Rommel Pacheco nunca ganó una medalla olímpica. Nunca. Las fotos que circulan de él desde que se anunció que encabezará la CONADE, lo muestran portando medallas, buscando legitimarlo de llegar al cargo anunciado. Sin embargo, sépalo, téngalo usted claro: ninguna de tales preseas es olímpica. La olímpica es la más importante de todas las posibles, téngalo sabido. Y el atleta de élite receptor de grandes recursos oficiales Rommel Pacheco, jamás la ganó. Ana Gabriela Guevara, sí. Sí, Pacheco podría ser reconocido como un deportista de élite, sí, pero no nos olvidemos de que fue mediático, ya que los medios masivos se apearon de su imagen para endiosarlo, vendernos el cuento de un medallista olímpico que prometía (y que jamás lo fue) y sí, estuvo en 4 Juegos Olímpicos, pero siempre endiosado por los medios como acicate para fabricar el triunfo antes de conseguirlo y terminó siendo una promesa incumplida de obtener medalla olímpica al no conseguir la gloria olímpica. Así fueron las cosas.
Los enemigos y descalificadores de Guevara que no les interesa medir su desempeño con resultados que no son solo medallas y no pueden digerir que Pacheco nunca ha ganado una medalla olímpica. La Guevara sí la obtuvo. Así de sencillo.
Puede no gustarle a usted Ana Gabriela Guevara presidiendo la CONADE, más por su trayectoria política –que es más sólida que la de Pacheco– y no agrada más porque los medios la han atacado al ir tocando intocables antes que haber medido los avances de las delegaciones olímpicas y otras mexicanas, que en su conjunto –ojo, tómese la molestia de verificarlo– han ganado mejores puestos que antes de Guevara, obligada medirla por desempeños sumando podios y diplomas olímpicos; y Guevara sí tiene medalla olímpica y sabe de ganar la gloria olímpica, encaminando hacia ella los esfuerzos. En eso, Pacheco nos quedó ya a deber, también.
Eso no les importó para que Pacheco fuera abanderado en Tokio 2020, pese a carecer de medalla olímpica previa. Eso también debería de asearse definiendo criterios más justos en la designación.
Todos queremos mayor rendimiento del deporte mexicano, aspiramos a tener mejores dirigentes deportivos, debemos entender que no todo debe partir del gobierno y eso debería incluir promover a más deportes con apoyos, resultados y lucimientos –preseas y trofeos incluidos– que signifiquen mayor presencia resultante en Juegos Olímpicos y eso, ya lo hemos señalado antes, implica el apoyo de toda la sociedad, no solo del gobierno de turno. Pero la cabeza que se designe importará mucho. Por su historia y por su capacidad para resolver los problemas afrontando eficazmente los desafíos. Sí, sí importa quién sea. Y Pacheco es muy de justificar un fracaso. Mal precedente.
En eso, Pacheco se parece a María José Alcalá, la titular del Comité Olímpico Mexicano: siempre ponía pretextos a su fracaso y ambos nunca ganaron una medalla olímpica. Curioso que presidan las altas instancias del deporte.
¿Importa tenerla? Claro que sí, por tres razones: 1) legitima el cargo asignado, 2) demuestra que ser de élite supone e implica haber recibido mucho dinero en presupuesto para entrenamientos como fue el caso, persistiendo en alcanzar el fin último: ganar una presea olímpica y 3) demostraría que conociendo la gloria olímpica, tendrías y trazarías metas más claras de a dónde deben llegar nuestros deportistas. La meta sería mucho más definida y persistente con la medalla obtenida por el dirigente y así planteándola por objetivo y no por chiripazo, como nos suele suceder y en deportes de apreciación como el de Pacheco. Las medallas no caen, se trabajan.
Pacheco deja mucha dudas. No se le sabe una defensa y promoción del deporte como diputado. Se desconoce de él un plan de acción. ¿Se le usara más como una suerte de testaferro, prestanombres del deporte o como ariete contra Guevara, que como promotor efectivo de todos los deportes y no solo de clavados y los subjetivos deportes de exhibición a los que equivocadamente más se les ha apoyado en detrimento del resto de la cartera olímpica vigente? Si eso significa Pacheco, sería un duro retroceso al deporte. Volveríamos a las mediocridades priistas de toda la vida.
López Obrador cometió el error de, acaso, no involucrarse más con el deporte. Sería de justicia que lo haga Sheinbaum vigilando a Pacheco y nos referimos a vigilarle los pasos y las manos a Pacheco. Después de todo, es válido, ya que manejará dinero público, es decir, de todos nosotros.
