En un mundo que vive proceso de envejecimiento, Covid-19 podría modificar tasa de natalidad

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  • Muchos países están expresando una creciente preocupación por los cambios en las tasas de fecundidad.
  • China y la India son los países que tienen un mayor número de habitantes con respecto al resto del mundo.

 El crecimiento de la población mundial ha sido exponencial, pero heterogéneo. Transcurrieron cientos de miles de años para alcanzar mil millones de habitantes, cifra que en aproximadamente 200 años se multiplicó por siete. Hoy, 7 mil 875 millones de personas habitan el planeta y se prevé que esa cantidad aumente a 8 mil 500 millones, en 2030; a 9 mil 700 millones, en 2050; y a 10 mil 900 millones, en 2100.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) explica que lo anterior se debe al creciente número de personas que alcanzan la edad reproductiva. Aunque se registran cambios notables en las tasas de fecundidad (a comienzos de la década de 1970 las mujeres tenían una media de 4.5 hijos; en 2015, 2.5; en 2020, 2.4 en el promedio mundial, y 2.1 en México) la esperanza de vida se incrementó de 64.6 años -a inicios de la década de 1990- a 71 años en hombres, y 75 en mujeres, este año.

La pandemia ha dado lugar a una merma en la efectividad de los sistemas de atención sanitaria, de manera particular en la esfera de la salud sexual y reproductiva. Si bien las personas que tienen acceso a servicios de salud sexual y reproductiva históricamente retrasan la procreación en tiempos de incertidumbre o crisis fiscal, se prevé que las interrupciones en el suministro de anticonceptivos, combinada con los bloqueos, provocara un notable aumento de los embarazos no planificados entre las personas más vulnerables. Según las investigaciones realizadas por el UNFPA en marzo, se estima que 12 millones de mujeres sufrieron trastornos en los servicios de planificación familiar.

La pandemia también expuso y exacerbó las desigualdades basadas en el género: la violencia de género aumentó en el curso de los bloqueos, al igual que el riesgo de matrimonio infantil y de mutilación genital femenina, ya que se interrumpieron los programas para abolir las prácticas nocivas. Un número significativo de mujeres abandonaron la fuerza laboral (se eliminaron sus empleos, a menudo de bajos salarios, o bien aumentaron las responsabilidades de cuidar de los niños que aprenden a distancia o de las personas mayores que viven en casa) lo cual desestabilizó sus finanzas, no sólo por el momento, sino a largo plazo.

Con este telón de fondo, muchos países están expresando una creciente preocupación por los cambios en las tasas de fecundidad. Históricamente, el alarmismo sobre las tasas de fecundidad ha dado lugar a derogaciones en materia de derechos humanos.

El Día Mundial de la Población fue proclamado en el año 1989, cuando la Tierra superaba los cinco mil millones de habitantes. Anteriormente, en 1968 los líderes mundiales proclamaron que los individuos tienen el derecho humano básico de determinar libre y responsablemente el número y el espaciamiento de sus hijos. Cuarenta años después, según especialistas, los métodos anticonceptivos modernos permanecen inasequibles para cientos de millones de mujeres y hombres.

Que la población pueda planear sus familias implica que puedan planear su vida, vencer a la pobreza, mejorar la salud de las madres e hijos, lograr una mayor equidad de género, disminuir la mortalidad materna y sostener a la juventud.

De acuerdo a los estudios estadísticos realizados en los últimos años, se calcula que la tasa de crecimiento de la población mundial es de casi 83 millones de personas.

En este sentido, el papel de la Organización de las Naciones Unidas ha sido determinante para la puesta en marcha de programas de trabajo, concernientes a la población y el desarrollo. Para ello, ha contado con el apoyo de distintos organismos internacionales, los medios de comunicación y la sociedad civil en general.

China y la India son los países que tienen un mayor número de habitantes con respecto al resto del mundo. Estas dos grandes naciones, ubicadas en el continente asiático, albergan el 61% de la población. Solamente en China habitan 1 mil 440 millones de personas, mientras que en la India hay 1 mil 390 millones, que unidos representa casi el 37% de toda la humanidad.

Sin embargo, se estima que en los años venideros India superará a China y habrá un crecimiento importante de población en los países más pobres.

De acuerdo a estudios más recientes, se prevé una reducción de la fertilidad que impedirá el crecimiento poblacional a nivel mundial, que traerá como consecuencia un envejecimiento de la población adulta y que tendrá un impacto negativo en la economía, los sistemas de salud y de asistencia social de manera globalizada.

Hoy, 25.3 por ciento de la población mundial tiene de 0 a 14 años; 65.1 por ciento, de 15 a 64, y 9.6 por ciento más de 65 años. En tanto, en México la población total es de 126 millones 14 mil 24. Según el Censo de Población y Vivienda 2020, 64 millones 540 mil 634 son mujeres (51.2 por ciento) y 61 millones 473 mil 390 hombres (48.8 por ciento); nuestro país ocupa el lugar número 11 a nivel mundial por su número de habitantes.

De acuerdo a Verónica Montes de Oca Zavala, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, la disminución de la fecundidad se debe a varios factores: mayor nivel educativo, así como el costo económico y  oportunidades de procrear. Aunque al mismo tiempo se presenta un serio problema de embarazo adolescente, en general las mujeres postergan cada vez más el nacimiento de su primer hijo; hay parejas que lo tienen a los 40 años; además, el intervalo entre sus descendientes se amplía en ocasiones hasta 10 o más años.

La experta reconoce que a raíz de la pandemia se registran embarazos no planeados, de los cuales apenas se elaboran estimaciones. Podría evidenciarse un “baby-covid-boomer”; es decir, un pico en la natalidad como el que se dio después de la segunda guerra mundial, ahora en plena pandemia, y sobre todo en áreas urbanas donde el confinamiento en los hogares en mayor.