¿Y después de AMLO?

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Arrancadero

Saúl Álvarez sostuvo que cuatro grupos políticos originados en la revolución de 1910 se sucedían en la presidencia y posicionaban al presidente desde el sexenio anterior, eso tal vez generó la noción de que cierta secretaría era más propicia para la sucesión, Gobernación con los políticos y Hacienda con los financieros. Según esto, resuelta la sucesión presidencial por lo menos desde un sexenio anterior y estando las fuerzas políticas acomodadas para tomar el poder, el juego del tapado era para darle emoción al proceso y para consumo de los no enterados.

Este arreglo del poder facilitaba socializar símbolos y valores como la disciplina política y explicaba por ejemplo el dedazo, porque el presidente en funciones se encargaba de que se cumpliera el arregló entre esos grupos y que hubiera disciplina especialmente entre los perdedores, lo que confería estabilidad política.

Pero varias cosas se rompieron. Empecemos suponiendo que la consistencia y el arreglo entre esos cuatro grupos se diluyó y el juego empezó a liberarse, eso posiblemente explique la falta de disciplina en varios procesos estatales, el asesinato de Colosio y la inestabilidad que lo siguió.

Los panistas fueron incapaces de un maxi acuerdo similar al príista que les asegurara la continuidad en el poder, fueron capaces de defraudar la elección en 2006, pero ya no pudieron repetirla en 2012. Para 2018 PRI y PAN estaban desgastados y fueron incapaces de enfrentar la larga campaña de tierra de AMLO combinada con el hastío social.

La sucesión presidencial hacia el 2024 empezó antes de la toma de posesión de AMLO, lo que no debe escandalizar. Los políticos son ambiciosos por naturaleza y trabajan para avanzar, quién no lo es sale del cuadro, la pregunta es si el dedazo sigue teniendo alguna función, o si AMLO está buscando una formula de nominación de su candidata que logre el triunfo electoral y el sostenimiento de la viabilidad de su partido y estabilidad política.

Hay varias variables contrapuestas que conviene explorar:

Sigue vigente el modelo dónde los políticos como los relatados por Álvarez están dispuestos y se comprometen a respetar y disciplinarse ante un acuerdo político para mantener el poder.

En el polo contrario existe un déficit de acuerdo entre grupos o personajes relevantes y no hay garantía de disciplina, lo que se sugiere con las disputas por las candidaturas para gobernador en 2022.

Si no hay dedazo encontrarán un mecanismo para nombrar candidato y asegurar que no se descomponga la coalición gobernante.

Al parecer se han inclinado por utilizar encuestas, el paso siguiente consiste en asegurarle la carrera política a los candidatos perdedores, lo que garantiza la permanencia de los intereses políticos.

Pero ya hemos mencionado, todavía se requiere madurez política que entre otras cosas consolide al partido para asegurar su cohesión más allá de López Obrador.

@shmil50