Pacheco presenta otro problema: su visión corta dedicado solo a clavados. Partamos de tres realidades que conllevan una limitante a su condición. 1) Te puede no gustar la medallista olímpica Ana Gabriela Guevara, pero hizo algo muy importante: impulsó a todo el deporte mexicano. No se limitó a atletismo o a clavados. No se tragó la idea de que solo se apoya a los de siempre, a los que por cierto deporte “ha dado más medallas a México”, dado que no hay continuidad en tales ni son los mismos deportes de siempre los que dan tales medallas. Y era justo que se apoyara a otros. La oferta olímpica de deportes no son poquitos como los hemos endiosado aquí.
2) El resultado de apoyar a todos los deportes mexicanos se reflejó en la cantidad de podios, preseas ganadoras en todo tipo de torneos y campeonatos mundiales, a la consolidación de figuras, a la diversificación muy importante de deportes con mejores rendimientos y premios obtenidos, a mejorar exponencialmente los números de toda la delegación olímpica mexicana, tanto en Tokio como en París, con muchos lugares de élite entre el cuarto y el octavo sitio como nunca antes conseguidos, a dar visibilidad a deportes que antes apenas si se mencionaban y a obtener para México mejores resultados en general y, sobre todo, romper la inercia, la mediocridad y el anquilosamiento en los apoyos a solo unos cuántos deportes. Y 3) faltaría, de ahí la mala noticia de que llegue Pacheco al cargo, consolidar esa política de ampliar apoyos. A más deportes con la idea muy clara, muy fija de que la lista de deportes olímpicos es amplia y no se limita a clavados ni a boxeo. Y la marcha, donde no somos ya “potencia” hace un cuarto de siglo. Dicho por quienes necean que somos “potencia” en ella quedándose en la peregrina idea de Los Ángeles’84, o sea de ¡hace 40 años!. Despierten, el mundo siguió adelante.
Lo escrito en el párrafo precedente es lo importante: Pacheco ¿pinta solo para retroceso y seguir en la política del reflector sin resultado que bien conoce y practica? o ¿a devolver becas a federaciones y atletas de opacos procederes y a limitarse a apoyar solo a 2 o 3 deportes? esa fórmula fue un fracaso y ya la conocimos hasta 2018. Eso fue muy priista. Si se limita a unos cuántos deportes, ya perdimos como país. Demostraría cortedad de miras. Y sería una pena que nuestra delegación a Los Ángeles fuera reducida o de mal rendimiento en la ciudad con más mexicanos después de Ciudad de México. Necesita impulsar muchos equipos de conjunto, no solo fútbol, por ejemplo. Y números contundentes para alcanzar medallas, no solo para que nos resignen a aspirar a ellas o soñarlas. Certezas con base en desempeños.
Y en eso, Pacheco no pinta para ser la persona adecuada para alcanzar esa ambiciosa meta. No es una buena noticia su nombramiento, a menos que nos de la gran sorpresa. Su trayectoria no lo avala.
En todo caso, está demostrado que poner a un deportista al frente del deporte, no ha ayudado. Cero y van todos, si lo que se desea es alcanzar grandes metales en preseas. Con Pacheco se comete de nuevo el mismo error que han cometido todos los presidentes. Sin excepción.
Y le queda un pendiente que no asoma en su trayectoria. Apoyo a deportes olímpicos de invierno, un plan estructurado que no proponen y lo hemos expresado en ocasiones anteriores. No, no hace falta tener los Alpes, hay deportes que se pueden practicar en instalaciones de alto rendimiento bajo auspicios gubernamentales para no andar mendigando pistas de hielo, por ejemplo. Instalaciones que aún no tenemos y que no necesitan de los Alpes. A saber si necesitan de Rommel Pacheco.
Eso sí, quede usted avisado: Pacheco puede ser como Rafael Márquez, no solo no podérnoslo sacudir, sino que no triunfó más allá de ciertos torneos. Rara vez con México en el caso de Márquez. Eran mediáticos y eso era negocio. Era lo que importaba. Puede costarnos caro el error, por primar humo y no resultados en medallas.
Por cierto, China está ganando todo y quitándole a todos sus medallas. ¿Qué plan de entrenamiento novedoso ofrece Pacheco como plan de acción y de respuesta a China para todo el deporte mexicano? A saber….