Uno de los aspectos más negativos del nuevo TLC de Norteamérica fue la imposición de elevar los salarios en México por decreto y de adoptar estándares laborales más inflexibles en la negociación entre sindicatos y empresas.
Estas posiciones impulsadas por los sindicatos de Canadá y EU se sustentan en su ferviente deseo de restarle competitividad a lo producido en México con la peregrina y falaz idea que eso les generará más empleo a ellos.
La otra falacia en lo cedido por México en el capítulo laboral del TMEC fue el reclamo que “les había robado” muchos trabajos a su socios, generando desempleo y aprietos económicos, sobre todo en regiones que sufrieron un serio proceso de desindustrialización, como el llamado “cinturón oxidado” de EU.
Dejando las falacias a un lado, el análisis de los hechos muestra que:
- El desempleo en el “cinturón oxidado” es menor al promedio nacional.
- Los flujos de inversión directa de EU a México están muy por debajo del nivel que se requeriría para generar la pérdida de empleos en su sector manufacturero que le atribuyen. Además, hay que contar los empleos creados en EU por la cuantiosa inversión mexicana en ese país.
- Elevar la penetración de mercado de México en EU no muestra ningún impacto en el número de empleos en manufacturas a nivel nacional, regional o sectorial.
- Los salarios en México medidos en dólares, crecieron en el llamado periodo “neoliberal.”
- La compensación por hora trabajada aumentó en los tres países del TMEC.
- Las empresas foráneas en México pagan salarios superiores al promedio.
- La mano de obra mexicana eleva la competitividad de Norteamérica.
- Dada la mayor juventud relativa en México, el perfil demográfico del TMEC también aporta mayor competitividad.
Si bien ha habido alguna mejoría en los salarios de los trabajadores mexicanos en la industria, en comparación con los de sus socios comerciales, no hubo la convergencia que los acercara más, como se esperaba al abrirse las fronteras.
Ello se debe a que México dejó de adoptar las reformas económicas y jurídicas que reforzaran el TMEC y permitieran elevar la productividad de los trabajadores al ritmo de los flujos comerciales.
Tampoco se invirtió en mejorar la infraestructura para elevar la productividad, por lo que el mal entorno que sufre el trabajador resultó en bajos salarios, al tenerse que compensar así el pésimo transporte público; servicios eléctrico e hidráulico malos y caros; inseguridad; e ineptitud y corrupción públicas.
Este listado parcial de obstáculos que le impone el entorno al trabajador en México explica por qué ese mismo operario tiene una productividad 4 veces mayor cuando se va a EU, a pesar de problemas con el idioma; las costumbres; la lejanía de su ámbito familiar y social; y un medio con frecuencia hostil.
Las contrarreformas y los aumentos salariales forzados por el actual gobierno de México agravarán mucho el problema al incidir en menor competitividad, lo que paradójicamente impondrá menores salarios o mucho mayor desempleo.