El Chirispiote

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# 137  1°   de JUNIO  de 2021

REVISTA VIRTUAL SATIRICA, LITERARIA Y  POLITICA

A partir de este número  El Chirispiote ofrece a sus lectores algunos textos de Humor Negro de Gonzalo Martré.

El escritor mexicano Gonzalo Martré (1928), ha cultivado el Humor Negro durante toda su carrera literaria. Novelas y cuentos han salido de su PC (antes se decía de su pluma), vayan algunos de sus textos cortos comenzando con El guamúchil doblado:

 

  1. EL GUAMUCHIL DOBLADO

En el 2018 mi amigo Fred Alvarez natural de Sinaloa, me invitó a su terruño para que presentáramos allá la edición sinaloense de un libro de testimonios dedicado a Renato Leduc, compilado por él y donde figuraba mi testimonio.  Fuimos a Culiacán y luego a Mazatlán, luego de la presentación en el puerto, hubo una invitación a cenar por parte del parnaso sinaloense (dos poetas). Aproveché para preguntarles a los batos si habían leído mi narconovela Cementerio de trenes ( 2003, Ed. Selector) cuya trama ocupaba el escenario del estado de Sinaloa. Dijeron que sí, pero que no les había gustado porque  tenía yo un gran error histórico al confundir los tiempos de dos narcogobernadores célebres: Polo Tambora y Toño Torpedo Porro. Traté de explicarles que no era error, se trataba de una argucia literaria para juntar en un relato de humor negro a esos dos próceres del narco sinaloense. No entendieron, jamás habían oído hablar del humor negro en la literatura.  Insistieron que era un error imperdonable debido a mi ignorancia de la historia sinaloense.

No insistí, estaba visto que el Parnaso sinaloense desconocía lo que era el humor negro. No se podía pedir más de ellos, ¿cómo pretender que ese Olimpo que tenía como jefe ecléctico a Elmer Mendoza fuese sabio e inteligente? Cambié de tema. Los del parnaso y su jefe eran unos safios.

He aquí el texto que causó el incidente:

 

EL GUAMUCHIL DOBLADO

Un medio día caldeado mi padre y yo fuimos al paraje alto de “El Guamúchil doblado”, llamado así porque según la tradición histórica lugareña, en su rama más gruesa –y casi horizontal- colgaron a mi abuelo hacía 60 años porque ahí lo encontraron desollando cuatro reses en canal cuya propiedad no pudo acreditar en el momento de ser requerido amablemente por la Guardia Rural.

Bajamos de nuestros caballos, de los cuales a decir verdad no poseíamos facturas debidamente requisitadas en el palacio municipal de El Roble. Desde el paraje contemplábamos el valle donde se asentaba el ingenio “El Roble”, rodeado de sus cañaverales. La “raya” del ingenio había provisto a mi abuelo y a mi padre de algunos fondos, pero ya era raquítica y por el rumbo existían mejores fuentes de aprovisionamiento económico.

Mi padre señaló que “El Guamúchil doblado” debería llevar en justicia y más propiamente el nombre de “El Guamúchil de Malverde”, pues su padre también murió ajusticiado bajo su sombra bienhechora al hallársele en posesión de seis pacas de marihuana acicalada cosechadas en un sembradío ajeno.

Mi bisabuelo fue primo hermano de san Jesús Malverde, santo muy venerado actualmente en todo Sinaloa y digno de toda clase de alabanzas; fue en su memoria que me bautizaron y registraron Jesús y al cumplir los doce años me hicieron jurar que haría honor a su apellido, juramento que presté con orgullo y entusiasmo de casta tan preclara.

Tomamos asiento en un tronco viejo pero sólido que tenía labradas unas oquedades como butacas y desde donde podíamos contemplar paralelamente a nuestra perspectiva la famosa rama doblada que tantos recuerdos de familia nos traía. Mi padre forjó un cigarrillo de mota y me lo pasó encendido; le di una buna chupada y se lo devolví. Sabía que el momento era solemne pues tal rito entre él y yo no se había producido antes y menos en tan venerable lugar. Después de la tercera bocanada en medio de un silencio impresionante, mi padre habló así:

-Hijo mío, me encuentro ante un terrible dilema, y tú, pese a no tener los dieciseis años cumplidos, vas a ayudarme a resolverlo.

-Como usté diga, pa’, lo escucho.

