La hora del Tribunal Electoral

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El Pleno de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) lo consiguió: Eligió ¡por unanimidad! al magistrado Reyes Rodríguez Mondragón como su Presidente, tras días aciagos de crisis interna.

Lo consiguió, por el momento.

Porque falta que magistrados y magistradas concreten el resto de sus acuerdos internos. Claro, tuvo que haberlos para llegar al desenlace, sino feliz, por lo menos sí institucional.

La elección de Rodríguez Mondragón se asemeja a una ratificación, pues fue quien quedó al frente de la Sala Superior luego de la destitución de José Luis Vargas Valdés, solamente que el nombramiento se había dado en los días más cruentos de la crisis y por mayoría de votos.

La forma disgustó a Vargas Valdés (vaya a quien le gusta que lo depongan), de modo tal que el TEPJF llegó a contar con dos presidentes al mismo tiempo: Él y Reyes. Ambos renunciaron al cargo como parte de los acuerdos alcanzados la madrugada del pasado diez de agosto, quedando Felipe Fuentes Barrera para fungir hasta el día marcado para la elección del definitivo (el pasado 1º de septiembre).

En fin. ¡Reyes Rodríguez! Inimaginable, al menos en la lógica de la “Cuarta Transformación” porque desde la entraña de ésta lo han tachado de calderonista, lo cual ha sido sinónimo de rivalidad con Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México y líder moral de Morena.

¡Alegraos, ciudadanía! Porque eso que ha sido visto como rivalidad, bien puede leerse como palanca para la independencia del máximo órgano jurisdiccional en materia electoral respecto del Poder Ejecutivo Federal. La tentación es grande cuando se detenta el poder.

Tan grande que Morena no quita el dedo del renglón en cuanto a su pretensión de desaparecer al TEPJF y al Instituto Nacional Electoral (INE), o por lo menos quitar a quienes hoy ejercen una magistratura a una consejería en los órganos centrales. Y ya ven, el partido acaba de salir con la idea de aplicar exámenes de evaluación para la permanencia de magistrados y consejeros.

Ja. ¿Y cómo qué preguntará Morena en la evaluación? “¿Tiene usted disposición de favorecer en todo a la 4-T?” “¿Entiende usted la constitucionalidad como la última palabra del feje del Ejecutivo Federal?” Respuesta positiva, es aprobatoria. Respuesta negativa, es reprobatoria.

Es evidente que la cúpula morenista así quiere ver a las personas que integran los órganos electorales: Dándole la razón en todo. Si se fijan, hasta el momento cada revés en la Sala Superior del TEPJF o en el Consejo General del INE, han sido considerados como acciones parciales para favorecer a la oposición.

Someter a examenes de permanencia a magistrados y consejeros, generaría la constante inestabilidad en los órganos electorales respectivos. Porque no serían examenes de conocimientos en la materia, sino políticos.

Retomando el tema: Reyes Rodríguez resultó electo por unanimidad, pero además fue el único postulado para presidir la Sala Superior del Tribunal.  Lo dicho, fue una especie de ratificación pero ahora sí con toda la formalidad del caso y el consenso.

LA HORA DEL TRIBUNAL 

Ya lo dijo Reyes Rodríguez Mondragón al asumir la presidencia del máximo órgano jurisdiccional en materia electoral:

“Esta es la hora de fortalecer la independencia judicial, y el papel fundamental que juega el tribunal como garante de una democracia igualitaria e incluyente. Esta es la hora de afianzar la imparcialidad y la autonomía del órgano, para fortalecerlo como un auténtico tribunal de derecho. Esta es la hora de apagar cualquier atisbo de influencias externas o presiones de poderes fácticos, para fortalecer la credibilidad y confiabilidad de sus decisiones. Solo así, podemos servir auténticamente a la sociedad con la misión que nos ha encomendado, como órgano de justicia electoral en última instancia.”

¡Es la hora! Y en ésta, magistrados y magistradas, no deben perder tiempo en líos internos que solamente abonarían al debilitamiento de la institución y a la pérdida de su autonomía, independencia e imparcialidad; si acaso no ocurre lo peor: La desaparición del TEPJF.

De todos modos se corre el riesgo, porque el TEPJF está en manos de las cámaras del Congreso de la Unión, aunque el propio Poder Judicial es el contrapeso vía la Suprema Corte de Justicia de la Nación cuando vengan las acciones de inconstitucionalidad sobre cualquier reforma al Tribunal Electoral. Vayan previendo rutas, porque los morenistas vienen con la espada desenvainada.

El nuevo magistrado presidente de la Sala Superior, tiene razón cuando dice que la ciudadanía exige:

“Jueces y tribunales legítimos, independientes e imparciales, que tutelen escrupulosamente el ejercicio de los derechos político- electorales, y que sean pilar de la democracia.” 

“La capacidad para proteger a las minorías políticas, a fin de garantizar la pluralidad y una democracia más sólida e incluyente.” 

Lástima que las minorías con espacios de poder no lo ven. Ahí andan mejor haciéndole el caldo gordo a Morena, hasta sintiéndose orgullosos de sus alianzas legislativas. Una cosa son los consensos, y otra los contubernios.

En fin, es titánica la labor del magistrado Reyes, pero si cuaja su plan estratégico, en el cual involucra el trabajo colegiado, puede convertirse en la punta de lanza para fortalecer en los hechos al Tribunal Electoral.

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