Causas de la pérdida de la preferencia electoral en Morena

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Ya ni los íconos de la izquierda en la historia reciente mexicana cree del todo en el gobierno del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador: Porfirio Muñoz Ledo y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

Y si ellos dudan y hasta advierten riesgos para México, con qué calidad moral puede Morena pedir a ciudadanas y ciudadanos votar nuevamente por las candidaturas morenistas para las elecciones concurrentes de próximo seis de junio.

Las dudas de Cuauhtémoc y los temores de Porfirio respecto del gobierno de AMLO y de las acciones de Morena, son las mismas dudas y temores de buena parte de la ciudadanía.

Y quizá de la mayoría.

Porque si bien, Morena puede ganar cargos de elección popular y en suma su votación puede ser la más alta en comparación de sus competidores, en realidad será la menor en relación a la suma de la votación de toda la oposición, más el abstencionismo.

En el foro Jesús Foro Jesús Silva-Herzog Flores, Cuauhtémoc Cárdenas sin tapujos dijo: “Difícilmente diría que tenemos un gobierno de izquierda, por más que se declare de izquierda”.  

¡Zaz!

Aunque consideró haber “una serie de políticas sociales que bien podrían enmarcarse en la definición de algunas de las izquierdas”; sin embargo, no se ven medidas progresistas.

Y Cuauhtémoc tiene toda la razón, sobre todo cuando dice que en el actual gobierno federal no se ve una política que lleve al crecimiento y desarrollo económico del país, para los cual se requiere inversión pública y privada.

¡Claro! No hay de otra. Pues como bien dice Cárdenas: “A la pura esperanza, la economía no crece”. 

Vaya es como si a una vaca la ordeñas todos los días sin darle suficiente agua, pastura y todo lo necesario para que la vaca siga produciendo más leche y de mejor calidad, pues llegará el momento en que la vaca deje de producir y hasta muera a falta de los nutrientes indispensables.

Igual una comunidad, un municipio, una entidad federativa y un país.

Cómo pretender el crecimiento económico si la administración pública, con el auxilio vergonzoso de sus legisladores y legisladoras, solamente planean cómo sacarle más y más dinero al sector productivo, sin el menor incentivo.

Como si pretendieran la llegada del momento de la quiebra económica, para que el Estado pueda quedarse con los bienes vía mecanismos aparentemente legales.

No es posible pensar en el desarrollo social, sin desarrollo económico; en más y mejores programas sociales sin generación de empleos formales mediante la creación y rescate de comercios y empresas (rescatar no necesariamente es inyectar recursos a fondo perdido).

En fin, ¿hacia dónde va México con una izquierda que no es de izquierda?

La izquierda no es sinónimo de pobreza, ni de aniquilación de la economía, ni su discurso se agota en la lucha contra la corrupción y la austeridad, mucho menos cuando solamente se trata de un modelo gatopardista.

NO CAER EN UN NUEVO AUTORITARISMO

Tan lúcido a su edad, Porfirio Muñoz Ledo advierte el siguiente riesgo:

“En la segunda parte del sexenio un peligro de que se endurezca el poder, de que se reduzcan los ámbitos autónomos que son lo propio de la democracia, en el terreno del centralismo, en contra del federalismo, del municipalismo, en el terreno de la división de poderes, en el terreno del respeto de los órganos autónomos constitucionales y de respeto a la sociedad, a la gente, a la opinión pública, a la prensa”.

Es un riesgo que no solo percibe Muñoz Ledo, sino también buena parte de políticos de distintas ideologías, académicos, intelectuales, profesionistas y en general ciudadanos y ciudadanas, sin que sean cosas de la imaginación, sino parten de la postura del mandatario nacional en sus “mañaneras” y de acciones consumadas vía Poder Legislativo Federal.

Francamente, no creemos que Porfirio hable por hablar, o por resentimiento al negarle Morena la posibilidad de la reelección como diputado federal, sino habla con conocimiento de causa, con la voz de su cúmulo de experiencia.

A estas alturas de su vida, Muñoz Ledo no tiene nada qué perder y sí mucho que ganar al no claudicar a su pensamiento.

Y a pesar de todo, es benévolo con el presidente López Obrador, de quien considera ha sido mareado por sus colaboradores que quieren que use el poder absoluto en contra del sentir de los ciudadanos y al margen de principios constitucionales; ese es el problema que estamos enfrentando”. 

¿De verdad marearon al presidente? ¿O el presidente se mareó solito? ¿O será que en realidad AMLO siempre quiso el poder absoluto?

CAUSA DE PÉRDIDA DE PREFERENCIA  

Como citamos párrafos arriba, las dudas de Cuauhtémoc y los temores de Porfirio respecto del gobierno de AMLO y de las acciones de Morena, son las mismas dudas y temores de buena parte de la ciudadanía.

Y esas dudas y esos temores ciudadanos son algunas de las causas de la pérdida de preferencia electoral hacia Morena y hacia la imagen del mandatario nacional, quien si bien sale mejor evaluado que el partido, eso no significa que tenga la misma fuerza que en 2018.

En 2018 AMLO ganó poco más de dos a uno a su más cercano competidor, el panista Ricardo Anaya Cortés, y más de tres a uno al abanderado del entonces partido en el gobierno (el PRI), José Antonio Meade Kuribreña. Su partido y su coalición, prácticamente en la misma proporción en el resto de cargos de elección popular.

Pero entonces la ciudadanía tenía esperanzas, no miedo como ahora.

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