-Sabes que acepté un compromiso doble de trabajo. Hecho no criticable por sí mismo, sino porque se trató de eliminar a mis dos compadres más queridos…

Adiviné de quienes se trataba y respetuosamente interrumpí:

-Don Melesio, mi padrino de bautizo y don Filogonio, el padrino de “La Güera”.

-Así es –confirmó mi padre sin poder evitar que una lágrima rodara por su curtida mejilla derecha. Por la Izquierda nada rodó porque le faltaba el ojo correspondiente, perdido en una riña, lamentablemente sin estipendio –asististe a sus entierros.

-Muy lamentables –confirmé –eran sus mejores amigos.

-Lo eran. Pero los compromisos de trabajo son así, no pueden romperse.

-¿Para qué los aceptó, pa’?

-No pude evitarlo. Tu padrino Melesio consiguió el aval de don Polo Tambora, el señor gobernador, para ser candidato oficial de la presidencia municipal del Roble.

-Y su compadre Filogonio consiguió el respaldo de don Torpedo Porro, próximo gobernador, para el mismo puesto –me permití recalcar el hecho de todos conocido.

-Sí, ambos compadres querían realizar el sueño de su vida.

Pero silla hay solo una –filosofé a mi corta edad devolviendo la bacha al autor de mis días.

-Así que mi compadre Melesio vino a verme y me contó: “Fíjese compadre que consulté con Polo para lo del registro de mi candidatura y me aseguró que por él no había inconveniente, pero nuestro arreglo estaba en el aire porque a última hora a Filogonio se le ocurrió lo mismo y lo apoya Toño porque tienen compromisos muy fuertes y Polo no puede echarle abajo esa jugada porque el compromiso con Toño es más fuerte. ¿Y, entonces, Polo, me abandonas? dije, “no, -me contestó-, soy hombre de palabra, eres mi candidato, pero podemos perder el registro oficial de no mediar algún suceso de orden imprevisto que impida que Toño registre a Filogonio. Un suceso casi divino, te sugiero acudas al juicio de Dios”, y en diciendo esto juntó las manos y miró al cielo, pero nada más con un ojo porque el otro lo mantuvo cerrado. Luego me dio la mano y me dijo: “Que la Divina Providencia te ilumine” -y, como muestra de su afecto me puso en el puño un rollo de billetes que resultó ser de cien mil pesos. Sabiendo, como todo el mundo sabe que no hay mejor que tu padre en toda la entidad para interpretar y ejecutar los designios del Altísimo, hijo mío, por la noche Melesio me planteó el asunto y me puso sobre la mesa los cien mil pesos. Objeté el compadrazgo triple, Ley de Dios. “No matarás a tu compadre”; Melesio, Filogonio y yo somos compadres de grado entre nosotros. Melesio añadió otros cincuenta mil pesos y sin decir nada los recogí y los metí en mi morral. El pacto estaba sellado. Eso sucedió a las diez de la noche, hace como un mes; a las doce la conciencia no me dejaba dormir, oí toquidos cortos a la puerta y, ¿quién crees que estaba ahí?

-Don Filogonio, pa’, -dije sin mucho esfuerzo deductivo, al recordar que ambos estaban muertos.

-Pues sí, mi’ijo. Mi compadre Filo me contó la historia muy parecida…

-Y acabó poniendo 150,000 en su mesa, padre mío.

-¡Ah, qué muchacho tan listo! Como si lo hubieras visto.

Pues sí, lo había visto por la misma rendija que utilizaba para espiarlo cuando llevaba a sus queridas, pero no se lo dije. Callé.

-Ora que’stan muertos mis compadres la conciencia no me deja dormir, hijo, no es lo mismo despachar a vecinos o amigos que a compadres de grado, por eso he tomado una determinación: voy a expiar ese gran pecado.

-¿Y cómo? –pregunté sinceramente conmovido y profundamente intrigado.

-Con mi vida –dijo, todo conmovido.

-Ay pa’, eso es más pecador –recriminé.

-Pos sí, pero, ¿no dicen que un clavo saca otro clavo?

-¿Entonces, va a dejarnos?

-No tanto, no tanto. Vamos a hacerle una trampa a Diosito.

-¿Cómo está eso pa’? –pregunté admirado de la inteligencia de mi jefe.

-Verá mi’ijo. Vamos a hacer como que yo, arrepentido, me ahorco, aquí en el “Guamúchil doblado”. Nuestro Señor me perdonará, porque tú vas a colgarme.

-¿Yo, pa’?

