Tokyo 2020: balance azaroso y reclamante pero objetivo

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Sumemos esta entrega a la anterior alusiva a los JJ.OO. con el sabor agridulce que nos dejaron los recientes que no fueron positivos, mas no un fracaso para México, como algunos insisten. No es un fracaso al tenor de todo lo que se expondrá. Han sido decepcionantes los resultados, pero los reclamos necesarios deben ser objetivos y no oportunistas expresando frustraciones políticas por gobernar quien no se quiso que ganara en 2018, pues eso no ayuda a centrar el debate. La objetividad requiere de planteamientos serios, certeros e informados no usando lo sucedido para fines ajenos al deportivismo con impostada indignación. Porque además es eso: impostada. París está a 3 y no a 4 años si no hubiera cambios, así que hay por delante mucho por hacer y rectificar o refrendar, según.

Pues bien, usted merece saberlo: los resultados de Tokyo 2020 son: 4 medallas de bronce, 7 cuartos lugares dentro de los 17 diplomas olímpicos obtenidos por el enorme mérito entre atletas que figuraron del cuarto al octavo sitio. Un diploma más que en Londres. Con un sinnúmero de participantes nuevos, muy jóvenes,  que acudieron a los Juegos de Tokio con mejores calificaciones, a disciplinas novedosas que reportaron dos características de la tercera delegación nacional más nutrida en nuestra historia olímpica: el ser deportes o modalidades sin precedente para los mexicanos, colocándose tales deportistas muchas veces como los mejores latinoamericanos calificados en la competencia o eran los únicos presentes en tales ejercicios, mejorando su propia marca y dotando al deporte nacional de nuevos bríos. No es poco lo alcanzado.

Sí, quedando en el lugar 84 de 86 en el medallero con diez países por debajo que compartían el 86 al no haber áureas o argentas para México, así como estar en un cuarto lugar implicaba quedarse a un paso de la medalla y con 201 países por debajo de México. Que nadie lo olvide, también. Y sí, no hubo las 10 ofrecidas. Eso sí, tenerlas hubiera posicionado mejor a México, pero no demostrado mejores desempeños. No se confunda un mejor lugar con mejores resultados generales.

Ese panorama no cuenta esta vez con deslumbrantes medallas de oro, pero está muy lejos de ser la peor delegación o ser carente de buenos resultados. Los hay que no se ven y por no ser medalla, injustamente se va calificando con ligereza a la representación nacional en su conjunto y los esfuerzos y apoyos prestados; y están presentes. Remarquémoslos. Y mucho jueceo de apreciación fue subjetivo.

Y en efecto, no matemos a los deportistas y sus anhelos. Hubo logros destacados. Para quienes solo miden medallas y se olvidan de otros aspectos importantes –incluido que para algunos plata ya es derrota, por si les engolosina aquella– debiendo saber que las delegaciones de 1988 a 1996 sobre todo, pero igual las demás después de México’68 y a excepción de Londres 2012, dejaban números pesarosos porque fuera de las preseas, no había más para nadie. Era un todo o nada. No es el caso de 2021. Así como hubo desempeños deplorables, también. En 2021 prevalecieron las mentes ganadoras, ávidas de revancha, necesitadas de apoyo hacia París 2024, con rankeos extraordinarios, con entrenamientos precarios por apoyos exiguos, como también las hubo. Es menester no suspender el apoyo. No merece demeritarse lo alcanzado en Tokio. No olvidemos que antes nunca hubo cascadas de medallas y que la edición de Atenas fue retroceso de Sídney, como Río lo fue de Londres.

