Marcela Maldonado Bodart
La próxima elección presidencial en México que se llevará a cabo en el 2024, coincide con la próxima elección presidencial en territorio estadounidense. Las crisis estructurales y problemáticas que desde el nivel internacional se han estado desarrollando, y que estamos enfrentando, generan un contexto importante para las contiendas, debates y promesas para las próximas campañas políticas presidenciales.
En el vecino estado fronterizo de California, hoy por hoy, se debate sobre las nuevas y próximas políticas contra el cambio climático y economía verde, entre otros, para poder alcanzar una meta de 100 por ciento de energía limpia para el próximo 2045, convirtiéndose en el estado líder y ejemplo, en territorio estadounidense, innovando en este tipo de reformas y políticas para enfrentar la problemática.
¿Qué verdaderas problemáticas enfrentamos actualmente en México?, ¿Qué debatimos en México?, ¿Cuáles serán las promesas de campaña de los candidatos a la silla presidencial para tratar de dar soluciones creíbles a la ciudadanía?, ¿Qué proyectos y estrategias “de Nación” compartirán con la ciudadanía para posicionar a México en el próximo periodo presidencial 2024-2030?.
Es evidente que la figura, trayectoria y el liderazgo del candidato a la silla presidencial es una pieza fundamental, pues muchos de los aspectos en que tanto las empresas como los gobiernos habían estado funcionando a nivel global, han evolucionado y se encuentran en constante dinamismo al día de hoy. De acuerdo al Foro Económico Mundial (2022), el liderazgo tampoco es la excepción, ya que estos grandes cambios, en parte debido a los factores que impulsaron a la actual Cuarta Revolución Industrial, a nivel global la ciudadanía también está exigiendo una nueva generación de líderes.
De ahí que la nueva generación de liderazgos, la que exige un mundo cada vez más interconectado, y las “nuevas realidades”, deben concebirse desde un nuevo enfoque, que incluya desde características hacia un liderazgo “adaptativo”, con visión o enfoque sistémico, liderazgo de visión tecnológica, con visión emprendedora, liderazgo responsable, transparente y de rendición de cuentas, pero también con capacidades para moldear, dar vida, y respuestas a una sociedad que se está formando bajo nuevas dinámicas y realidades sociales y económicas.
De tal manera, que la nueva generación de líderes, además debe ser capaz de asumir desafíos y compromisos, expresados de manera equilibrada a través de un tipo de consenso del conjunto de los puntos de vista expresados en sus redes sociales, pero también por ello, asumir una mayor responsabilidad en la elaboración de políticas públicas, con mayor acceso a la tecnología para la ciudadanía y población vulnerable.
Sin duda, los partidos políticos en México, tienen un gran compromiso en la formación de cuadros y propuestas de líderes, tanto a nivel institucional hacia el interior de sus propios partidos, hasta con la propia ciudadanía, con el posible candidato (a) o sucesor (a) para ocupar la silla presidencial para el 2024 que los representará, porque aunque el interés tiene pies, la participación ciudadana también los tiene, y cada vez busca más justicia, igualdad y equidad social.
Aunque está demás señalar que tal vez en México, precisamente lo de hoy, lo de hoy, el tema ya no sea el de la crisis de liderazgos, ya no es el del dedazo presidencial, o el de los destapados (as), tapados (as), sino el de los “herederos presidenciales”, en donde tal vez se tendrá que optar por un juicio testamentario.