De Tapados y Destapados: ¿Hubo alguna vez un maximato?

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Todos los presidentes de la república escogen el candidato presidencial de su partido con el criterio de seguir ejerciendo el poder más allá de la fecha límite sexenal. Antonio López de Santa Anna pudo reelegirse de manera directa 11 ocasiones, Juárez enfrentó siempre un Congreso con poder de equilibrio y contrapeso y el modelo ideal lo definió Porfirio Díaz con su reelección de 1876 a 1910 con todo el interinato de su compadre y subordinado Manuel González.

El modelo posrevolucionario de maximato lo representa Plutarco Elías Calles, pero un análisis preciso de sus posibilidades habla de más simbolismos que realidades; el historiador Tzvi Medin resumió los verdaderos alcances del callismo en la categoría más precisa de minimato presidencial.

Elías Calles fue impuesto como presidente en 1924 por designación personal del presidente Alvaro Obregón y con la tarea exclusiva de modificar la Constitución para permitir la reelección presidencial después de un período cuatro anual. En 1928, Obregón regresó como candidato, pero fue asesinado en su condición de presidente electo y Elías Calles tuvo que administrar la crisis en el grupo gobernante posrevolucionario.

La clave del poder presidencial de Elías Calles estuvo en su liderazgo militar y el consenso que logró en septiembre de 1928 para que los mandos militares revolucionarios aceptaran la centralización del poder en el presidente a la hora de la designación del presidente interino y del presidente constitucional en las nuevas elecciones.

Solo por el aval militar, Elías Calles puso como candidato al tibio Pascual Ortiz Rubio y luego a Abelardo Rodríguez como interino. En 1934 Elías Calles no pudo evitar la fuerza personal del general Cárdenas, y dejó la impresión de haber sido el gran elector. A partir de su caracterización como Jefe Máximo de la Revolución, Elías Calles trató de ejercer el poder por encima de Cárdenas hasta que en 1936 el presidente constitucional lo arrestó y lo echó del país exiliado.

En los hechos, pues, Elías Calles ejerció el poder presidencial durante su cuatrienio de 1924 a 1928 y luego como líder político-militar de 1928 hasta 1936. Exiliado en Los Angeles, California, Elías Calles pudo regresar a México en 1941 por convocatoria del presidente Avila Camacho y llegó a un acto de unidad nacional en el que apareció en el balcón presidencial junto a su adversario Cárdenas.

Varios presidentes quisieron instaurar su propio maximato y colocaron de presidentes a figuras que creyeron manejables; sin embargo, el poder es el poder y los presidentes en funciones nunca aceptaron tutelas de sus antecesores: Echeverría rompió de manera ruda con Díaz Ordaz, López Portillo exilió a Echeverría en una lejana embajada, Ernesto Zedillo estuvo a punto de encarcelar a Carlos Salinas de Gortari, Calderón abandonó a Fox a su suerte y se habla mucho del pacto secreto de Felipe Calderón con su sucesor Andrés Manuel López Obrador.

El criterio de sumisión sucesoria definió las características de muchos candidatos presidenciales solo por mantener el mito de la transexenalidad del poder, condenando al país a presidentes escogidos para la sumisión y no para la continuidad real de proyectos políticos o de gobierno.

Todo presidente cree conocer a su candidato sucesor, pero descubre que el poder es indivisible ya en su condición de expresidente marginado de cualquier espacio de poder político.

En este sentido, el maximato presidencial es más un deseo que una realidad.

indicadorpolitico.mx

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