A pesar de los acuerdos alcanzados la madrugada de este martes entre magistradas y magistrados, no ha terminado la crisis en la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF); solo se trata de una tregua.
Una tregua cuyo propósito va implícito en la segunda parte de uno de los acuerdos: “…con el fin de privilegiar la continuidad a los trabajos jurisdiccionales relacionados con las impugnaciones derivadas del proceso electoral 2020-2021.”
No podía ser de otra manera, cuando prácticamente se está a veinte días de la transición de la Legislatura en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. Y ya no debe haber impugnaciones pendientes.
Justamente el magistrado Felipe Fuentes Barrera nombrado presidente de la Sala Superior, por ministerio de ley, fungirá hasta el 1º de septiembre próximo, día en que este órgano jurisdiccional debe emitir la convocatoria para designar a la persona titular de dicha Sala.
Y ahí termina la tregua.
Esperemos que para entonces las magistradas y los magistrados ya se hayan puesto de acuerdo en quien debe recaer la presidencia de la Sala Superior del máximo órgano jurisdiccional en materia electoral. Y de manera autónoma e independiente, fuera de la injerencia de cualquier Poder constituido o fáctico.
Las presiones han estado durísimas, lo cual se reflejó en que en un momento hubo al mismo tiempo dos magistrados presidentes:
José Luis Vargas Valdez, destituido por una mayoría de cinco de sus pares por “incumplir sus obligaciones constitucionales, legales y reglamentarias”, quizá incluidas las presuntas conductas ilícitas por las cuales lo investiga la Unidad de Inteligencia Financiera.
Además, Vargas Valdez con su sobrado mal carácter había venido atropellando a algunos de sus compañeros y compañeras en la función jurisdiccional, pues una cosa es manifestar desacuerdo en los proyectos de sentencia y otra de plano es chocar por lo mismo.
Quizá la gota que derramó el vaso fue cuando, en la discusión sobre el proyecto de paridad de género del Organismo Público Local de Tamaulipas, el entonces magistrado presidente de la Sala Superior dijo que su voto era individual no “en grupo o en manada”.
Y Reyes Rodríguez Mondragón, a quien la mayoría de sus pares lo nombró presidente tras destituir a Vargas Valdez, quien hizo berrinche, acusó situaciones políticas en la decisión colegiada y hasta presentó controversia ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Pero el ministro presidente, Arturo Zaldívar, sensatamente llamó a Vargas Valdez a hacerse a un lado y permitir que magistradas y magistrados electorales decidan quién debe presidir la Sala Superior del TEPJF. Haberlo respaldado hubiera agravado la crisis.
En fin, que ya internamente el colegiado del órgano electoral tomó los acuerdos que la madrugada de este martes el Tribunal dio a conocer vía un escueto comunicado, que al final remata: “Con estas decisiones, las magistradas y los magistrados electorales refrendan su compromiso institucional ante los mexicanos para fortalecer su sistema democrático.”
Y entre las decisiones es obvio que se encuentran las previas y respectivas renuncias de los magistrados Vargas Valdez y Rodríguez Mondragón a la presidencia de la Sala Superior “para los efectos legales a que haya lugar”.
Ello dio paso a la tregua y a los acuerdos, entre los que destaca el nombramiento de Fuentes Barrera como interino, digamos, y la convocatoria para designar presidente o presidenta de la Sala con toda la formalidad del caso.
Reyes Rodríguez es buen magistrado. Lástima que políticamente lo vinculen al panismo, concretamente con el expresidente Felipe Calderón Hinojosa, enemigo del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
QUE CUMPLAN
Ojalá que al terminar la tregua magistradas y magistrados electorales cumplan con su compromiso institucional –como han dicho–, poniendo punto final al conflicto interno con la designación de una persona titular de la Sala Superior a la altura del sistema democrático mexicano.
Porque dicha Sala tiene mucha tarea, de la cual depende la estabilidad política electoral y la integración de órganos de gobierno de elección popular.
Todavía falta resolver impugnaciones sobre las elecciones locales, empezando por las relacionadas con las gubernaturas, las relativas a las diputaciones locales y concejalías a los ayuntamientos, así como alcaldías, que lleguen a la última instancia.
Además, de los recursos recaídos a los procedimientos especiales sancionadores.
Pero ahí no termina la tarea del TEPJF, falta cualquier impugnación con motivo de la pérdida de registro de los partidos políticos nacionales que en las últimas elecciones no hayan alcanzado el mínimo de votación exigido por la ley. El Instituto Nacional Electoral (INE) ya puso en marcha el proceso de liquidación.
Y están por iniciar los procesos electorales locales de las seis entidades federativas donde en 2022 renovarán gubernatura.
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