Pecaré de indiscreto: a Rafael y a Carlos Loret de Mola los conozco de siempre. He vivido con ellos enormes experiencias, aventuras, anécdotas, cotejos deportivos, historias y proyectos. Rafael un temerario periodista, escrutador, divulgador, cronista, escritor afamado y exitoso, fue por muchos, muchos años parte de mi cuadro de colaboradores en radio y televisión.
Ha sido insistente en la denuncia pública sobre la tragedia de su padre, el exgobernador Carlos Loret fallecido en un muy extraño accidente automovilístico el 7 de febrero de 1986. El abuelo Carlos también periodista, también político. Una y otra vez Rafael me mostró fotografías del Mercedes totalmente destrozado y enfático al señalarme las imágenes me preguntaba “qué ves de extraordinario”. Nada inusual,le respondía, observó como el auto es rescatado de un barranco. Rafael me insistía “mira el carro está destruido, las placas intactas”. Y era verdad.
En aquellos años radiofónicos Rafael me pidió apoyar a Carlos, su hijo en los caminos del periodismo. Entonces inicie un proyecto llamado “debate político juvenil” todos los sábados en Radio Trece. Ahí enfrentaban ideas, Carlos Loret de Mola, Luciano Pascoe, Miroslava García, Roberto Gil Zuarth, entre otros. Carlos lucía como siempre intrépido, seguro y muy informado.
Más tarde el presidente de Radio Trece le pediría tomar la conducción del noti de la mañana cuando estaba yo a punto de dejar a la empresa. Recio, entero y con enorme amistad, agradecimiento y dignidad expresó que no tomaría mi sitio mientras yo permaneciera al frente del informativo. Carlos dejaria entonces de colaborar con Ricardo Rocha, no se entendió con Radio Trece y si aceptó una corresponsalía de guerra en Televisa. De ahí, por esfuerzo y talento inició su ascenso. Se fortaleció como reportero, como investigador, como conductor de espacios noticiosos, como analista, entrevistador, vamos como un periodista que sabe y maneja los distintos géneros. Ha sabido mantener la verticalidad, el honor, el prestigio y lo más importante, la credibilidad. Hoy AMLO está enojado, toma tiempo de la nación para dirigirse a Loret, sin argumentos con desafíos. Intenta dañar su imagen para subir la suya.
AMLO habla de montajes y pregunto sin ir más lejos, la liberación de Ovidio Guzmán no ha sido y sigue siendo un gran montaje? Primero Alfonso Durazo señaló que fue una decisión colegiada, frente a la presión social AMLO cedió y dijo que la orden la giró él mismo. En otro asunto acusa que la vacuna que no fue aplicada a una persona de la tercera edad es un montaje. Pregunto, por qué no exhibe, presenta y da el nombre de la “voluntaria” y sus cómplices. Primero en una tarjeta informativa el IMSS señala que “Se informa que la vacunadora voluntaria fue retirada de la célula de vacunación” (¿del IMSS? Porque ahora dejan suponer que pertenece a la matrícula del IPN).
Pero como siempre AMLO tiene otros datos pero no los muestra. Dónde está esa voluntaria, qué se hizo con la jeringa, qué de la dosis, quién conspiró contra su gobierno, donde está la denuncia? Verdad que es un montaje para distraer y enmarcarse como víctima? Si algo tienen Rafael y Carlos es que en sus aseveraciones, investigaciones y divulgaciones periodísticas no han sido desmentidos. En todo caso, cuando hay polémica han dado la cara y como en el caso de Carlos, se han ofrecido explicaciones y disculpas al recordar el caso de Florence Cassez (hace 16 años) pero vale recordar que hace menos hubo tres insólitos montajes: la toma de Reforma, la actuación para ser acreditado socialmente como presidente legítimo y aquella extraña intervención al corazón en Médica Sur cuando se negociaba el registro de Morena a cambio de no entorpecer a la Reforma Energética. Y subrayo, extraña cirugía al corazón, porque semanas después el tabasqueño daba muestras de una extraordinaria condición física jugando al béisbol en el norte del país (algo similar a su contagio de COVID en donde aprovecha hasta para decidir cuándo da un abrazo o cuándo se vacuna).
Pero sin duda alguna el mayor montaje de la administración han sido las “mañaneras” copeteadas por incondicionales sujetos que se hacen pasar como periodistas para adular al mandatario. A AMLO le irrita que se lancen misiles justo en la fibra más sensible: su aparente combate a la corrupción. Sus cercanos, desde jefe de gobierno, están salpicados de supuesta y otros comprobada corrupción (Bejarano, Bartlett, Flores, Cadena, Napito…),parte de sus familiares también (Pío, Felipa). Ahora se llaman “aportaciones” manejadas entre funcionarios de confianza y hermanos.
Tengo una duda, ¿la inauguración del aeropuerto Felipe Angeles no fue un montaje?, una más, ¿el festejo en Tijuana por doblarse a las presiones de Trump para controlar a la migración fue un montaje?. El caso es que en la lista de desacreditados por su mala fama están los políticos en primerísimo sitio, les siguen los policías judiciales.
Yo por lo pronto prefiero leer un buen artículo de Carlos que encender el televisor para escuchar que los periodistas y los medios somos los culpables de que no haya médicos y especialistas para atender a la pandemia o para enterarme que Juárez se casó con Carmelita Romero Rubio. En pocas palabras, para creer pues mejor a un periodista que a un político. Total nosotros tenemos otros datos…pero si los damos a conocer y con fundamentos.
Conductor del programa Va En Serio mexiquense tv canal 34.2.