En Tabasco ya no les podrán jalar las orejas a los actores de Morena a quienes el triunfo monumental del 6 de junio aguijoneó para arreciar su proselitismo rumbo al 2024, pues el presidente Andrés Manuel López Obrador ha puesto el desorden al abrir su baraja de prospectos para su sucesión dentro de tres años.
No es que se haya descubierto la fórmula del agua tibia: los políticos tabasqueños se entregan en cuerpo y alma a la grilla y en sus ratos libres trabajan. No hay nada raro, pues.
Es más, de pronto pareciera que el proceso de 2018 sigue vigente: Óscar Cantón Zetina, Jesús Alí de la Torre y Gerardo Gaudiano, que participaron en aquella contienda histórica, ya caminan de nuevo, aunque con posibilidades remotas, por no decir nulas.
Más que en la oposición, la calentura “en alta” se presenta en Morena por la razón de que se trata de la primera fuerza indiscutible, y por la percepción de que en el siguiente período el régimen va a mantener el Ejecutivo con la mano en la cintura y sin despeinarse.
Aunque por lo general el ajetreo “formal” de cara a la sucesión venidera se da en el cuarto o quinto año del sexenio en curso, en el Edén los tiradores del Congreso de la Unión han empezado con antelación.
Los ánimos, empero, se encendieron a raíz de la rotunda victoria del primer domingo de junio. La facilidad con que el vinotinto destrozó a sus adversarios dio pie para que los egos se potenciaran.
De pronto a Morena un precandidato a la gubernatura en cada triunfador del 6 de junio le dio.
Un ejemplo: hace poco le preguntaron a una persona que por la naturaleza de su cargo ha sido encartada, y como toda respuesta pidió que primero la dejaran tomar posesión antes de hablar del futuro.
Esto es, en vez de contestar con el cliché de que estos son tiempos de trabajo, no de sucesión, dejó abierta la posibilidad de buscar la candidatura.
Para infortunio de Tabasco, parece que fue ayer la elección de 2018, si bien apenas están a punto de entrar en funciones las autoridades de a mitad de sexenio, ¡y ya empezó la fiesta 2024!
El problema es que los funcionarios se distraen en sus quehaceres por andar en precampaña.
Recuerde usted lo mal que le fue a Centro en los últimos tres sexenios porque sus alcaldes intermedios prepararon desde el ayuntamiento capitalino su lanzamiento a la Quinta Grijalva.
Ojalá la presidenta municipal electa, Yolanda Osuna Huerta, no escuche el canto de las Sirenas y se dedique a resolver los problemas del municipio.
En su momento, el gobernador Adán Augusto López Hernández le pidió a Gerardo Gaudiano –cuando era edil capitalino y aspiraba a suceder a su correligionario Arturo Núñez Jiménez– que no fuera el Ulises de la Odisea.
El municipio de la capital se encuentra en un momento crucial, en virtud de que la crisis del agua seguramente estallará en la administración por entrar, por lo que otro u otra responsable de la comuna con aspiraciones al Ejecutivo no podría dedicarse de tiempo completo a resolver la problemática por años desdeñada.
Por eso en su momento la postulación de Osuna pareció atractiva en algunos sectores: su formación no partidista en teoría la alejaba de las intrigas palaciegas.
@RodulfoReyes