Los engañados

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No se equivoca la senadora Lilly Téllez (a quien quiero y respeto) cuando sentencia que “la política es un pozo de lodo, sucio”, pero así lo hemos permitido. Aún no entendemos la grandeza de nación y de sociedad que tenemos. La enorme riqueza de recursos y cultura. El camino bien andado que habíamos construidos todos y que hemos perdido. No hay rumbo, no hay consistencia. Hemos permitido que nos dividan, que nos debiliten y que nos radicalicen al punto de enfrentarnos mostrando lo peor que podemos sacar como seres humanos: la agresión y falta de respeto. Eso han logrado la mayoría de los políticos, esos que nos han engañado, nos han estafado, nos están hiriendo de muerte. Presumimos en el dos mil un cambio se siglo acompañado por una revolución pacifica político/social que permitió dejar un sistema para abrir la puerta a otra oportunidad de gobierno. Decíamos que nos sacudimos de los malo para ingresar a la esperanza. No pasó así. Desde el dos mil los tropiezos han sido constantes y cada vez más fuertes y peligrosos.

¿Que tenemos hoy? Un saqueo impresionante del país sumado a una exagerada intervención del crimen, con exgobernantes brutamente enriquecidos, con incremento en el número de pobres, no hay abasto de medicamentos, energías caras y obsoletas, ataques directos y frontales cotidianos desde el poder a todos los sectores, luchas salvajes en los partidos políticos, economía endeble, calles llenas de migrantes pobres pidiendo limosna, funcionarios corruptos protegidos por la impunidad que regala la presidencia, mentiras y contradicciones diarias, miles y miles y miles de muertos, la peor etapa de la diplomacia mexicana con imposición de cuotas y cuates, feministas enardecidas, cancelación de apoyo a ciencia y tecnología, proyectos imperiales y faraónicos innecesarios, Fuerzas Armadas humilladas…y la lista de agravios continúa. Veo a cientos de personas que se sienten engañadas por otorgar un voto equivocado a un personaje equivocado, pero es tarde. Parece que ni fueron francamente estafados.

La historia no comenzó hace tres años, ya había antecedentes. No sólo por su siempre paso violento, provocador, para solucionar “sus intereses”: toma de pozos, cierre de carreteras, plantones, descalificaciones, agresiones, complicidad con grupos promotores de la anarquía, chantaje, división. Todos los hoy engañados tuvieron la oportunidad de valorar tiempos de gobierno. Nunca pudo por su violencia llegar a gobernar su Estado: Tabasco. Aquí en la CDMX llegó a imponerse como candidato violentando la ley con el requisito de residencia. Como Jefe de Gobierno nos veía la cara con el Tsuru mientras sus hijos gozaban de los vehículos oficiales. Sabíamos de su arbitrario lenguaje “cállate chachalaca”, “lo que diga mi dedito”, “pirruris” (ahora ya subió el tono “ya chole”, “canallin” “al carajo”, “fuchi, Caca”…evitó que se conociera públicamente el dinero usado para los segundos niveles de periférico donde impuso a sus secretaria de medio ambiente, Claudia Sheinbaum, sobre el secretario de obras, Cesar Buenrostro.

Protegió y dio cobijo a Ebrard luego de los linchamientos en Tláhuac y después de haber sido despedido por el propio presidente de la República. Estafó a la política con el engaño de los “barrenderos de Tabasco” y cerró a su antojo Paseo de la Reforma. Usó sus mañaneras no para proponer, para motivar, sino para generar enfrentamiento con el presidente Fox y estimular choques políticos y sociales. Con su agenda. Todo esto estaba a la vista, no entiendo por qué los “engañados” hoy se dicen “engañados”. Muchos militantes de otros partidos votaron a su favor traicionado a los suyos buscando chamba o impunidad, algunos lo lograron otros siguen en la mediocridad y medianía de siempre. Gente del pueblo bueno y sabio le otorgó su confianza por repartir dinero, despensas, promesas y castigo a ladrones en el gobierno. Sólo ha cumplido el arrojar centavos como padrino en primera comunión.

Como Jefe de Gobierno prometió estabilidad, ayudar “primero a los pobres”, controlar a la delincuencia, hacer de la ciudad un ejemplo de urbe verde, erradicar la corrupción. Los pobres y el comercio informal, los ambulantes se multiplicaron, la contaminación ambiental nos obligó a recibir sanciones por verificación vehicular e impuso a Alejandro Encinas para continuar con sus proyectos. Ha traicionado a los partidos políticos que le vieron estatura para ser candidato presidencial. Perdió y se impuso como legítimo. Hasta ahora las ofensas a todos los sectores son más radicales con términos de “traidores”, “corruptos”, “conservadores”, “fifis”…ya había abusado del “innombrable”.

Hoy su tarea no es gobernar es establecer tribunales para enjuiciar a todos los del pasado. No se ha preocupado por su cercanía al señor de las ligas o a la madre del Chapo, para todo encuentra distractores. Pero muchos, entre ellos una profesional de la información como Lilly Téllez, como el comediante Lalo España, el actor Eric del Castillo y otros tantos personajes públicos más que han tenido la valentía de expresarlo, se definen como “engañados”.

El propio “Brozo”, habló del payaso, porque eso es, y su creador Víctor Trujillo se prestaron en sus espacios a crecerlo, a halagarlo, a bromear con él, a tutearlo, a seguirle el juego y hoy se filtran como opositores con todo gozando de enorme “credibilidad” y simpatía.

Gracias a muchos de los “engañados” hoy el país tiene lo que se merece pero algunos ya están solicitando juicio político, rendición de cuentas y renuncia del mandatario. Y seguimos en el país de los tullidos intelectuales en donde todos los días estamos atentos a las noticias para decirnos “ya vienen las vacunas contra el COVID”, “no hay desbasto de medicinas pero si las hay”, llegaremos a los responsables del desplome del Metro”, “tendremos el aeropuerto más importante del mundo” y así, día con día.

Pregunto, independiente de la elección electoral que definimos en la boleta hace tres años, ¿qué no nos dimos cuenta el gran país que tenemos y que se los hemos ofertado a los mismos truanes que en nuestras narices se cambian de partido e ideología sólo para que ellos triunfen? ¿Fuimos tan miopes, absurdamente miopes como para fingir que lo que venia nos haría ricos (como en Dinamarca cuando nuestros niños de cáncer mueren a la vista de un absurdo burócrata como Lopez Gatell)?, ¿nunca tuvimos la estatura como para evitar que la política se convierta era en un “pozo de lodo, sucio”? Lo que llama la atención es que los “engañados” no pertenecen a una clase desinformada, abstraída de los problemas nacionales, lejana al conocimiento de las irregularidades e ilícitos, y he escuchado a esos mismos “engañados” hoy debatir quién seria el próximo candidato a la presidencia, si Ebrard o Sheinbaum, ¡vaya!

Conductor del programa VAENSERIO MexiquenseTV canal 34.2