Desde cuando los números de una dudosa elección interna le dieron el triunfo a Alejandro Moreno Cárdenas como presidente nacional del PRI, en los corrillos priistas se empezó hablar de que en los comicios de 2021 éste sería postulado a diputado federal por el principio de representación proporcional a cambio de renunciar al cargo en el partido.
Para que la dirigencia nacional priista la asumiera Alejandro Murat Hinojosa, dejando éste la gubernatura de Oaxaca a un interino mientras llega la elección sucesoria de 2022.
Ese era el acuerdo entre “Alito” y los Murat. O por lo menos el plan de José Murat Casab. Ya ven que para todo culpan al papá, como si Alejandro no pudiera tomar sus propias decisiones y emprender por sí mismo su camino político.
Igual y es mito ese control del “Che Murat”, quien, por cierto, en sus años mozos solía rematar sus discursos con la frase de Guevera: “Hasta la victoria siempre…”
Como decía el Chapulín Colorado, desde el principio “todo estaba fríamente calculado”. Incluso, se llegó a decir que Moreno Cárdenas había sido puesto (más que electo) como presidente nacional del PRI porque él representaba al dirigente moldeable a los intereses del líder moral y político de Morena, Andrés Manuel López Obrador.
Cosa que en un principio fue creíble porque la dirigencia priista en sus discursos poco tocaba a Morena y mucho menos al Presidente de la República, quien por cierto, trae tan buena amistad con Alejandro Murat que en Oaxaca ya hasta estaban dudando de su fidelidad al Revolucionario Institucional, partido que lo hizo gobernador.
Vaya, en algún momento corrió el rumor de su probable incorporación al gabinete del presidente López Obrador para sustituir a Esteban Moctezuma Barragán en la Secretaría de Educación Pública, justo en días de ausencia de Alejandro Murat en la entidad donde es gobernador; y si no ausencia, por lo menos silencio.
Quizá andaba en uno de sus usuales viajes al extranjero o en la Ciudad de México; acude con frecuencia a la capital del país y acostumbra tomar temporadas de relax fuera de éste.
Tal vez AMLO le hizo la propuesta. Porque hasta en el gabinete muratista había silencio, expectación. En algunos, no cuadraba la idea de que Alejandro pasase de gobernador a empleado…Secretario de Estado, pero al fin empleado del presidente López Obrador; de jefe del Ejecutivo a subordinado.
Pasaron los días y, zaz, Murat Hinojosa reapareció públicamente de nuevo, primeramente en redes sociales en las cuales solo había manejado mensajes genéricos sin presentarse él.
En fin, en ese entonces del principio se dijo que “Alito” iría a una curul federal para dejarle a su tocayo Alejandro Murat la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, justo en el último año de ésta como Gobernador de Oaxaca.
¿Y para qué? Ah, porque el plan era posicionar a Murat Hinojosa como el candidato priista a la Presidencia de México para las elecciones de 2024. Incluso, por eso él mismo o su grupo político intentó posicionarlo como líder del Sur-Sureste.
¿Y entonces el destape hecho por la diputada federal Cynthia López Castro a favor de “Alito” para abanderado del PRI a la presidencia del país?
¿Ya se soltaron los demonios internos.?
En una entrevista con José Cárdenas, López Castro dijo que no la mandó nadie, pero aceptó la existencia de un grupo de priistas a los cuales les gustaría ver a “Alito” como candidato presidencial.
¿Y el plan “Murat”? ¿O nunca existió? ¿O “Alito” es el candidato más débil para el 2024? ¿O el más fuerte?
Como sea, Moreno Cárdenas ha aprovechado muy bien su posición como líder nacional del PRI; desde que asumió el cargo su imagen prevalece en la información del partido.
¿Y QUÉ HARÁ ALEJANDRO MURAT?
Alejandro Murat Hinojosa sí que debe ir pensado qué hacer cuando concluya su mandato como Gobernador de Oaxaca en 2022.
Ningún priista de hueso colorado quisiera estar en su pellejo. Porque eso de ser un gobernador emanado del PRI y entregar la estafeta al ganador o ganadora de Morena, sí que está cañón.
Morena ya se siente con la gubernatura oaxaqueña en la bolsa, a menos que del resultado de las elecciones concurrentes de 2021 resurjan los liderazgos priistas y le pongan freno a cualquier intento de entregar la sucesión sin meter ni una mano.
En fin, ¿pero qué hará Alejandro Murat respecto a su futuro? Porque si en el PRI nacional no lo arropan para presidir el Comité Ejecutivo Nacional, ni para postularse como candidato presidencial priista, ¿qué le queda?
Irse a otro partido.
Pero con su inmensa fortuna, Alejandro Murat ni siquiera debería preocuparse en su futuro; puede vivir más que holgadamente.
Es de las personas privilegiadas por la vida y bendecidas de Dios, porque nació en buena cuna, recibió la mejor educación, y es hijo de padres pudientes.
No ha pasado hambre, sus negocios se insertan en el auge económico, entonces ¿qué le aflige un cargo político?
Bien haría en retirarse de la política. Que la política se la deje al papá; el “Che Murat” es el zoon politikón.
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