-¿Tú, quién más? Oye, me subo al “Pinto”, me amarras las manos atrás, me pones la soga al cuello, luego lo fueteas, pero un momento antes de que yo cuelgue, de un balazo rompes la reata. Tiras bien, ¿no?

-No pos sí. ¿Pero para qué tanto brinco estando el suelo parejo? Mejor no lo cuelgo, pa’, ¿y si fallo? Usté nunca me lo perdonaría.

-Tú no entiendes todavía los casos de conciencia. Si yo, en verdad me cuelgo, Nuestro Señor, conmovido me perdonará, porque será mi último acto de contricción. No puede negarse a perdonarme, porque Dios perdona al pecador más empedernido. Pero tantito antes de morir, tú me salvas. Diosito chulo no podrá reprobar la acción de un buen hijo y, como quedo vivo, estamos a mano él y yo…

-Aah.

-Así que, si tú, movido por tu inmenso amor de hijo rompes la cuerda de un balazo poquito antes de que se me quebre el pescuezo, entonces ya estará libre mi conciencia, lavada por el Altísimo. Seguiré viviendo, pero ya sin remordimientos por lo de mis compadres de grado.

-Ah, pus sí –afirmé maravillado de como pa´iba a darle gato por liebre a Diosito.

Preparamos todo, le di un fuetazo al “Pinto” como nunca, arrancó, pero no hice el menor intento de disparar a la reata. Pa’ bailó un rato en la punta, luego sacó chica lenguota y ahí quedó. Fui por el “Pinto” y nos alejamos trotando del “Guamúchil Malverde”

Con Dios no se juega.

 

Cobicho

(Memorias de un pandemoniado)

Ardía, y cada movimiento era un doloroso destello que se atenuaba sólo para dar paso al siguiente flashazo de mi­seria. Los espasmos musculares eran continuos, agrios, filosos y de ubicación impredecible, tensaban y retorcían cualquier territorio sensible, desde el cuero cabelludo hasta debajo de las uñas. Entre brumas recordó el momento en que la doctora, después de colocar el hisopo en el peque­ño depósito, casi de inmediato, le mostró la señal de que estaba infectado. Una línea azul, implacable, lo aseveró. Inconcientemente la médica se alejó un poco del paciente, conservando su profesionalismo pasó a redactar una exten­sa receta mientras llenaba de recomendaciones al desolado sujeto.

Sabía que en algún momento le tocaría, según él esta­ba preparado, afortunadamente su licencioso tren de vida lo había encarrilado tres años antes, ante la posibilidad de algún evento cardíaco que, a su edad, no tendría ningún buen pronóstico. Así que alcohol y tabaco salieron de su dieta rutinaria. Se sorprendió de no percibir ninguna reac­ción importante luego de la suspensión de lo que llamaba: los indispensables lubricantes sociales.

Consideraba, comentó varias veces a sus conocidos, que sólo era una gripota marca llorarás -severa pero soporta­ble- de la que habría que cuidarse un poco más que de las acostumbradas, aunque las constantes noticias de la can­tidad de muertes en el mundo y los obituarios cerrando un círculo cada vez más cercano lo alteraban imperceptible pero constantemente.

Los días anteriores a la consulta había trabajado in­tensamente bajo los fuertes rayos del sol. Un proyecto cla­vado en su mente lo llevó a no dar importancia al abundan­te sudor y el enrojecimiento de la piel, se bañaba a jicarazos cuando se agobiaba, con agua de lluvia, eso lo hacía sentir­se bien, con la mente enfocada y la sensación de poder en las manos, los músculos tonificados, la respiración rítmi­ca y serena. Así que pensó que lo que lo afectaba era una deshidratación importante pero no grave. Eso fue lo que lo llevó al consultorio, además, al día siguiente de la sospecha de deshidratación una inestabilidad emocional comenzó a invadirlo, mezcla de ansiedad e impotencia, que a partir de ese momento se convertiría en su inseparable compañía durante el siguiente par de meses.

Y no es que no estuviera acostumbrado a recurren­tes estados de depresión, que resolvía a golpes de trabajo, búsqueda de ideas novedosas e impulsos de creatividad. Esta vez la desolación venía disfrazada de un rostro muy conocido, el de él mismo.

