Para quien dice que vamos bien, díganselo a los muertos de Tláhuac línea 12, a los más de 4 millones de damnificados por la amañanada construcción de esa línea y que ha permanecido cerrada por el desvío de recursos en su construcción, por personajes corruptos que gozan de impunidad.
Díganselo a los muertos de COVID, que por no aplicarles las pruebas para saber si era COVID tienen en su acta de defunción “por pulmonía atípica”, esos muertos que por falta de reactivos para prever si era solo gripe o COVID, murieron.
Díganselo a las madres solteras, ésas que por el cierre de guarderías, no tienen con quien dejar a sus hijos para ir a trabajar, cerradas, con el pretexto de que había corrupción y nunca se precisó en donde y cuantas guarderías tenían corrupción.
Díganselo a los trabajadores del NAIM que se quedaron sin trabajo por supuesta corrupción y a la fecha no hay nadie detenido y les cerraron sus empleos.
Díganselo a los enfermos que no tuvieron medicamentos por la supuesta corrupción en las compras y que tampoco hay detenidos, cuando hoy, cada dependencia ha vuelto al esquema de compra por dependencia, porque no pudieron abastecer con oportunidad y eficiencia las necesidades de medicamentos.
Díganselo a los muertos del huachicol, los más de 130 muertos, lesionados y huérfanos de Tlahuelilpan, que el gobierno cómodamente no habla de ello.
Díganselo a los desempleados, que por la falta de apoyo, las empresas que hicieron esfuerzos por mantener su nómina, a pesar de la pandemia y que el gobierno de México, fue incapaz de darles prórroga para que cumplan sus obligaciones fiscales, mientras hacían esfuerzos por apoyar a sus trabajadores.
Díganselo a las nuevas generaciones que van a tener que cargar con el daño ambiental de las más de quinientas pipas de Pemex, compradas precipitadamente a un costo elevado, esas pipas, con más de 38 llantas cada una, contaminando las carreteras de México, produciendo Ollín y emisiones de Diesel de cada motor, altamente contaminantes, en lugar de usar los poliductos, sabiendo perfectamente que Pemex, cuenta con equipos para identificar las fugas donde hay ordeña de gasolinas, cuando Hacienda, puede identificar qué gasolineros compran y venden gasolinas robadas y que la compran, por estar amenazados de muerte por la delincuencia organizada sin que el gobierno haga nada.
Díganselo a los millones de mexicanos como los de Aguililla Michoacán, en Veracruz, en Tabasco, en Morelos, en Guerrero, Puebla, Jalisco, Oaxaca, Chiapas, Sinaloa, Chihuahua, Durango y los demás, donde gobiernan, resuelven y deciden los gobiernos de facto de la delincuencia, los jefes de plaza, en lugar de los gobiernos de derecho institucionales y electos por el pueblo, que no tienen el respaldo y apoyo federal, más allá de abrazos. Díganselo a los miles de huérfanos, y víctimas de la negligencia de repetir abrazos y no balazos, mientras miles de mexicanos son asesinados. Díganselo a la población de los más de ochenta municipios donde no hubo elecciones porque la delincuencia ha inhibido la participación de candidatos amenazados de muerte y díganselo a los miles de ciudadanos que han tenido que abandonar sus lugares de origen, amenazados por la delincuencia o por haber sido víctimas de extorsión, levantones y secuestros.
Pero vamos bien. ¿Deveras lo creen?