CRÓNICA POLÍTICA: ¿Golpe de Estado orquestado desde la entraña de Morena?
Rosy RAMALES
El presidente Andrés Manuel López Obrador considera “constitucional” la ampliación de dos años del periodo del ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar Lelo de Larrea; pero sin dar argumento jurídico alguno.
Y es que no lo hay.
Sin embargo, el argumento del mandatario nacional es que Zaldívar “es un hombre íntegro, honesto y que ayudaría mucho en la renovación del Poder Judicial”. Así que si llega otro, “será más de lo mismo”.
Más claro, ni el agua: El argumento de AMLO es político y se basa en su proyecto (por no decir capricho) de transformar el Poder Judicial, a modo.
Está bien, es correcto pretender acabar con una cueva de Alí Baba, donde se han enquistado una insospechada gama de intereses.
El Poder Judicial se ha convertido en el negocio de ministros, magistrados y jueces, con sus honrosas excepciones, pues los hay intachables. Y ahí, en algún tiempo solo se dio acceso a la bolsa de trabajo a familiares, amigos y recomendados.
Incluso, de ahí hasta ‘recomendaban’ a personajes a los gobernadores para que éstos otorgaran magistraturas en el respectivo poder de las entidades federativas.
Imagínense entonces, cómo se confeccionan y deciden las sentencias, sobre todo en casos relevantes política o económicamente. ¿O esto ya no se da en el Poder Judicial Federal?
AMLO ha dado a entender que sí. Por eso pretende “transformarlo”. Y este propósito, al parecer, se aceleró a partir de que jueces empezaron a conceder amparos en contra de decisiones presidenciales o legislativas sobre proyectos del tabasqueño.
El pretexto le vino como anillo al dedo.
Pero nada justifica querer “transformar” al Poder Judicial solamente por sentencias adversas a un proyecto político (porque carece de bases jurídicas), y menos violentando de manera tan grave la Constitución Política General.
Vaya, en ninguna persona sensata cabe la idea de prorrogar el mandato del presidente de la Corte vía un transitorio a una minuta de reformas a leyes secundarias, cuando hay un procedimiento constitucional a seguir.
Por eso, el también morenista Porfirio Muñoz Ledo tiene razón cuando dice: “El Presidente de la República no podría bajo ninguna circunstancia hacerse cómplice de esta trampa que le han tendido, al establecer que otro poder de la Unión pudiese extender su mandato por dos años sin que esto implicara una reelección”.
Exacto, una reelección del presidente de la Corte, cuando la Constitución ordena que el periodo es improrrogable.
¿Sigue entonces la reelección del Presidente de México mediante un artículo transitorio a ley segundaria? Es una de las grandes preguntas planteadas a partir de la aberración, del albazo, del Senado de la República.
Y como bien dice Porfirio el Poder Legislativo se encuentra realizando la vergonzosa tarea de violar la Constitución mediante el dictamen o minuta del Senado, a la cual calificó de “patéticamente inconstitucional que anularía la división de poderes y podría conducir a la disolución del régimen republicano de gobierno”.
Habría que entender las palabras de Muñoz Ledo porque encierran una advertencia de grandes dimensiones respecto de la ampliación del periodo del presidente de la Corte. Por ejemplo, dice:
“(Se trata de) un albazo incitado en las entrañas de un grupo con intereses perversos al interior de nuestro movimiento lo cuales, bajo la máscara de aduladores, pretenden engañar a quienes encabezan el Ejecutivo y Judicial”.
“Se trata de un golpe de estado prospectado por quienes desean hacerse de la totalidad del poder en 2024, orientado a asentar las bases de un régimen autoritario y la desaparición del sistema de división de poderes”.
Qué grave.
Y es gravedad incluye, según las palabras de Muñoz Ledo, el que ni el ministro presidente de la Corte fueron consultados anticipadamente sobre la maniobra de la ampliar el mandato de Zaldívar mediante un transitorio a la minuta de reformas a leyes secundarias.
Porfirio puntualizó:
“Ambos saben que la reforma votada por el Senado constituye un atropello a la Carta Magna y que de aprobarla la colegisladora abre la puerta a la sistematización de quebrantamientos y contravenciones al sistema jurídico sin responsabilidad alguna”.
“Nos colocaríamos ante el callejón sin salida de una crisis constitucional donde los propios poderes constituidos vulnerarían sus actuaciones en relación de unos con otros”.
Pues ahí está la advertencia y el llamado a la Cámara de Diputados Federal, donde Morena y aliados tienen mayoría, entonces como pululan los aduladores seguramente aprobarán la ampliación del periodo de Zaldívar.
Porque se trata de retener el poder a toda costa desde los poderes constituidos. Sería como la fusión de los tres en un solo Poder, lo cual también prohíbe la Constitución.
Y que Dios agarre confesados a mexicanos y mexicanas; sería el fin de todas las libertades, del régimen democrático y de las instituciones.
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