El regreso del consultorio se desarrolló dentro de una evidente separación de la vigilia, que atribuyó al impac­to de la noticia y al nuevo cubrebocas que la facultativa le ordenó usara sobre el que ya llevaba. La sensación de es­tar alejado de la humanidad, y flotando, permaneció todo el camino de regreso en el que, sin transición alguna, tres cuadras antes de su casa se sumergió en una densa laguna que fue transformándose en una mullida cama que giraba hacia el centro de manera vertiginosa, hundiéndolo en un espacio sombrío. Sensación que sólo desapareció cuando el grito de su hermano desde la escalera le indicó que ahí estaba la comida… despertó.

El pollo tenía consistencia de cartón mojado, la fres­ca ensalada que tanto le gustaba quedó a un lado y se fue oxidando, marchitando, sin siquiera ser tocada por tercera, por segunda, por cuarta ocasión? Recuerda que la pechuga

asada con ensalada se repitió varias veces. La cuenta y or­den de los eventos se diluían y volvían a aparecer sin con­cierto alguno. Esforzándose al máximo intentaba traer ob­jetos informes, de contenidos desconocidos, a la realidad y en otras ocasiones pretendía ingresar al espacio onírico con un banco, un micrófono o el celular, para recabar pruebas de lo que le estaba sucediendo, pero se le olvidaba, siem­pre… (un par de sus yoes se picaban el ombligo mientras reían, mirándolo divertidos) luego se angustiaba porque no recordaba para qué. Sí, para qué, para qué… esas dos palabras, tal vez por la recurrencia, parecían ser lo único dotado de sentido.

-La comida… (gritaron desde el otro lado)

Despertó y revisó si estaba tomando los medicamen­tos en los horarios correspondientes, parecía que sí, por la cantidad de cápsulas y pastillas que sobrevivía en los fras­cos y los blisters, dividida entre el tiempo transcurrido. Aunque a veces desconfiaba -las voces de los otros yo mur­muraban, sugerían soluciones, todos eran especialistas- y no estaba seguro si en la parte onírica también los estaba consumiendo, así que en otra agotadora lucha intentaba llevarlos a ese espacio, no se le fuera a pasar…

Esperaba los síntomas más fuertes y, aunque algunos alimentos le sabían a trapo quemado, consideró que no pa­decía falta de gusto, ni de olfato, porque de verdad olían a trapo quemado. Un oxímetro, que apareció en la mesita no supo cuándo, servía para constatar que no estaba bajo en los límites de oxigenación, nunca sintió molestias ni apuros pulmonares. El estómago sólo se le aflojó un par de días, cosa que atribuyó a los medicamentos, así que eso no lo incomodó. Al tercer día le puso atención a la computadora (—chécate el feis —insistía un otro yo, mientras otro le jala­ba la cola), que siempre estuvo encendida pero no usaba. Vio noticias y no entendió nada, ni lo trágico, ni lo cómico,

ni nada, sólo miró una sucesión de imágenes y sonidos in­comprensibles. Intentó ver series o alguna película pero no conseguía entender la trama o le parecía extremadamente estúpida. Se volvió a dormir. En el sueño escribió y escribió un texto que se extendía en el espacio curvo en el que se desplazaba. En ocasiones el texto brotaba de su dedo índi­ce o luego se expandía, convirtiéndose en un laberinto en cuyo interior se deslizaba y su cuerpo se convertía en los símbolos. Intempestivamente el estilo de la tipografia cam­biaba… de manuscrita a letra de molde. Entonces su cuer­po aparecía y desaparecía con distinta forma milisegundos después de un tic o un tac. Mutaba de una equis con los brazos y piernas abiertos a una a con la rodilla al piso, la cabeza agachada, un brazo extendido, o convertido en una serpentina esssse… Luego volvía a deslizarse dentro de una grafía cursiva, garigoleada o, de una barroca y pesada forma gótica, fluía manuscritamente hacia el infinito como deseando bailar. Al final de tres puntos suspensivos… de­tuvo la carrera. En el borde de un precipicio profundo, si­lencioso, oscuro, una gélida brisa y un eco reverberante y afónico fueron sus únicas compañías (ninguno de los yoes andaba por ahí en ese momento)…

—La comida… (escuchó enmedio de la afónica rever­beración). Adolorido por los calambres en las piernas, casi arrastrándose se acercó el tuper, estaba calentito… ya no pedía ensalada.

