PARTE 2 DE 2
Yo tengo 5 años como profesor de tiempo completo -en este lapso tomé más de 40 cursos, 2 diplomados en educación, 1 maestría en educación y docencia y actualmente estoy concluyendo un Doctorado en educación -lo cual convierte a nuestras instituciones de avanzada- este es el futuro de las instituciones que van a sobrevivir ¡preparar a sus docentes¡
Estoy dando clases, en el Instituto de Estudios Superiores para la Educación por Competencias (INAEC), durante mis sesiones con profesores de todos los niveles, hay dos preguntas que escucho constantemente, “como le hago para que todos mis alumnos aprendan” y “que me hace falta” lo que estamos encontrando es que, no solamente requieren de ciertos criterios o de experiencia en sus trabajos, también se requiere de una didáctica eficiente y eficaz que les permita conectar el conocimiento con sus alumnos.
Cuando hablamos del futuro o pensamos que lo vamos a ver, el futuro ya nos alcanzó, ¡ hoy el futuro es el presente¡, tenemos que actuar, es por eso que estamos proponiendo una nueva forma de trabajar profesionalmente, una nueva forma de educar, una nueva forma de enseñar con un objetivo común que todo buen docente espera al realizar su didáctica, y que es lograr “la transformación del alumno”, su objetivo final, su trascendencia, mediante la transferencia del conocimiento.
Aquellos pensadores como Piaget, Decroly, Montessori, Freire, Enrique Rébsamen, Melchor Ocampo y muchos más, nunca hubieran imaginado que los alumnos de hoy estén demandando un giro de 360° en la educación. Los alumnos son inconformes, con mucha información, mala o buena, con muchas ganas de aprender el porque y el para que, pero también esperan un verdadero profesor-docente-maestro, involucrado, activo, emotivo, profesional.
Ahora el reto del docente es, como les crea a sus estudiantes un ambiente de aprendizaje individual que funcione y que sea un reto para ambos y que si no funciona pueda el profesor cambiar hasta que funcione, algo así como la prueba del pastel de una boda, que uno prueba, hasta que llega al sabor deseado en la mente.
Cuando hablamos de la Educación también tenemos que referirnos a la gestión educativa y sus niveles de concreción, esto es, el involucramiento y responsabilidad de todos, por eso estamos proponiendo también un cambio con los stakeholders de la educación, esto es “todos los involucrados directa o indirectamente en la educación del estudiante”. No podemos aplicar una nueva didáctica sin contar con la gestión educativa.
Nuestra didáctica del siglo XXII, propone pasar de una organización de vertical a una horizontal, de una infraestructura cerrada a una abierta, que la curricula se forme de abajo hacia arriba y no de arriba hacia abajo, que la cultura corporativa educativa se oriente en la relación maestro-necesidad-alumno, proponemos que los programas se realicen con un diseño moderno orientado al futuro y que se puedan corregir de una forma ágil y simple, para favorecer la transferencia de la educación, fomentar ampliamente la cultura del servicio y maximizar la creatividad de los docentes.
Nuestra didáctica del siglo XXII, esta basada en las nuevas metodologías de la educación, en los nuevos pedagogos y las nuevas formas del pensamiento de las escuelas de los maestros de avanzada esto es: Aplicar los nuevos paradigmas de liderazgo propuestos por Jim Collins y Simon Sinek, la una empatía profunda intensa de Goleman. las nuevas competencias de los docentes de Phillips Perrenot. los nuevos diseños instruccionales de Manuel Área. la nueva reforma curricular propuesta por Díaz Barriga. las nuevas motivaciones de la neurociencia educativa (neuro-educación) y la inteligencia emocional educativa. los nuevos procesos de trabajo de Fujimoto. las nuevas estrategias de enseñanza, de Frida Díaz Barriga. Las “Preguntas Poderosas”, de Beatriz Capdevielle y las claves de la felicidad, de Tal Ben-Shahar.
Esto querido público, es la didáctica del siglo XXII, que desarrollamos para una nueva educación, antes de que el futuro nos arrastre y acabe con las instituciones.
¿Usted, querido lector, que opina?
Puede leer la primera parte haciendo click aquí.
El autor es candidato a Doctor en Educación, Académico Universitario.