Los partidos y las elecciones

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Aunque el proceso electoral inició desde septiembre del año pasado, ahora en las etapas llamadas de precampañas, los partidos políticos en los diferentes niveles de elección, ya sea a nivel municipal, diputados locales, gobernadores o diputados federales están iniciando su bombardeo de spots a través de los medios de comunicación de lo que entenderíamos son sus propuestas hacia los electores de cara a la elección del 6 de junio.

De lo que están lanzando hacia el lector los partidos, que ya contaban con registro definitivo y que son sobrevivientes del tsunami electoral del 2018, la conclusión general que podemos sacar es que están como si en este país no hubiera pasado nada desde esa última elección federal, o aún más grave, que a ellos no les hubiera pasado nada. Los mensajes que están emitiendo hasta ahora no reflejan que hayan entendido que una locomotora de hartazgo y críticas hacia su comportamiento de corrupción, actos de impunidad e ineficiencia para atender las necesidades de los electrones y de toda lo sociedad les haya calado para que hayan hecho previamente una autocrítica o análisis de su comportamiento anterior, y no solo eso, no se refleja en los actuales mensajes en esta etapa electoral, sino que como si no existiera memoria en los electores, los mismos de siempre, y con las prácticas justo rechazadas por los electores, pero además por los propios militantes de base de los partidos, los dirigentes se han repartido, como se dice, con la cuchara grande para quedar los mismos de siempre y con todos sus negros historiales muy conocidos en la sociedad y dentro de sus partidos.

En el plano nacional ya se ha visto con las listas de los llamados plurinominales, que son como bien sabemos, los candidatos por la vía de la representación proporcional, pero a nivel local es mucho más evidente porque en esos universos más reducidos todo mundo se conoce, y ahí es donde las crisis al interior de los partidos está más evidenciado, ya sea porque están los mismos de siempre en las candidaturas a nivel local, y que se manifiesta también en esta etapa por el gran “chapulineo” de políticos locales sin ningún tipo de argumento de carácter ideológico o programático o de algunas causas sociales sino simple y sencillamente porque no han sido los beneficiados con las candidaturas por parte de las dirigencias locales o nacionales de los partidos porque, como ya dijimos, han sido ya repartidos entre las camarillas de esas dirigencias, este es el caso del PRI, PAN y PRD, sobre todo.

En el caso de MORENA, la cosa no va mejor ,con la idea de que la lucha está en lograr la nominación y en virtud de que todas las encuestas hasta hoy lo ponen por encima del resto de los partidos y confiados en que la aún hasta ahora popularidad de López Obrador los lleve a un buen resultado electoral, pero sobre todo confiados en la operación política que los empleados del gobierno de la Secretaría de Bienestar, a través de los programas sociales puedan hacer, es que hay una lucha fratricida y encarnizada por las nominaciones aún y que ese partido, mazacote de personas y movimientos de las más diversa raigambre ideológica y política, no ha logrado crear una estructura electoral propia, no aportan nada en mensajes y algunas declaraciones de los aspirantes que no sea la misma cantaleta lopezobradorista de “transformar” al país y luchar contra el pasado de corrupción, huérfanos de propuestas para la realidad que vive la sociedad o mucho menos atreverse a hacer una autocrítica sobre la ineptitud, dislates, ocurrencias, corrupción y demás del gobierno de López Obrador solo son un eco de los disparates discursivos de su líder.

Por otro lado, los partidos que están luchando por su registro definitivo (Fuerza por México, Encuentro Solidario y Redes Sociales), los mensajes son de una vaguedad y vacío de contenido, qué tal pareciera que están más preocupados por buscar candidatos para llenar las plantillas que de presentar un programa o ideas de porque sabedores los electores que en 2018 era apoyo de López obrador ahora buscan su propio registro como partidos, sacando no pocos de sus posibles candidatos justo de las deserciones de los partidos perdedores en 2018 y algunos reciclados del anterior partido PES en su versión 2018.

Con las contagios por COVID sin darnos tregua y que oficialmente llegaremos esta semana a 200 mil personas fallecidas por este nuevo coronavirus y una vacunación a cuenta gotas, sin una estrategia como lo ha sido toda la pandemia; una violencia e inseguridad sin freno que en este gobierno de López ha dejado 79 mil homicidios dolosos; una crisis como la del año pasado que hizo caer la economía a -8.5% el PIB como no se había visto desde hace 90 años con el consecuente incremento en la pobreza y desigualdad social, que son los verdaderos graves problemas de nuestro país y sus consecuencias en la sociedad, pues al parecer a ninguno de los partidos le hace sentido hablar en sus mensajes de esto, y de continuar así el gran hartazgo y rechazo que a pulso se ha ganado este gobierno de ineptitud y discurso polarizante del presidente difícilmente habrá una alternativa de oposición en la cual los ciudadanos podamos apoyarnos para expresarnos, lo cual nos pone en una ruta en la que MORENA y con todo sus contradicciones internas, vacío programático candidaturas de impresentables como el de Guerrero, pero con la operación política de los mal llamados “siervos de la nación”, a través de los programas sociales puedan quedarse con la mayoría sino se hace un alto urgente en el camino para redireccionar la estrategia de los partidos de oposición y proponer nuevas alternativas tanto de candidaturas como de soluciones a los problemas que aquejan al país, de no hacerse la crisis que se manifestó en el rechazo del status quo en 2108 que llevó al triunfo de López Obrador pueda darse en una reedición como puntilla a la ya de por sí frágil democracia mexicana.

@aguilarsoliss