Luego de beber un par de cucharadas del humeante caldo echó una ojeada a la compu, estaba seguro de haber escrito algo importante en algún momento, trató de recu­perar acciones significativas del recuerdo, de cuando co­rreteaba entre los callejones del cuerpo calloso, donde las dendritas juguetean con la sinapsis, imitando a un multi­color y tintineante pinball llamado sueño. Recordó que un su otro yo -porque había varios-, le mostró la respuesta de

aquel para qué, para qué, que convertido en un eco repetido a diferentes alturas y ritmos, en momentos coincidía inter­namente en ciclos sinusoidales, regidos por cierto orden de probabilidades caóticas, y formaba una melódica respuesta en algún idioma arcano o futuro que, inesperadamente, se volvió comprensible y él lo había anotado en alguna parte… Sí, sólo tenía que encontrarlo…

—La comida…

—Verdaderamente el caldo de pollo reconstituye, ali­via y aliviana… —Se le oyó decir al afectado por el salvaje virus (depredador injusto de la humanidad, victimario de gente que tomó todos los cuidados, y sin embargo inocuo en otros que, sin padecer el rigor de las enfermedades que desencadena el bicho y en muchos casos las pavorosas se­cuelas, inconciente, estúpidamente y con jacarandosa ale­gría lo diseminan).

Por primera vez tomó conciencia de los estragos cau­sados en él. Después de cinco días de monólogos violentos y estériles entre sus múltiples yoes, de niveles similares a la estridente, infernal y grotesca babel feisbuquera, lo que quedaba de sus exiguos músculos colgaba gelatinoso de su estructura ósea, la piel apergaminada y traslúcida contaba las cruentas luchas libradas en contra de sí mismo, de sus otros yoes o del bicho disfrazado con sus personalidades, a saber.

Aunque le fue de lujo sirviendo de anfitrión al bicha­rajo, pues lo duro lo libró en unos ochos días, le quedó una ligera fobia hacia las masas o aglomeraciones de cualquier tipo, una fatiga que aparece sin aviso alguno y una pesada indecisión que poco a poco ha ido superando. Presume con sus amistades que ya está bien, aunque ellas lo miran de reojo, con sospecha, pues lo siguen viendo fatigado, soñan­do y escribe y escribe.

faustófeles

 

El viernes primero de cada mes

Por Ricardo Antonio Landa

mayo 16, 2021

El viernes primero de cada mes
comulgamos.
Es una acendrada usanza
que nos conocen camas y paredes,
sábanas, almohadas y pelajes.

Tanta claridad nos produce
el primero de los viernes,
que nos retoza
cuatro semanas asomando por los ojos.

Es un día de carne y hueso,
de caderas y de cuellos,
de una excitación que nos tienta
a morir inmaculados de suspiros,
como aquellos santos que averiguan
cuál es el abrazo más tierno.

Comunión de cuerpos y espíritus
arrebatados por un instante
a la pleamar del mundo,
y devueltos al día siguiente fuertes e intensos.

El sábado descansamos,
aunque no así de la memoria
tatuada de besos,
que con dedos murmurantes
le alborotan el pelo
hasta sacudir el olvido.

Luego, ya el domingo,
el pensamiento nos fluye fresco
en caudales derramados
religiosamente,
mes con mes,
cual si menstruáramos amores.

Es una pena dulce el sacrilegio
que comulguen nuestras sombras,
de hacerlas y deshacerlas
en un genuino enredo:
relámpagos en una tempestad,
parpadeos para perdemos.

Ahora que no hubo disfrute
el viernes primero reciente

-culpa del tiempo-,

siento que se pecó de falta,
que andamos sin esqueleto,
que nos pondremos a dudar
treinta días como tormento.

Vulnerables, en riesgo,
sin recibirnos el viernes primero,
solo nos queda ir a la memoria
a limpiarnos en su hueco,
a untarnos a sus muslos
con la apetencia de tenernos.

Ricardo Landa, 7 de julio de 2012.

Imágenes: fotografía obra de teatro madrileño; fotograma: Fausto de Murnau (Ángel y Mefisto); DVD: Ingmar Bergman, Los comulgantes; Fausto de Murnau; Foto: José Torreigosa: A mano.

 

ADIOS A PINOCHET Y AL NEOLIBERALISMO

Por Teodoro Rentería Arróyave

Después de una lucha social de más de tres décadas, la República de Chile le dará el adiós postrero a Pinochet, al pinochetismo y al criminal neoliberalismo, tal acontecimiento es detallado magistralmente por el filósofo y analista político Emir Sader en su artículo divulgado por la prestigiada Agencia Latinoamericana de Información, ALAI, en la que tenemos el orgullo de colaborar.

