Revocación estratégica

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Enganchar a la oposición sobre el proceso de revocación de mandato en sus términos es fundamental para Andrés Manuel López Obrador, sabe que su mejor terreno es la campaña y con ello desviará la atención de los problemas reales de México; centrando el debate en él, abriendo el camino para las gubernaturas en juego y limpiando el camino rumbo a la Presidencia en 2024 para MORENA y sus aspirantes.

Convocar la revocación de mandato implica reunir el 2.5% de firmas de ciudadanos inscritos en el padrón electoral (2.4 millones), como único camino legal; teniendo tres alternativas: que el presidente instruya a su partido a reunirlas; que la oposición desde los partidos lo haga, o que un grupo lo impulse siendo apoyado por la base de MORENA, motivando a ciudadanos opositores sin partido al régimen a lograr convocarla.

Los argumentos estarán desde, que fue electo por seis años, hasta la existencia del mecanismo Constitucional y un compromiso de campaña, pasando por: el presidente es un demócrata vs los opositores a la democracia. Ahí -contra las cuerdas-, los partidos de oposición decidirán, ya que ir contra la consulta podría implicar abandonar a miles de electores, pero ir a favor de ella tiene riesgos, más de los que corre con todo cálculo el presidente.

López Obrador coloca a los partidos de oposición no frente a él; sino frente a los electores que respaldaron la Alianza por México, estos ciudadanos que votaron en junio y sus motivadores no solo fueron el respaldo al PAN, PRI o PRD, además fue un castigo al presidente, MORENA, sus gobiernos y políticas públicas; buscando una alternativa para el país, representando sus deseos y que no defraudaran su confianza.

Las dirigencias partidistas opositoras tienen la respuesta, el contragolpe, pero deben cambiar sus propias variables y mover los nodos del debate público.

-Hacer lo impensable, es posible- ya lo hicieron una vez.

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