Y unas manos más dulces que la fruta le acercaban una rebanada.
El niño sonríe y come.
Mastica las negras semillas que luego escupe por todo el lugar.
Mamá más sandía…
Y la mamá llora como la jugosa fruta que parte y parte sin parar.
Pero es muy tarde,
cuando le acerca otra rebanada el niño ha cerrado los ojos.
La fiebre ha vencido
y la muerte lo comienza a arrullar.
Comía el gis de las pizarras:
El Valiente.
Cuando nadie lo veía
se fumaba el azul del viento.
Era un diablo en bicicleta:
El Valiente.
Cuando quería, detenía el mar enfurecido
Que se agitaba en el fregadero.
Jugaba como nadie a la pelota:
El Valiente.
Y hacía que el mundo se rindiera a sus pies.
Risa de niño, silencio alrededor:
El Valiente.
Y en el pasillo, el olor a cocina de mamá.
La maceta rota se adelanta al regaño:
¿El Valiente?
Y en su cuarto, desolado, no puede dejar de llorar…
@OSKRgcm
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