Chile será un país nuevo, después de una nueva Constitución, que sigue los lineamientos del presidente mártir Salvador Allende: “Que el pueblo entienda que no es de arriba, sino desde las raíces, de donde debe nacer la Carta Fundamental”, consigna el autor al igual que otros colegas latinoamericanos.

En efecto, estamos en los prolegómenos de que Chile y los chilenos tengan una nueva Constitución surgida desde las mismas bases, como consecuencia de la derrota sufrida en las urnas por la derecha y la centro derecha.

“Fue un proceso largo”, describe Sader, “desde el fin de la dictadura de Pinochet hasta estas elecciones. Fue una transición larga, que restauró la democracia política en Chile, pero mantuvo la constitución impuesta en plena condición de estado de sitio por Pinochet, aunque fue modificada en varios aspectos- y la política económica neoliberal”.

Nos precisa que “la coalición entre el Partido Socialista y la Democracia Cristiana es la responsable de esta larga transición, iniciada en 1990 y completada ahora, más de treinta años después. Hasta que, en 2019, una serie de manifestaciones populares nunca vistas en Chile, iniciadas con protesta por el aumento de los boletos del metro, sacudieron la aparente tranquilidad de la vida chilena.

Iniciado con esta demanda, el movimiento popular terminó convocando a una consulta que aprobó la convocatoria a una Asamblea Constituyente, con paridad de género y representación de los pueblos indígenas. Ya han sido elegidos los 155 parlamentarios que redactarán la nueva Constitución chilena, que será sometida a referéndum de población en el primer semestre de 2022”.

Los resultados, comenta, estuvieron a la altura del terremoto de las movilizaciones de 2019, que solo se detuvieron con la llegada de la pandemia. Primer resultado: derrota de la derecha. El frente que reunió a todos los partidos de derecha obtuvo menos de 1/3 de los votos, el peor voto de la historia. Un resultado consistente con menos del 10 por ciento de apoyo del presidente Sebastián Piñera, también derrotado al igual que la derecha chilena.

“La gran novedad producto directo de aquellas grandes manifestaciones, fue el voto tanto de la nueva izquierda, expresada en partidos y nuevos frentes de partidos -el Frente Amplio, considerado el gran vencedor-, como el voto del Partido Comunista y, principalmente, el voto de los independientes, que pudieron lanzarse como candidatos individuales”.

En cualquier caso, augura, “por primera vez, Chile puede tener un presidente que no sea ni de derecha ni de centro izquierda. En estas dos últimas posibilidades, muy probablemente en el caso del centro izquierda y ciertamente en el caso de la nueva izquierda, el nuevo gobierno chileno se sumará al grupo de gobiernos anti-neoliberales y progresistas de América Latina, que hoy incluye a México, Argentina, Bolivia y puede contar, a partir del próximo año, también con Brasil”.

“En total las fuerzas progresistas tendrán alrededor del 70 por ciento de los representantes de la Asamblea Constituyente”. Y remata: Finalmente, Chile podrá deshacerse de la vieja constitución pinochetista y del modelo económico neoliberal. El fantasma de Pinochet será exorcizado por completo”.

En cierta forma Emir Sader había predicho estos cambios, en una entrevista realizada el 3 de junio de 2004 por Tania Rodríguez y Mariano Andrade, con motivo del seminario “América Latina en Movimiento”, organizado por el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, cuando abordó las posibilidades de que un conocimiento crítico, abriría la “lucha por la hegemonía” en el actual momento histórico-cultural. En este sentido, examinó los alcances de los proyectos alternativos en educación y los impactos y responsabilidades que conlleva hacer ciencia social en la presente coyuntura.

 

   VOTO DURO SERA LA CLAVE EL SEIS DE JUNIO

Guillermo Fabela Quiñones

La creciente pobreza que dejó el neoliberalismo en cuatro décadas es ahora el principal obstáculo que hoy tiene la oposición al gobierno del presidente López Obrador para regresar al poder. En este segmento de población está el voto duro del mandatario, el cual acudirá a las urnas por la inercia del triunfo incuestionable de los comicios del 2018. Esto a pesar de que el propio partido en el gobierno ha hecho lo indecible por obstaculizar el proyecto denominado Cuarta Transformación, y de que el propio jefe del Ejecutivo ha sido el principal opositor a sí mismo.

