En 2021 Morena recibió 16.1 millones de votos, algunos podrían quisieran creer que es un fracaso frente a los 30 millones conseguidos en 2018, pero podría compararse con los 19 millones que consiguió Peña Nieto en 2012, o los 11 millones de firmas que consiguió Morena para la petición de revocación de mandato.
Hay por supuesto diferencias sustanciales: es difícil comparar elecciones distintas; la elección presidencial usualmente recibe mayor cantidad de votos que las intermedias para el congreso y en el caso de Morena, no es lo mismo López Obrador en la boleta que no estar.
30 millones no es el voto duro de Morena, es el combinado del voto de la esperanza, del tedio, del hastío, de la protesta contra el atraco nacional; para el 2024 se podrá evaluar las acciones de MORENA en el poder y decidir si se les quiere dar la confianza para seguir en el poder y eventualmente avanzar en la gran transformación (4T) anunciada, por eso AMLO insiste en terminar el aeropuerto, el tren Maya, las refinerías y que prosperen los programas de becas y de siembra de árboles. Será importante ver si MORENA logra unidad y no fuerzas disruptivas en su interior.
Consideremos en la ecuación que hay muchos que declaran que NUNCA votarían por el PRI o el PAN, el PRD es casi un cadáver y solo queda Movimiento Ciudadano cuyo olfato para buscar candidatos incluye a un asesino confeso, o a los no nominados por otros partidos, que podría ser el caso para el 2024.
A final de cuentas es irrelevante cuántos votos se logran en un sistema de mayoría simple, posiblemente MORENA no logre 30 millones de votos, pero considerando la caída de la oposición podrán conseguir una cantidad suficiente para ganar la elección y cualquiera que sea la diferencia de votos tendrá una legitimidad que le permita continuar con el rumbo trazado.
Para la elección del 2024 estará fuera el bloque faccioso del INE lo que dará confianza de un manejo honesto.
Pensar en la agenda de gobierno de 2024-2030 en este momento es un ejercicio de anticipación de poco valor, quien gane tendrá la libertad para recomponer rumbos, aunque hay componentes de la política social determinados constitucionalmente que le dan identidad a ese partido político.
Por ahora el tema central es si será capaz ese partido de movilizar a las masas votantes como lo hicieron en 2018 y 2022 y para eso jugará un papel esencial López Obrador, más allá de si habrá dedazo o no.
@shmil50