El dedo del Tío Sam

0
357

Diego Martín Velázquez Caballero

En la reciente visita de la secretaria de energía norteamericana a nuestro país, hubo una evaluación de los probables candidatos de Morena a la presidencia. Este dato es importante porque permite observar la influencia de los Estados Unidos en la sucesión política mexicana y la dependencia del actual gobierno hacia la Casa Blanca. Para varios analistas conservadores, esta visita fue en plan de Sínodo y Examen Profesional, como aquella pasarela de los años ochenta del siglo pasado. Si se pensaba que Marcelo Ebrard tenía los elementos de las relaciones internacionales a su favor, la visita de la ministra genera dudas respecto a las estrategias diplomáticas del mexicano con ascendencia francesa. Por otro lado, la visita favorece a Claudia Sheinbaum pues se genera una perspectiva progresista y con visión al futuro decidido por nuevas tendencias e identidades. Lo extraño es la consideración de Ricardo Monreal, pues a menos que Norteamérica considere la legalización de las drogas o la completa colombianización de México, el senador puede ser el personaje ideal para destruir el país y subyugarlo por completo al narcoimperio estadounidense.

Se desconoce si la visita se extendió a otros partidos políticos y aspirantes, pero la primicia con los políticos de Morena levanta las expectativas respecto a que las elecciones de 2024 no benefician a la oposición del PRIANRD, a menos que Ricardo Monreal decida romper con el proyecto presidencial y construirse una trayectoria independiente que, según se considera, ya hace tiempo debió pensarlo.

La intervención norteamericana en la sucesión política de México resulta obvia, van a insistir en el triunfo de un candidato que les favorezca, que más allá de la política económica también preserve sus intereses geopolíticos y verifique la ruta a seguir con Washington primero que nadie. En cada sucesión el comportamiento norteamericano ha sido el mismo y ello deja entrever que la 4T no puede desprenderse del imperialismo yanqui como pudo haber pensado en algún momento.

La oposición se encuentra malquerida incluso por Norteamérica y debe buscar la construcción de un discurso y propuesta que enfrente al modelo político de Morena, las circunstancias actuales indican que el conjunto de actores que representan a los diversos partidos políticos están más que perdidos. La tendencia de la derechización en el mundo, tampoco favorece a los partidos contrarios al Lopezobradorismo, hace falta formar militancia y desarrollar una ideología sensata. Ni qué decir de los cambios en el ejercicio de gobierno y la lucha a la corrupción con el ejemplo. Asimismo, también es necesario desarrollar una propuesta política que vaya más allá de la privatización y de la selección de las empresas propias. Es cierto que la 4T se ha llenado de errores y se cuelan políticos que en el fondo representan a la vieja cultura priista; empero, la pésima representación que se ha hecho del neoliberalismo y la modernización, ocasiona que la legitimidad del gobierno morenista se extienda, muy probablemente, por un sexenio más.