El 74 por ciento de aprobación que mantiene Andrés Manuel López Obrador en su tierra hace comprensible que Morena posea un 60 por ciento en la intención del voto en Tabasco. Sin embargo, está probado que cuando el tepetiteco era opositor y no participaba en elecciones, los candidatos de su entonces partido, el PRD, no lograban las maletas de sufragios que concitaba él.
Ya como mandatario del país parece que la ecuación no es la misma: algunos analistas están observando un fenómeno que consiste en la “personalización” del voto, más que la “partidización”. Esto es, el tepetiteco va a influir aunque no sea abanderado, debido a que es un líder con una sólida base social y con una cauda de adversarios debilitados, por lo cual su presencia es tangible.
AMLO es un caudillo: por un lado, quiérase o no, su carisma, y por el otro las circunstancias que prevalecen en el país y el descrédito crónico del PRI y el PAN.
Y, al menos en Tabasco, el mandatario le genera esperanza a sus paisanos, en un fenómeno que debe interpretar la sociología.
Una variable a considerar es que, en su tierra, de febrero de 2020 al mismo mes del año que corre, el presidente ha perdido 6 puntos (pasó de 80 por ciento a 74 por ciento en ese lapso), y si la tendencia se mantiene en los seis meses de 2021 (hasta llegar a las votaciones) podría extraviar por lo menos la mitad de esa cifra.
También hay otra circunstancia que dificulta el trabajo de los pronósticos: Tabasco es uno de los estados más difíciles para las encuestadoras, ya que el ciudadano esconde su preferencia.
De lo que no hay duda es que la aceptación del PRI de mantiene en un 11 por ciento, mientras el PRD ronda los 4 puntos.
Con esos números, la oposición debe postular abanderados, más que populares, que no representen la cultura partidista del “más de lo mismo”.
Así que, al menos en la teoría política, al vinotinto le basta con nominar candidatos sin imagen negativa, a fin de que los escándalos que arrastren consigo no le quiten los bonos del partido, que en realidad son de López Obrador.
PARA SU INFORMACIÓN…
EN SU MÁXIMA expresión, la guerra sucia en estas campañas locales, que por cierto inician hasta dentro de dos semanas, han llegado al extremo de difundir supuestas conversaciones de mensajería instantánea. Ahora fue a la alcaldesa de Cunduacán, Nidia Naranjo Cobián, a la que le inventaron una supuesta charla con el precandidato más aventajado de Morena a ocupar su silla, Oscar Enrique Ramos. A todas luces falsa, la supuesta plática fue difundida masivamente en redes sociales. Algunas fuentes responsabilizan al equipo del expriísta Carlos Juárez, quien también busca la candidatura morenista, de la estrategia para relacionar a Ramos con la Naranjo.
SON VARIOS LOS actores priístas que aseguran sentirse menospreciados por el presidente del partido, Dagoberto Lara Sedas, quien lleva tiempo sin contestarle la llamada a dirigentes medios que, para variar, están siendo tentados por otros partidos para abandonar el barco tricolor. ¿Habrá renuncias masivas?
EN EL PRI se asegura que este partido va a concentrar sus fuerzas y recursos en la campaña para presidente municipal de Centro y, por supuesto, para las diputaciones de los distritos de la capital. Por lo pronto, ya están listos para volver a la política Héctor López Peralta, Beatriz Luque Villar y los primos Del Campo, entre otros funcionarios de la administración de Andrés Granier Melo.