La historia nos ha demostrado como países altamente cultos e industrializados al momento de ejercer su voto oscilan de una extrema derecha conservadora a una izquierda radical.
Hemos visto como naciones creen en mesías que prometen y acaban condenando a su pueblo a dictaduras feroces atadas al autoritarismo y a la represión.
Sabemos qué hay cambios por hartazgos o simplemente porque la calidad de los contendientes es tan reducida que las variantes se agotan. Por ello no sorprenden los cambios en la administración de la CDMX ejercidos por Sheinbaum con el beneplácito de AMLO.
Estos trueques de funcionarios se dan Justo ante la derrota y fracaso del 6 de junio y luego del escándalo por el desplome de la Línea Dorada del Metro sin que a 71 días haya responsables por la muerte de 26 personas.
Además, como en la alcaldía Álvaro Obregón, se genera un ambiente tenso por la intención de empantanar el proceso de transición en donde se supone están ganando tiempo para dos cosas: ocultar irregularidades en la administración de los recursos y al mismo tiempo evitar que los nuevos alcaldes no morenistas puedan incidir en la elaboración del Presupuesto 2022 lo que evitaría, ojo, que al faltarles recursos no cumplan con sus proyectos de gobierno y sus promesas sociales.
La jefa de Gobierno ha llamado la atención por sumar a sus equipo a un personaje como Martí Batres fuertemente criticado por su actividad de adoctrinamiento político dentro de las aulas universitarias y su perfil de activista violento contra la autoridad en la Máxima Casa de Estudios.
Su nombre se liga obligadamente a quienes han conducido a la UNAM a movimientos de huelga que han erosionado a la dinámica académica, a la destrucción de patrimonio y al ejercicio intencional de buscar cambios promovidos desde grupos clandestinos y encapuchados anarcos.
Martí Batres es un hombre oscuro, problemático, contestatario, trepador. Sus nexos evidentes con Carlos Imaz, Imanol Ordorika, Antonio Santos han marcado el rumbo desestabilizar en su biografía.
Cuenta la anécdota que ahora que han regresado a la UNAM como gobernantes o legisladores, a viva voz han comentado “no habíamos regresado desde los últimos plomazos”.
Son, como, Sheinbaum, sujetos cómplices de individuos como Martínez Della Rocca que como delegado en Tlalpan gozaba de enormes comilonas con los antes mencionados en la Exhacienda de Tlalpan y negociaciones políticas con Imaz en Las Espadas, lugar que se constató a razón del alcohol se provocó un lamentable incidente con un comensal.
Junto a Batres, llega Sebastián Ramírez como “vocero” de Sheinbaum iniciando su presentación estelar calificando a la prensa como “inmunda”. El nuevo titular de comunicación social de la CDMX muestra su reducida visión al cargo que llega y de bote pronto lanza un ataque contra quienes deberá tener una relación estrecha y cordial: las empresas informativas.
Sheinbaum se muestra preocupada luego del colapso en el Metro por la abierta confrontación con Marcelo Ebrard quien ya se auto destapó para contender por la presidencia y que dejó ver lo vulnerable que está la burócrata que ofreció respaldo a la ex directora del Metro, Serranía, que abandonó la posición sin responder por los fallecimientos en varios accidentes del subterráneo.
Ebrard sin duda intensificará los ataques y demostraciones a Sheinbaum y ella, por la enorme cercanía, confianza e incondicionalidad con el presidente promoverá su figura a costo de la CDMX.
Conductor del programa VaEnSerio MexiquenseTV canal 34.2