Diego Martín Velázquez Caballero
Ricardo Monreal ha conseguido un liderazgo alternativo que puede emanciparse del dominio presidencial y, por supuesto, de Morena. Sin embargo, esta posición obedece a una peculiar forma de hacer política que es muestra de independencia, soberbia y pragmatismo. Desde que emigró del PRI al PRD hizo muestra de no acatar las instrucciones presidenciales, también como autoridad local construyó una hegemonía que -poco a poco- ha ido transformándose en uno de los cacicazgos más voraces de los últimos tiempos. La experiencia del gobierno estatal también ejemplifica su personalismo e intolerancia.
Zacatecas es uno de los estados más lastimados por el fenómeno de la emigración ilegal a Estados Unidos de Norteamérica. No obstante la ausencia de recursos humanos en la entidad, los clubes y asociaciones de emigrantes han generado las acciones públicas y colectivas que autoridades de todo nivel y partido político, olvidan para activar el patrimonialismo. Los trabajadores migrantes impulsaron beneficios económicos en varios municipios de Zacatecas a pesar de la clase política, inclusive con gobernadores como Ricardo Monreal y su linaje político. La experiencia del Rey del Tomate Andrés Bermúdez Miramontes y los obstáculos inhumanos que le plantearon los monrrealistas para competir por el gobierno local, son muestra de la capacidad de lealtad que tiene el exgobernador expriista experredista.
Ricardo Monreal tiene la capacidad para desactivar la Cuarta Transformación. Los liderazgos que ha impulsado a lo largo de la república han decidido usar su capacidad de chantaje y veto para impulsar un proyecto presidencial que surge desde el Senado y tiene independencia de Morena y AMLO, por ello los grupos políticos de la oposición consideran que pueden impulsar una opción rentable que puede alcanzar la primera magistratura del país. Los alcances del monrrealismo dentro de Morena son ínfimos, pero fuera del instituto político, en una coalición pragmática polipartidista, pueden ser efectivos y mostrar al Ricardo Monreal disidente que siempre ha sido.
Además de Veracruz, otros estados comienzan a sufrir los embates de distintos Senadores y testaferros que apuestan por Ricardo Monreal como una candidatura que no se detendrá ante López Obrador. El pragmatismo del Senador es uno de los pecados capitales de AMLO y se aproxima la hora de expurgarlo, lo que inevitablemente llevará a posicionar y emancipar un modelo político que será capaz de destrozar a Morena.
Movimiento Ciudadano es una opción partidista a la espera de la escisión entre Ricardo Monreal y López Obrador, como instituto político también ha sabido capitalizar el transfuguismo militante y cuenta con los vínculos económicos y sociales. Paradójicamente, los partidos que piratean miembros y militancia se alzan con los triunfos en las últimas épocas. La política mexicana se ha convertido en un permanente elogio de la traición y Ricardo Monreal es el ejemplo más contundente de dichos valores faccionalistas.