Esto explica la preocupación de la coalición Va Por México, sabedores de que hagan lo que hagan la situación política nacional no cambiará en su favor. Tampoco lo hará la apreciación que tiene la misión de especialistas electorales de Estados Unidos y Canadá, denominada Delian Proyect, la cual acaba de presentar su primer informe. En éste destaca que uno de los principales riesgos de los comicios son las tensiones crecientes entre el Gobierno federal y las autoridades electorales, además de la imparable violencia política en varias regiones del país.

 

TENSIONES, UNA PARTE DEL ENTRAMADO POLITICO

Cabe puntualizar que dichas tensiones no desembocarán en una crisis política, como suponen algunos analistas interesados en que eso llegara a suceder. Son parte del entramado que le da interés a la contienda y distrae de los temas acuciantes que verdaderamente preocupan a las élites, tanto nacionales como de los “socios” extranjeros. Esto lo saben los dirigentes de la clase política en declive, por eso han arreciado su campaña de ataques contra el mandatario, al extremo absurdo de resucitar un lema de hace tres lustros: “AMLO, un peligro para México”.

El propio Presidente ha dado pábulo a que la oposición se crezca y lo ataque con mayor vigor, al menospreciarla, mofarse de ella y, lo peor, no afianzar su proyecto de nación y dejar que las cúpulas sigan promoviendo sus intereses, tal como lo hizo el presidente Madero, lo que favoreció el golpe de Estado que le costó la vida. Según Mario Delgado, dirigente de Morena, la oposición “no entendió lo que pasó en el 2018. El pueblo de México ya cambió, tiene conciencia política y además tiene memoria”.

En este caso tiene razón, pero tampoco él lo entiende, lo que resulta muy preocupante como lo demuestra un hecho irrebatible: Morena no es un partido de masas, una organización política al servicio del régimen, porque no ha sido una prioridad del propio Presidente darle ese objetivo. Al igual que Madero, cuyo principal propósito fue derrocar al anciano dictador, así López Obrador ha demostrado que su proyecto de país no pasa por una transformación de fondo, que no irá más allá del sacudimiento de los frutos podridos del régimen neoliberal.

 

EL SUFRAGIO DE LAS CLASES MEDIAS NO SERÁ DECISIVO

Dentro de este marco cabe ubicar la compra de las acciones de la refinería Deer Park, en Texas, en la que Pemex cuenta con la mitad del paquete accionario, negocio que viene del régimen neoliberal. Es obvio que para el emporio Shell resulta una buena operación deshacerse de este complejo petrolero, mientras que para el mandatario es una inversión que fortalece la capacidad de producción de hidrocarburos en México. Un buen negocio para ambas partes, teniendo en cuenta las necesidades y proyecciones de la multinacional y las de nuestro país, aquella del primer mundo y nosotros inmersos en tecnologías en desuso, aunque falte tiempo para ello.

En los comicios del 6 de junio el voto de la mayoría de las clases medias se disgregará entre las alianzas Va Por México y los partiditos sin futuro. Sobre todo porque son las clases medias que más han resentido la escasez de medicamentos en el sector salud estatal, que no parece amainar, situación que es propicia para pegarle al mandatario. Pero aun así el voto mayoritario será por Morena, porque el pueblo tiene memoria (aunque sea muy corta) y todavía tiene muy vivo el recuerdo del 2018.

Esto no afecta a las élites económica y financiera, pues sus intereses seguirán bien resguardados en el Congreso por un partido que sigue vivo a pesar de que su propio fundador quisiera que de una vez se eclipsara para organizar otro. Las muchas contradicciones podrían estallar en el 2022.

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Ubú

Inducción al voto, acción fraudulenta

Ismael Ledesma Mateos

Hace unos días como se publicó en distintos medios, que Gustavo de Hoyos Walther, fundador del movimiento “Sí Por México”, hizo un llamado a los empresarios del país para fomentar el voto informado entre sus empleados. A 13 días de los comicios de junio 6, el exlíder de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) explicó que un voto razonado en un voto útil para México. Y dijo:

“Rumbo a las elecciones reafirma tu liderazgo, convoca a tus colaboradores para que salgan a votar este 6 de junio y contribuyas a fortalecer la democracia y abatir el abstencionismo”, menciona De Hoyos en un video difundido en las redes sociales de “Sí por México”.

“Invita a tus colaboradores a votar informada y responsablemente porque cada voto es útil, cada voto cuenta”.

“Sí por México” es una agrupación, en la que también participa el empresario Claudio X. González y junto al PRI, PAN y PRD buscan que las fuerzas en la Cámara de Diputados se equilibren y que Morena no obtenga la mayoría.

