El presidente Obrador asumió su mandato con una abierta oposición de un núcleo importante de las fuerzas armadas.
Durante largos años el tabasqueño llenó de agravios al ejército. Llegó al extremo de confrontar a los militares, a los que responsabilizó de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa y de la masacre de estudiantes en Tlatelolco y de considerarlos un instrumento represor al servicio de la “mafia en el poder” y de vulnerar los derechos humanos. Incluso llegó a plantear que el de Luis Donaldo Colosio fue un crimen de Estado donde estuvieron implicados los militares.
El Caso Cienfuegos ha abierto un debate sobre las fuerzas armadas. Como nunca antes el asunto de los militares está en el escrutinio público. Las opiniones, desde luego, están polarizadas. Los enfoques varían y van desde quienes se envuelven en la bandera como defensores a ultranza de la institución castrense hasta los partidarios de que se lleve a cabo una purga interna.
De acuerdo al artículo II de la Ley del Ejército y la Fuerza Aérea, el presidente en su calidad de jefe supremo de las fuerzas armadas tiene la facultad de nombrar a toda la jerarquía militar.
En esa condición, el presidente Echeverría –después de los acontecimientos del movimiento estudiantil del 68 que involucraron al ejército–, asumió una decisión tajante al llevar a cabo una de las mayores purgas en las fuerzas armadas cuando por orden presidencial se obligó el retiro de 354 generales para ser reemplazados por un grupo de oficiales más jóvenes. Así, Echeverría promovió en su sexenio el ascenso de 301 coroneles a generales de brigada y 192 brigadieres a divisionarios.
Actualmente en el gobierno de Obrador las fuerzas armadas cuentan con un reducido grupo de 28 generales de división y en la Marina con 16 almirantes.
Obrador quien mantenía una cerrazón respecto a la “calidad moral” de los mandos militares, hizo saber que la decisión de nombrar al general Cresencio Sandoval al frente de la Secretaría de la Defensa Nacional se basó en un “honorabilidad” y “honestidad”. Sandoval estaba entonces al mando de la Cuarta Región Militar (que comprende los estados de Nuevo León, Tamaulipas y San Luis Potosí) y no provenía de la estructura burocrática de la Sedena.
Respecto al general Salvador Cienfuegos, el presidente Obrador mantenía sus reservas incluso el tabasqueño se sumó al linchamiento mediático en contra de Cienfuegos cuando la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach) anunció en febrero de 2018 la entrega de un doctorado honoris causa al jefe castrense. “Eso es politiquería”, dijo Obrador en tono socarrón.
Aunque por mayoría del Consejo Universitario se aprobó la propuesta, de los 32 integrantes de ese cuerpo colegiado 20 la apoyaron, ocho la rechazaron y uno prefirió abstenerse, tres no se presentaron, finalmente se decidió cancelar el nombramiento.
La Universidad terminó dividida y varios académicos, uno de ellos el doctor Andrés Fábregas Puig, primer rector y fundador de la Unicach, renunciaron a sus doctorados honoris causa como protesta por el simple hecho de proponer tal reconocimiento al general Cienfuegos “… porque no tiene nada que ver con la ciencia y la academia… sino con la inseguridad, las desapariciones, las muertes y los femenicidios del país”.
El “gran mérito” de Cienfuegos consistía en haber forjado ciertas amistades políticas a su paso por el estado de Chiapas en sus tiempos de comandante de la VII Región Militar con sede en esa entidad.
Obviamente pesó mucho la influencia de Obrador en el ánimo del gobernador Manuel Velasco para que en plena injerencia en la vida de la universidad no se le otorgara tal reconocimiento al general Cienfuegos.
Pero Obrador quien sufre el síndrome de Onirismo, en su confusión mental que lo aleja de la realidad de repente cambió su percepción respecto a las fuerzas armadas, a las que tanto llenó de agravios, para pasar a compartir el poder con los militares una vez que se hizo del poder. Con la llegada de Obrador a la presidencia los militares tienen el don de la ubicuidad: están en todas partes al mismo tiempo.
En uno de sus recurrentes lapsus, cuando Obrador fue cuestionado por la detención del general Cienfuegos, sus primeras palabras fueron demoledoras. Es la “peste” de la corrupción y de los “narcogobiernos” y hasta amenazó con una purga en las fuerzas armadas.
Cienfuegos y García Luna fueron señalados por Obrador como una “muestra inequívoca de la descomposición del régimen neoliberal, la peste que tanto daño ha hecho al país”.
De pronto el discurso cambió. Cienfuegos ahora es una blanca paloma. En México no hay cargos en su contra y Estados Unidos se desistió de las acusaciones en su contra.
