El país tuvo una primera mitad del sexenio lopezobradorista bastante deplorable; podría decirse que fueron tres años perdidos. Pueden culpar a la pandemia, pero al final de cuentas habrá que acreditar buena parte de los resultados a errores de la estrategia económica en 2019 y antivirus en 2020 y 2021.
Las cifras evaluatorias pueden irse a fondo perdido; lo que importa eso sí los estrategas del gobierno federal entendieron la lógica de la crisis y si darán un golpe de timón para salir del hoyo excesivo y hasta inflacionario.
En términos de estrategias sí existen las condiciones para relanzar la economía a partir de un replanteamiento de la política económica y del modelo de desarrollo. Sin embargo, todos los indicios apuntan a señalar la extensión de la política económica de subsidios y reconstrucción de la preponderancia del Estado sin tomar en cuenta al sector privado productivo.
Con los indicios de la caída productiva del 2019 y del freno económico en 2020-2021, el gobierno federal presentó su proyecto presupuestal para 2022 como una extensión del primer trienio. Ello quiere decir que el Estado seguirá apostando al gasto social y a las obras insignia de la administración, sin tener evidencias claras de que pudieran convertirse en detonadoras del desarrollo general de la economía.
Así que habrá que prepararse para otro año –y por los indicios para una segunda mitad del sexenio– de bajo crecimiento económico, descuido de la planta laboral y falta de estímulos a la actividad que genere empleo formal. Desde ahora todas las expectativas señalan un crecimiento económico promedio anual de 0% para todo el sexenio, similar al que se registró en sexenio de Miguel de la Madrid 1982-1988.
Las salidas de los hoyos recesivos suelen ser caras y sobre todo tardadas. La reactivación del crecimiento económico de 2% o más podría reiniciarse hasta 2025, y quizá más tarde si se mantiene la presión inflacionaria que se disparó en 2020.
Malas noticias, pero realistas.
@carlosramirezh