Chilangos y tabasqueños, dos raseros

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Bastiones indiscutibles de Morena, la Ciudad de México y Tabasco sirven de ejemplos de cómo puede influir la prensa y las redes sociales en el resultado de una elección. El 6 de junio el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador perdió en el altiplano la mitad del territorio que controlaba, pero en su tierra natal se consolidó como la primera fuerza, aunque fue derrotado en Paraíso, la sede de la refinería de Dos Bocas, su obra cumbre.

¿Por qué dos desenlaces diferentes si en ambas entidades la figura central de los comicios fue el oriundo de Tepetitán que manda en el país?

Poco después de los comicios, en una conferencia mañanera, el mandatario explicó que al vinotinto le arrebataron en la planicie el 50 por ciento de los municipios, debido a la “guerra sucia” de la prensa citadina.

Los habitantes de la capital del país, sostuvo, se dejaron lavar el cerebro por los medios informativos al servicio de la derecha.

Le estallaron a Morena expedientes como la candidatura al gobierno de Guerrero del morenista Félix Salgado Macedonio, pese a las denuncias por agresión sexual a mujeres; las protestas de padres de niños con cáncer que no reciben medicamentos por parte del sector salud; así como la caída de dos trenes de la Línea 12 del Metro, según explicó López Obrador.

Ello da pie a considerar que los medios sí tienen capacidad de influir en la intención del voto, y de ahí que se presagie ya desde ahora una elección de suya competida en 2024 que AMLO entregue la estafeta.

En el caso de Tabasco, en el tema mediático, el elemento que más se vio en las campañas fue el “factor” redes sociales.

Personajes supuestamente influyentes en Facebook y Twitter se pusieron al frente de la campaña del PRI enfilando sus baterías contra la administración de Adán Augusto López Hernández y su instituto político.

La “mercancía” que ofertaba el equipo del tricolor era Andrés Granier Melo, cuyo nombre desde un año antes de la jornada electoral se había puesto a circular con versiones que lo promovían como el político que necesitaba Centro para progresar.

Al papá de Fabián lo vistieron con el traje de Superman por haber “salvado” al municipio de las inundaciones del fin de año, pues durante su administración la Comisión Nacional del Agua (Conagua) levantó un muro de concreto a orillas del malecón Carlos A. Madrazo para impedir la salida del río Grijalva durante las crecientes.

Granier ganó la campaña: su equipo supo esparcir con encuestas falsas la idea de que iba a ganar el 6 de junio.

Bueno, esa percepción artificial solo “hizo tierra” en un sector de las redes sociales, un sector ruidoso por cierto, al cual le sobró manos para inundar con “fake news” el ciberespacio.

El exgobernador fue derrotado en una proporción de tres a uno, lo que hace inferir que los llamados “troles” que dominan la carretera digital tabasqueña carecen de potencia para persuadir al electorado de votar por determinado cliente.

El priísta tampoco puede quejarse de una campaña negra en los medios establecidos, ya que la prensa le dio espacios.

Más aún: el 90 por ciento de la llamada opinocracia favoreció al abanderado del tricolor mientras fustigaba a la morenista Yolanda Osuna Huerta, presidenta municipal electa de Centro.

 

PARA SU INFORMACIÓN… 

EN LA REUNIÓN que tuvo López Hernández con los alcaldes electos, Jaime Lastra Bastar fue el único diputado electo que acompañó al jefe del Ejecutivo. El claro mensaje de da cuando hay quienes promueven a otro legislador morenista para liderar  el Congreso.

@RodulfoReyes