El líder nacional de Morena, Mario Delgado, criticó el mensaje del empresario al señalar que el voto es libre y debe ser secreto.

Acusó que está campaña sólo busca intimidar a los trabajadores.

“Se quedaron en el México del pasado, el voto es libre y secreto, un principio de cualquier democracia. Dicen ‘motivar’, eufemismo para un acto de coerción y de intimidación ante las y los trabajadores. Nos vemos el 6 de junio”, sentenció el morenista en Twitter. (Con información de Forbes México).

Este intento de inducción del voto de manera velada es una muestra más de la desesperación de la derecha por obtener mayoría en las próximas elecciones y desbancar a Morena. Realmente el ambiente político es nauseabundo, es insoportable ver la televisión donde en todo momento pasan spots de la oposición sin propuestas, sino sólo ataques a Morena, se trata de una elección cuyo único objetivo es debilitar la fuerza de ese partido en el poder legislativo, para con ello golpear al presidente Andrés Manuel López Obrador.

El llamado empresarial es una estrategia perversa pues evidentemente el llamado voto razonado es un voto por la coalición PRI-PAN_PRD en contra de Morena, aunque no lo digan abiertamente. Desde una posición de poder como es la patronal pretender dirigirse así a los trabajadores es una forma de coacción, pues muchos no tienen del todo claro el peso de la secrecía del voto, y que el patrón no tiene forma de saber por quién votaron.

Existe la incertidumbre si el INE se atreverá a hacer un fraude, lo cual creo difícil, de forma tal que de Gustavo de Hoyos y Claudio X González buscan encontrar cualquier resquicio para obtener el triunfo, en un panorama incierto para todos, pero sin duda este intento de inducción del voto es una forma fraudulenta de actual, que debería ser sancionada por el INE, que en realidad se comporta como parte de esa oposición.

En un estudio de Fabrice Lehoucq titulado” ¿Qué es el fraude electoral? Su naturaleza, sus causas y consecuencias” llega a tres conclusiones al respecto: La primera es que el fraude puede adoptar una amplia gama de formas, desde las violaciones de procedimiento a la ley electoral (con o sin la intención de alterar los resultados) hasta el abierto uso de la violencia en contra de los votantes. Segunda, aun cuando la manipulación del voto es parte integral de la competencia electoral, rara vez desempeña un papel decisivo. En todo caso, el fraude debilita la estabilidad política, ya que puede ser crucial cuando se trata de una contienda muy reñida. Tercera, la fabricación de votos se incrementa con la desigualdad, pero la competencia, moldeada en parte por las instituciones, determina las estrategias de los partidos en cuanto al fraude electoral se refiere.

El caso aquí comentado se insertaría en la primera conclusión, una violación al procedimiento, que debería ser sancionada, lo cual no ocurrió. Pero que es muy grave en un contexto de confusión, donde sobre todo en sectores medios de la población hay quienes no saben por quién votar ante el intenso bombardeo de desinformación y de noticias falsas. He escuchado a gente que voto por Morena y ahora duda de volver a hacerlo, lo cual no significa que las campañas de la oposición sean eficaces, sino de la falta de claridad política, aunque creo que finalmente Morena no perderá la mayoría, pero la moneda está en el aire.

Habiendo tomado el poder por un golpe de Estado el Padre Ubú gobernó un reino sin elecciones, donde estos asuntos no serían de su incumbencia, sin embargo, debemos ser cautelosos y entender que el voto es la manera de mantener la transición democrática que se está dando en la actualidad en México, para no caer en un régimen autoritario que sería el que implantarían los opositores del PRI-PAN-PRD, manipulados por Claudio X. Gonzales y Gustavo de Hoyos que encarnan las facetas más obscuras y tenebrosas de Ubú Rey.

¡Para mí es suficiente!

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El Foro Alicia, Cuauhtémoc # 91a, ALCALDÍA BENITO JUÁREZ, espacio independiente del establecimiento Kultural, ha reanudado sus actividades múltiples, y anuncia la presentación de la novela “El regreso de Fantomas” de Gonzalo Martré para el día 24 de junio a las 7 PM.

 

JUNTOS HAREMOS JUSTICIA

DIRECTORIO

Fernando Sotres Fundador y director general (RIP)

Gonzalo Martré  Subdirector

Francisco de la Parra de Grillas, epigramista.

Juan Carlos Castrillón, colaborador

Ricardo Landa, colaborador.

Guillermo Fabela, colaborador.

Ismael Ledesma Mateos, colaborador