Aún es temprano para afirmar si dio frutos la movilización periodística del martes en protesta por el asesinato de la compañera Lourdes Maldonado, ocurrido el domingo en Tijuana. Mas de lo que no queda duda es que logró cohesionar al gremio como nunca antes: hubo movilizaciones en 28 ciudades del país y la representación diplomática de Estados Unidos en México –sobre todo de manera personal el embajador Ken Salazar–, así como la Comunidad Europea, hicieron un llamado al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador para detener la carnicería.
El lunes se afirmó en este espacio que le ejecución de Lourdes, la segunda comunicadora silenciada en apenas una semana en Baja California y la tercera en perder la vida en el país en 2022, debería enmarcarse en el hostigamiento que realiza el mandatario federal desde la conferencia mañanera contra periodistas incómodos.
No es, como muchos allegados al presidente interpretaron, que la muerte de Maldonado haya sido “producido” por ese clima de odio generado por él, pero sí tiene que ver con sus agresiones impunes.
Acaso sin pretenderlo, con sus ataques virulentos López Obrador cocina el caldo de cultivo para que, con una interpretación errónea de su postura, otros sectores se sientan con el derecho de acallar a los medios.
Esto es, el de Macuspana puede diseminar el odio contra periodistas, e incluso provocar que otros poderes fácticos atenten contra la prensa para desequilibrar a su administración.
Que el presidente les llame “corruptos”, “vendidos” y “chayoteros” a los comunicadores no los mata, pero sí enciende el clima de inseguridad y crispación que vive México.
En lo que va de la llamada ‘Cuarta transformación’ se han matado más reporteros que en gobiernos de otros colores partidistas: según datos de Observatorio Nacional Ciudadano, los primeros tres años de la gestión de AMLO han sido los más violentos de los últimos 21 años con una tasa alcanzada el año pasado de 72.45 homicidios dolosos contra 43.37 del mismo período de Enrique Peña Nieto.
Así, la tasa de víctimas por cada 100 mil habitantes fue de 25.83 en la primera mitad de este período contra 14.74 del mismo lapso de EPN.
Más aún: según el Comité de Protección de Periodistas en Nueva York, en el actual sexenio ya se superó el número de comunicadores ejecutados en la gestión de Peña Nieto, el más violento desde 1992 que en México se empezaron a registrar los índices delictivos.
Según ese organismo no gubernamental estadunidense, entre los períodos de Peña y lo que va del de AMLO suman dos terceras partes de los 60 periodistas asesinados en el país desde 1992.
La organización no gubernamental Reporteros sin Fronteras asegura que el gobierno del tabasqueño no ha hecho nada por las reformas necesarias para frenar la violencia contra la prensa.
Otro dato aterrador: Según estimaciones de la Oficina de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, el 97 por ciento de los crímenes contra periodistas queda impune.
En Tabasco la mayoría de los homicidios de colegas no ha sido resuelto.
PARA SU INFORMACIÓN…
LA GIRA QUE realizó el gobernador Carlos Manuel Merino Campos por Macuspana viene a ser su primera actividad en forma tras recuperarse del segundo contagio en lo que va de la pandemia. También Julio Gutiérrez Bocanegra, alcalde del municipio más famoso de Tabasco, estuvo indispuesto por lo mismo. Con las medidas de higiene, ambos atestiguaron los avances de la obra pública.
@RodulfoReyes