es llamativa por provenir de allí el apoyo total. Ojalá que la delegación en su conjunto, no pierda el carácter civil universal que debiera definirla, mas es una llamada de atención igualmente, para no descuidar apoyos y diversificarlos como el origen de los deportistas. Se echará en falta tres potenciales medallistas, Pizarro en ecuestres y Olmos y Zarazúa en tenis. Y no endiosemos al resto no dejemos de ser realistas, al apoyarlos. Nada nos daría más gusto y sabemos que el esfuerzo y la presión son tremendos, así que resta ser leales y desearles el mejor de los éxitos personales y como delegación olímpica.
 Sí, el comentario político obliga. Veníamos de la decadencia olímpica mexicana noventera (PRI). El PAN puso algo de orden en el tema deportivo incomodando al Comité Olímpico Mexicano. Como sea, impuso y apoyó ganar las sedes Panamericana y Centroamericana y los resultados ya se vieron el Londres con medallas y muchos buenos lugares entre el cuarto y el octavo. Regresó el PRI y como con tantos avances del PAN, todo lo hechó por la borda. el espejismo de llevar 132 atletas a Río no se reflejó en mejores resultados que en Londres  y para Tokio ya se había desvanecido mucho de lo alcanzado con el PAN. Guste o no, este gobierno ha dado apoyo a otros deportes, no a los de siempre. Se entiende el enojo de Paola Espinosa, pero más deportistas merecen apoyos y ver más deportes, no solo clavados. Si el cambio de política ha contado con disidentes como las chicas de nado sincronizado –con su embrollo de federaciones– no la mengua y se anticipa continuidad, que es lo que merece el deporte mexicano. Esta vez se cambió de estrategia y no se perdió un sexenio como le sucedió a Fox  ponendo orden y que, acaso, 12 años puedan dar mejores resultados en las ediciones de 2028 y 2032, que México lo merecería.
Eso sí, dijo López Obrador que el 2 de junio era un plebiscito a su mandato. En consecuencia, París 2024 lo será a su política deportiva, ineludiblemente.
Ojalá que el nuevo gobierno enderece la política de deportes de conjunto y sean competitivos.
Hay cinco retos perfectamente identificables, hacia adelante: 1) Ordenar más los deportes y que se rompan cercos en determinadas federaciones que los secuestran y pudren. 2) Abrir los apoyos de todos a esos deportes, incluidos los nuevos añadidos como olímpicos por el COI y respaldarlos de manera comprometida a todos los deportes de conjunto. 3) Si bien, es encomiable que aparezcan mexicanos en tantas disciplinas, la lupa permite ver que falta consolidar equipos de conjunto en instalaciones adecuadas. Renovar y ampliar las construidas, porque las piscinas ya tienen su tiempo, pero no se oye dónde se fortalecería a los equipos que no sean fútbol. 4) Continuidad en destacar los deportes. Se sigue apareciendo en unos y luego ya no y vamos a otros no de manera necesariamente continua. Como si se siguira dando bandazos. 5) Transparentar los recursos.