Llevando la contra.  (Columna invitada)

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Albert Cisne Toscani.

SEGURIDADES.

Resumen. Aunque pareciere no es así; en este nuevo artículo desde la plataforma de “llevando la contra…” se pretende separar los asuntos del Ejército Mexicano de los inherentes a los temas de las otras “seguridades”.

Tal vez la misión sea llevar al terreno de la “Seguridad Humana” a cuanto lector hile nuestra idea. El respeto de los “tenientes de sillas” dentro de este Taller de Ideas coloca los quehaceres de la SEDENA en el escalón final de la Administración de Riesgos, así se busca darle la responsabilidad de la “obra policial” a los actores políticos de República Mexicana, dejando al Ejército Mexicano como garante de la DEFENSA NACIONAL.

Podemos entender que Seguridad Nacional son las acciones realizadas por el Estado Mexicano para evitar su desaparición y esa toca a las instituciones armadas permanentes.

La Seguridad Interior es lo que necesita el Estado para salvaguardar la permanencia y continuidad de sus órdenes de gobierno e instituciones y el desarrollo nacional, mantener el orden constitucional, el Estado de Derecho y la gobernanza.

Ligada a la anterior seguridad, corresponde al Ejecutivo Federal, Gobernación, Administración Pública Federal y Fuerzas Armadas.

Respecto a la Seguridad Pública, busca la integridad y derechos de las personas, sus libertades, el orden y la paz públicos; comprende la prevención, castigo, investigación, persecución delictiva y reinserción social.

Es función de la Federación, Estados y Municipios con sus policías respectivas.

A tiro de piedra: Para el Estado, la seguridad de la nación y del ciudadano no le corresponde a este, en tanto no se encuentre incrustado, y controlado, por una autoridad. Quizá por eso, en México la delincuencia esté fuera de control. La Guardia Nacional no es tal, ya que una verdadera Guardia Nacional inicia con el ciudadano armado y con la ley a su favor protegiéndose a sí mismo y a su familia. El control presupuestal de esta fuerza, (a la que se nombra Guardia Nacional) es el verdadero quid del asunto. A mi entender la doctrina militar en los Sistemas de Seguridad del país (los 3, más la Seguridad Humana) avanza sin antes haber saneado sus procesos, formas y modos.

Escenarios:

1. El posible a corto plazo. La seguridad de todo tipo seguirá circunscrita al ciudadano en tanto forme parte de una autoridad, sujeta a débiles leyes y reglamentos, mientras que cualquier otro, considerado como menor de edad aún cuanto sea adulto, debe recurrir a las endebles instituciones de seguridad y procuración de justicia para defender su seguridad.

2. El ideal. Que el estamento en el poder, político, militar y policiaco nos “regale” la mayoría de edad para poder defendernos de los delincuentes con la ley a nuestro favor y con las armas en la mano, in situ, no en un juicio amañado y eterno.

3. El catastrófico. Las cosas (en nuestro México) seguirán como hasta ahora, con el ciudadano desprotegido por sus autoridades y con un mayor daño en el tejido social.

Como veo esto en cinco años? El control militar de la Guardia Nacional (encargada de la Seguridad Pública Federal) se consolidará con leyes a modo dado el triunfo camaral Morenista, pero sin antes haber saneado los procedimientos neo/militares para que esta fuerza sirva mejor a la ciudadanía; presuponer que el control militar es mejor que el civil es ingenuo, ya que las formas utilizadas para afrontar la Seguridad Pública son diferentes a las empleadas para atender la Nacional y la Interior. El clásico: “hágase porque ya lo ordené”, no aplica.