Las expresiones burdas, tales como decir que tanto cuarto lugar es por la 4T –una estupidez supina (no se ganaron deliberadamente ¿o sí?)– o quedarse en los resultados de Juegos pasados como su guía de opinión, abonan a la mediocridad. Venimos de una reducción del presupuesto público asignado al deporte – de 5,357 mdp asignado en 2012, a 2,783 en 2020 o 2,675 en 2021 – y sin política prioritaria deportiva, así desde siempre en la materia. Gobierno que no está obligado a apoyarla en exclusiva. ¿Dónde está la iniciativa privada? y venimos de no haber aprovechado México’68, como sí lo hicieron los punteros, para impulsar el deporte de excelencia, redundando en carecer de instalaciones proyectadas para conseguirla.  Y en efecto, que el declarar que se espera un número determinado de preseas, es un error garrafal. Y todo por la presión de los medios buscando una cifra. Lo que sí se puede hacer es trabajar para que se consigan grandes objetivos que se materialicen en medallas. Eso sí. Y Guevara no está pudiendo con las Federaciones, exhibidas otra vez en Tokio por corruptas y torpes y eso que tampoco se obvie. Y son un freno total aquellas corruptas e ineptas.

Considérese que una regla no escrita marca que el apoyo gubernamental se mide por sexenios terminados. A Peña le tocaron unos Juegos, a López serán dos. Hasta París 2024 podemos valorar en su totalidad el apoyo recibido. Eso abre posibilidades de mejora, siempre y cuando se apoye a cuantos mostraron tablas y pueden sobresalir. Y los hubo en Tokyo 2020 y no deberían perderse o dejarlos. Y atentos: hablar de brillar solo en dos o tres ciclos olímpicos no es crear escuela o ya tenerla de tal o cual deporte. No confundamos términos. Ojo con eso.

Esos medalleros pasados que tanto encandilan para golpeteo político, olvidan que muchos eran deportes de chiripazo, el apoyo sin planificar sostuvieron muchas veces tales medallas, sin continuidad, acaparando unos cuantos las oportunidades y los apoyos a recibir. Con Federaciones corruptas. Con la tibieza del Comité Olímpico Mexicano, que en Tokyo 2020 mostró de nuevo al dejar solos a esos cuartos lugares que acaso pudieron impugnarse. Tokyo 2020 también nos mostró esa vergonzante realidad de los atletas y entrenadores que trabajaron para otras naciones. Ahí se dejaron ir y se fueron otras medallas. Y se marcharon en otros sexenios y por las Federaciones, a juzgar por su dicho. Hay que ser más ecuánimes y justos.

Sépase: en 2021, todos los días de los JJ.OO. hubo mexicanos participando. Eso cuenta. Una delegación corta no garantiza más medallas. Sí lo hará más fogueo y más variedad de deportes. Más de grupo y menos de apreciación, ampliarían el acceso a medallas. Sí, no basta con calificar a los JJ.OO., pero es un avance enorme que suceda. Crear planes de desarrollo deportivo a a largo plazo, no dar bandazos como siempre ha sido, dejar el “sí se pudo” por el “se consigue”. CONADE debe de transparentar sus finanzas, pero igual dejarse claro que otorgue cuáles apoyos a cuáles programas, o sea, a planes de trabajo. Si no se los presentan, no hay dinero público. Así de sencillo y no todo mundo está de acuerdo en transparentar. Las Federaciones siguen opacas. Y faltan mecanismos de rendición de cuentas,  

Ahora bien, dar dinero vía por premios (ya no digamos beca vitalicia al medallista olímpico) y no creando mejor infraestructura para alto rendimiento, no es positivo. Y en efecto, se requiere el fomento de la cultura física y el deporte. Además hoy, con miras a 2024 el Comité Olímpico Internacional ha adelantado eliminará la Marcha de 50 km., se tambalea la continuidad del Box y hasta de la Lucha Libre. Son activos tradicionales de México. Es una alerta para buscar nuevos deportes a promover. Acaso es el mejor momento para incorporar nuevos deportes en apoyo serio. Y no dejar de lado aquellos que también pueden dar preseas como hípica o esgrima y natación, que merecen recuperarse porque fueron espacios ganados.

Con este panorama juzgue usted. No todos es medalla y no porque sea mediocre no ganarlas, que son importantes, como lo es primero menester recuperar lo perdido en el sexenio pasado, recuperar bases deportivas en pro del deporte nacional o nunca podremos avanzar. Así de sencillo.