A estas alturas del partido quien se crea que Xóchitl Gálvez es ciudadana y no la impuso Claudio X. González y que no era Sheinbaum la elegida presidencial, pero también apoyada por un movimiento en grado superlativo, solo pecaría de ingenuo. Como lo es Santiago Creel.
Como pecaría de ingenuo, como Santiago Creel y Enrique de la Madrid creyéndose presidenciables – son un pésimo chiste mal contado y su extravío es de risa– pensando que otros candidatos posibles podrían retar a ambas mujeres, disputándoles el triunfo en 2024. Ya se llegó a ellas, difícilmente un varón las derrotará. Aunque se postulara Marcelo Ebrard. No, 2024 pinta y es lo positivo de este proceso, para ver a una mujer presidente de México. El país lo merece y el desafío de todas maneras, ni será menor ni será garantía de nada con una mujer al frente. Como no lo es con un varón al frente. Pero dar el paso sí es significativo. El mundo cada vez más elige mujeres gobernantes, México no tiene motivos para ser una excepción. El trasnochado excepcioalismo mexicano que sabe a priismo rancio, ya no cabe.
Y sí, no es solo cosa de género, que lo es, sino que, además, es la disputa por un modelo de país, pero planteándolo partiendo de dos mujeres suena diferente, con lo cual el asunto se torna más benévolo e interesante. Vamos a ver si como roncan, duermen. Y en un plano bastante igualitario.
Ambas candidatas punteras llegan con sus más y con sus menos. Ninguna ha ganado la presidencial y esa es la esencia de la democracia. No estamos en tiempos del putrefacto PRI que imponía quién debía de gobernar y veía la elección como mero trámite, por despreciar siempre la democracia. Hoy, el PRI pinta poco tirando a nada. Lo que ha sido siempre. La derrotada Alejandra del Moral es el mejor ejemplo de una pésima candidatura y Alito la muestra más palpable de que nada ya tiene qué ofrecer y es el partido de Xóchitl Gálvez. Así que peor lastre no puede tener la improvisada opositora hidalguense.
Sheinbaum tiene el mismo reto de todo candidato perteneciente al partido gobernante: ofrecer continuidad y no ceder a los ataques opositores a la gestión del gobierno saliente. No es una tarea fácil. Así como a Gálvez no le alcanzará solo con insultar a López Obrador, que es lo único que demuestra saber hacer, a Sheinbaum no le alcanzará usar su figura como paraguas. Tendrá que definir y marcar distancia, por su futuro político y para que en el saldo negativo que también existe en ese gobierno saliente y tiene, López Obrador no la hunda. Ahora, Sheinbaum tiene mucha más experiencia de gobierno que Gálvez.
Así que será una campaña muy interesante. Desde ya, decirle al Frente opositor que no son los dueños de la democracia y de la verdad como lo pretenden. Especialmente con dedicatoria a los panistas. No son unos santos y hay mucho más evidencia de su indolente y desbordada corrupción y de su incapacidad, que de servir a México. Y arropan así a Xóchitl Gálvez. Así que debieran ser más sensatitos y dejarse de tanta monserga. Los electores, en todo caso, tendrán la última palabra y no las gracejadas diarias del insufrible Marko Cortés.
Y desde ya, que quede muy claro, este país sí está preparado para ser gobernado por una mujer. Ahí hay 8 gobernadoras. Quien diga lo contrario solo piense tantito: gana la presidencia una y ¿luego? ¿no se la atiende por ser mujer? eso sería la guerra civil y nadie se está planteando una guerra civil o ¿sí? Solo cabría esperar que la provocara el PRI, que no acepte su derrota. Siempre han golpeteado a los gobiernos que no son priistas. Y la democracia, que es lo antiPRi por excelencia, tiene la oportunidad de mandar al basurero al PRI en 2024.