Integralia Consultores anticipa la victoria de Morena en 5 de las 8 gubernaturas a renovarse en 2022 y 2023; en ese escenario el partido del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, podría llegar a la sucesión 2024 con 21 entidades gobernadas.
En 2022 celebrarán elección de gubernatura 6 estados: Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Quintana Roo, Tamaulipas y Oaxaca; ésta última, entidad favorita de AMLO. Y en 2023, Coahuila y Estado de México.
Y conforme al reporte de Integralia Consultores, publicado este martes, de ese total de las 8 gubernaturas, Morena podría ganar la mayoría, excepto Aguascalientes, Coahuila y Estado de México.
O sea que para 2022 es probable el triunfo de Morena en 5 de las 6 entidades con comicios a de gubernatura: Durango, Hidalgo, Quintana Roo, Tamaulipas y Oaxaca, menos Aguascalientes, donde actualmente gobierna el PAN con Martín Orozco Sandoval.
Otro duro golpe para el priismo y el panismo, porque de mantenerse tal proyección en el campo fáctico llegadas las elecciones en dichas entidades, el Revolucionario Institucional perdería dos gubernaturas más: La de Hidalgo y la de Oaxaca, donde actualmente gobiernan los priistas Omar Fayad Meneses y Alejandro Murat Hinojosa, respectivamente.
Y Acción Nacional perdería tres: Durango, Quintana Roo y Tamaulipas, donde han gobernado los panistas José Rosas Aispuro Torres, Carlos Manuel Joaquín González y Francisco Javier García Cabeza de Vaca; este último, perseguido por la justicia.
En fin, que de acuerdo al reporte de Integralia Consultores, en las excepciones de la extensión de Morena en gubernaturas se encuentran Coahuila y Estado de México, gobernadas actualmente por los priistas Miguel Ángel Riquelme Solís, y Alfredo del Mazo Maza, respectivamente.
O sea, que para 2023 Morena no ganaría ninguna de las dos gubernaturas a jugarse.
Eso conforme la proyección. Porque en política nada está escrito; además eventos de la naturaleza o del hombre suelen impactar en el ánimo del electorado. Ahí está, por ejemplo, la tragedia de la Línea 12 del Metro en la Ciudad de México, el desprecio de Morena por la clase media, la pandemia Covid-19, etc.
Por lo pronto, no deja de ser muy interesante, para mucha reflexión, la proyección de Integralia Consultores marcando un escenario en el que Morena llegaría a la sucesión presidencial de 2024 con 21 entidades gobernadas; más de la mitad del total de 32 que conforman la federación.
Claro, en la reciente elección Morena ganó 11 de las 15 gubernaturas (aunque falta que se resuelvan las impugnaciones recaídas a cualquier elección de gubernatura), pero mientras sumadas las que tiene en su poder dan un total de 16, más las que gane en 2022, resultan las 21 entidades que podría gobernar en 2022.
Evidentemente es una probabilidad porque pueden ser menos o más, si acaso en los comicios de 2022 y 2023 caiga o suba la posibilidad de triunfo de Morena, partido que seguramente va por todas las gubernaturas para tener la hegemonía de estas.
Imagínense que gane las 8 gubernaturas que estarán en disputa en los próximos dos años, entonces tendría 24. Pero también es probable que menos, considerando que para 2022 y 2023, además de cualquier evento del hombre o de la naturaleza, puede que se incremente el desgaste de Morena como gobierno federal.
Aunque seguramente el presidente Andrés Manuel López Obrador le echará toda la carne al asador en las ocho entidades con próxima sucesión en el Ejecutivo estatal con más acciones de su gobierno (programas sociales y obras), estrategias para doblegar a actuales mandatarios estatales (por las buenas o por las malas).
Eso, por ejemplo.
Aunque, a la par también puede incidir en contra o a favor el panorama de la nueva composición de la Cámara de Diputados Federal; un espacio donde la oposición puede negociar la no injerencia del presidente AMLO en las próximas elecciones de gubernaturas.
Mientras tanto, Morena va nuevamente por la Presidencia de México ampliando su poder en las entidades federativas ganando más gobiernos estatales en los comicios venideros.
OAXACA, MÁS QUE CANTADA
Aunque el triunfo de Morena en Oaxaca para el 2022 está más que cantado, por dos razones de mucho peso: Los números y la estrecha cercanía entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador Alejandro Murat Hinojosa.
Incluso, usuarios de redes sociales han cuestionado la militancia del mandatario Alejandro Murat Hinojosa, viendo en él un corazón más moreno que los morenistas oaxaqueños.
En el fondo, Alejandro Murat (quizá de corazón incoloro, porque también apapacha al Partido Verde) solamente esté protegiéndose políticamente y asegurando el futuro de él y el de su grupo político, compuesto de poquísimos oaxaqueños y más mexiquenses.
En números, en 2010 el PRI obtuvo la más alta votación con Eviel Pérez Magaña como candidato: 613 mil votos (coaligado con el Verde), aunque perdió frente a Gabino Cué Monteagudo, quien ganó con 733 mil votos abanderado por la coalición PAN-PRD-PT-Convergencia.
En 2016 el PRI recuperó la gubernatura con Alejandro Murat como candidato, pero con apenas 497 mil votos encabezando la coalición PRI-PVEM-Panal; 200 mil votos menos que Eviel, y si Alejandro ganó fue por la “división” de la izquierda.
Estrategia de división diseñada por su grupo y quizá hasta consentida por líderes de la izquierda oaxaqueña, además de la derecha. PRD y PAN se fueron por su lado, PT buscó su propio camino, y Morena compitió solo a pesar de que entonces los números no le daban; juntos hubiesen conseguido alredor de 700 mil votos.
De 2016 a la fecha con Alejandro como gobernador el PRI en Oaxaca ha ido en picada: En las elecciones locales de 2018 disminuyó a los 359 mil votos, y en la reciente elección se redujo a los 332 mil.
Mientras Morena en los últimos dos procesos electorales ha mantenido sus más de 700 mil votos en la entidad, donde ya siente la gubernatura en la bolsa, a menos de que AMLO acuerde con Alejandro que gane el PRI o el Verde; o, en su caso, que Morena postule a alguien de origen priista o del Verde.
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