Pero los agravios no se olvidan y el malestar hacia el interior de las fuerzas armadas persiste en contra del presidente Obrador.
Cuando el tabasqueño responsabilizó a los miembros del 27 Batallón de Infantería, con sede en Iguala, de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, el director general de los Derechos Humanos de la Sedena, el general José Carlos Beltrán Benítez citó a una inusual conferencia para responder a Obrador en los siguientes términos: “Se ha difamado sobre hechos represivos que ofenden al instituto armado y también a la sociedad. Ante estos e responde que hemos dado muestras de tolerancia y prudencia en un sinnúmero de ocasiones, desde agresiones físicas a instalaciones militares, a integrantes del Ejército y Fuerza Aérea, hasta injurias y ofensas provocadas”.
El general Beltrán también hizo saber el descontento de las fuerzas armadas por la necedad de crear una “Comisión de la Verdad”, por “no estar prevista en el orden jurídico mexicano ni está prevista en ningún tratado internacional”.
Otro desencuentro se dio cuando Obrador ofreció dar amnistía a los jefes de la delincuencia, la respuesta del general Cienfuegos fue que era “inaceptable” por las muertes que han dejado en todo el país. De la misma manera se manifestó el almirante Vidal Francisco Soberón Sanz, secretario de Marina. Ambos mandos castrenses formaron parte del gobierno de Peña Nieto.
Después el general de división Sergio Aponte Polito publicó (9 abril, 2018) una carta en el semanario Zeta donde fustiga a Obrador bajo el título: “No apoyé ni apoyaré a AMLO”, en los que hace un relato de los agravios de Obrador a las fuerzas armadas. (https://zetatijuana.com/2018/04/no-apoye-ni-apoyare-a-amlo/)
También en octubre de 2018 se publicó en los medios una carta anónima de un militar, donde le reclama a Obrador los agravios al ejército de la dio cuenta el periodista Raymundo Riva palacio. VER ENLACE (https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/raymundo-riva-palacio/mensaje-militar-a-lopez-obrador)
Después se hizo pública otra carta en los medios sobre la inconformidad en las fuerzas armadas con el presidente Obrador, en el que se manifiesta, entre otros puntos lo siguiente: “Ya nos cansamos Presidente, estamos hartos Secretarios, México no merece esto, las Fuerzas Armadas no lo merecemos. Así que decimos ¡YA BASTA! Yo soy ese militar, que siempre está listo para la batalla”.
La carta también dirigida a los secretarios de la Defensa Nacional y la Marina, general Luis Cresencio Sandoval González, y el almirante Rafael Ojeda Durán, con fecha del lunes 30 de marzo de 2020, se señala: “Soy el militar que usted, señor Presidente usa a su antojo cada vez que su política genera un problema que después no sabe resolver, soy el que cuida instalaciones estratégicas, el que pelea con huachicoleros, soy el piloto y administrador que ahora administrarán bajo sus órdenes un aeropuerto; soy el responsable de sanidad que ahora es responsable de resolver la crisis de salud cuando ya es demasiado tarde”, indica la mensaje en el que dejan en claro su inconformidad por ser ignorados en tiempos tranquilos, pero que en tiempos de urgencia o desastre son convocados”.
En el mensaje, los militares y marinos también reclaman el saludo que el presidente López Obrador hizo a la madre de Joaquín El Chapo Guzmán. VER ENLACE: (https://www.ejecentral.com.mx/ya-basta-fuerzas-armadas-reiteran-hartazgo-a-amlo/)
Como testimonio del malestar de las fuerzas armadas con el gobierno del presidente Obrador está el desayuno de 22 de octubre de 2019 presidido por el titular de la Defensa Nacional, Cresencio Sandoval y que congregó a 600 generales en retiro donde habló el general Carlos Gaytán Ochoa a nombre de las fuerzas armadas para externar que “en México la sociedad está polarizada políticamente porque la ideología dominante, que no mayoritaria, se basa en corrientes pretendidamente de izquierda que acumularon durante años gran resentimiento”.
En ese discurso el general Gaytán fue claro y directo: “… Respetando el pacto social y la propia normatividad no podemos soslayar que el hoy titular del Ejecutivo ha sido empoderado legal y legítimamente… Sin embargo, es también una verdad inocultable que los frágiles mecanismos de contrapeso existentes han permitido un fortalecimiento del Ejecutivo que viene propiciando decisiones estratégicas que no han convencido a todos, para decirlo con suavidad… eso nos ofende eventualmente, pero sobre todo nos preocupa…” VER ENLACE del discurso completo (https://www.jornada.com.mx/ultimas/politica/2019/10/29/-1-6969.html)
Sí, algo huele a podrido.