Tapar el sol con ‘corcholatas’…

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La expresión “tapar el sol con un dedo” generalmente se usa cuando se quiere decir “que no se puede ocultar algo demasiado evidente o grave”.

Y en nuestro país ocurren situaciones tan delicadas que el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no alcanza a ocultarlas destapando “corcholatas” de Morena para sucederlo en el cargo en el 2024 faltando casi tres años para la elección presidencial.

Los precios de los combustibles como la gasolina, el diésel y el gas se han disparado. La gasolina, por ejemplo, de 16 pesos a los cuales cayó hace un año debido a la crisis mundial, hoy fluctúa entre los 21 y los 25 pesos.

En campaña y una vez asumido el cargo, se dijo que con AMLO se acabarían los gasolinazos. Incluso, el mandatario presumió cuando en 2020 bajaron los precios de los combustibles como si hubiese sido logro de su gobierno cuando en realidad había desplomé global.

Nadie se ha podido levantar de la crisis económica a causa de los golpes fiscales y a la falta de respaldo gubernamental, y que se agravó por la pandemia Covid-19, y ahora viene el proceso inflacionario provocado por el alza en los precios de combustibles.

Así las cosas, aunque en una de sus últimas entrevistas como Secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez, haya dicho que “ya pasó lo peor de la crisis económica”.

¿Ya pasó? ¿Para quiénes?

La clase política es la única que no ha resentido la crisis económica, ni sufre por la falta de empleo; es la única que emprende gracias al dinero público, y todavía recibe recursos a manos llenas de procedencia “desconocida” (por no decir ilícita).

La pandemia Covid-19 va a la alza. Y claro, la existencia del virus no es culpa del gobierno mexicano, pero la propagación sí lo es en parte debido a políticas erráticas para frenar los contagios. Ya hay vacunas; sin embargo, no toda la población está vacunada aún.

Amén de la necedad de la ciudadanía de continuar saliendo desbocadamente sin guardar las medidas sanitarias pertinentes, sin que tampoco el gobierno en sus distintos niveles (empezando por el federal) haga mucho por tomar medidas preventivas.

Estamos en verano y las vacaciones están a todo lo que da.

Así la pandemia se enseñorea con una nueva oleada (la tercera) de nuevos contagios, que habría empezado hace cuatro semanas, y en nuestro país ya está presente la variante Delta afectando sobre a todo a jóvenes y niños. Hay entidades federativas donde han aumentado los contagios y las defunciones, pero están en semáforo epidemiológico color verde.

Sin embargo, el presidente considera tratarse de un “pequeño rebrote”, y hasta anuncia un probable regreso a clases. No obstante, México ocupa el cuarto lugar mundial en número de muertos por Covid-19.

Y como si el horno estuviera para bollos en nuestro país, el crimen organizado cada vez más se infiltra en las estructuras de poder. No es cosa nueva, ni desconocida; ha sido un secreto a voces; incluso, los acuerdos entre gobernantes y el narcotráfico para mantener la paz social a cambio del disfrute de la plaza.

Eso era antes. Porque ahora ya no se conforman, sino han ido por más a través de financiar campañas político-electorales. Lo acaba de advertir, el Obispo de la Diócesis de Chipancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, quien ve que vendrán tiempos en que la población mexicana será gobernada por los narcos, no por políticos, porque “han hecho muchos arreglos”.

Cosa que seguramente no ocurrió solamente en Guerrero, sino en diversas entidades del país. Vaya, cabe la pregunta: ¿Por qué los políticos hasta se destrozan con tal de ganar la gubernatura, curules o presidencias municipales de lugares donde solo hay pobreza?

 

QUÉ RENUNCIEN LAS “CORCHOLATAS”

Ya saben, para sucederlo en el cargo el presidente López Obrador destapó a Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Juan Ramón de la Fuente, Esteban Moctezuma, Tatiana Clouthier y Rocío Nahle.

Bueno, pues que renuncien al cargo público que ejerzan para evitar el uso de recursos públicos; caso contrario, tendrán más de dos años para hacer proselitismo a costa del dinero del “pueblo”, frase favorita de la “4T”.

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