Que tan lejos estamos de crímenes de odio de Wisconsin

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La liberación de Kyle Rittenhouse, un joven que participó en los disturbios de Wisconsin en agosto del 2020, va a desatar nuevamente disturbios ésta semana. Como recordarán, los disturbios en Wisconsin se desataron a consecuencia de el tiroteo de que fuera objeto Jacob Blake, joven afroestadounidense, que recibiera siete balazos por la espalda, disparados por un policía. La única falta de Jacob Blake por la que fue agredido es haber intervenido para calmar una riña domestica entre dos mujeres en el barrio de Kenosha Wisconsin. El argumento en su contra fue que había en proceso una investigación por agresión sexual, que nada tiene que ver con ser baleado por la espalda.

La participación de Kyle Rittenhouse en los disturbios del 2020, provocó la muerte de dos personas e hirió a otra con un rifle automático. El tema desató la polémica cuando Kyle declaró que hacía su deber. Kyle tenia entonces 17 años, forma parte de un grupo de jóvenes conocidos como “Blue Lives Matter” la vida de los policías importa – por el color del uniforme de los policias – similar al grupo conocido como “los milicianos justicieros” antagónico de los “Black Lives Matter” la vida de los negros importa. Los Blue Lives Matter, son jóvenes que tienen derecho a viajar en patrullas y con el pretexto de que la segunda enmienda de la constitución de los Estados Unidos (II Enmienda), garantiza el derecho de los norteamericanos a portar armas, con el pretexto de garantizar de este modo su legítima defensa.

Desde luego la diferencia con México es que los mexicanos no tienen derecho a la portación de armas, ello derivado de las luchas intestinas y se reserva para el Estado el uso de la fuerza y, con ello de las armas, incluso ésas que están reservadas al uso exclusivo del ejército.

También argumentan que la garantía de los estadounidenses para portar armas evita el uso tiránico de la fuerza pública. Pero hay evidencias de que ese argumento y sospecha permanente de que en cualquier momento cualquier ciudadano esté armado, hace que en los operativos la ley sea permisible para los policías, pues ante la sospecha de ser agredidos, ellos disparan primero, pero aquí entra el tema del racismo, pues tratándose de personas afroamericanos, los abusos de blancos, contra negros es más frecuente.

El tema a los mexicanos nos parece distante, pero cronológicamente no es así. Personalmente me tocó observar el racismo a los trece años, en 1968 en mi primer viaje a los Estados Unidos, en la ciudad de Houston, un día por la noche nos llevaron a conocer la ciudad y mis padres tenían la curiosidad de viajar en camión, para conocer el transporte urbano, tengo muy presente que nuestros anfitriones dijeron, que a ésa hora los camiones iban vacíos, pero que cuando no es así los mexicanos debíamos ceder los lugares a los blancos, y estoy hablando de los años sesenta, en el año de las olimpiadas en México. No hace mucho, si consideramos que apenas en cuatro años antes el movimiento de Martin Luther King, había alcanzado el reconocimiento de derechos de esa población. Nuestra vecindad con Estados Unidos, nos hace olvidar ciertos hechos relevantes, que el 6 de diciembre de 1811 en Guadalajara Miguel Hidalgo, abolió la esclavitud. El 2 de febrero de 1848 México pierde más de la mitad de su territorio con la firma de los tratados de Guadalupe Hidalgo, en ésos territorios, ya se había abolido la esclavitud. Pero es hasta el 19 de junio de 1865, sesenta y cuatro años de retraso frente a México y ochenta y nueve después de su independencia, cuando Estados Unidos “adelantado a su época” logra abolir la esclavitud.

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