Economía en crisis

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Las cifras oficiales del crecimiento económico de 5% en 2021 y la inflación de 7.4% revelaron condiciones de crisis de desarrollo. El PIB anual promedio para el sexenio sería de -1.2% y la meta inflacionaria de 3% tardará tres años en conseguirse.

Detrás de los números se encuentra la realidad económico-social de la república: sin crecimiento económico no habrá bienestar social, con excepción de los sectores escogidos por el gobierno federal para recibir subsidios mensuales que no cumplen todas las necesidades básicas ni tampoco tienen efectos multiplicadores en la economía.

Si bien la culpa puede acreditársele al frenón productivo en 2020 para encarar de golpe los contagios por la pandemia, la economía careció de una estrategia de reactivación. Hacienda habló de restablecimiento y los economistas señalan el 5% de 2021 como un rebote estadístico.

En síntesis, la política económica careció de una estrategia de reactivación y las empresas reanudaron actividades como pudieron. Es decir, no hubo protección de la planta productiva, el empleo y la demanda.

Si bien la meta ideal de PIB para ofertar empleo formal al 1.3 millones de mexicanos que cada año se incorporan a la población económicamente activa es de 6%, el Banco de México registra las expectativas pesimistas de los inversionistas y analistas: el PIB en el periodo 2022-2031 es de apenas 2.1%. Es decir, dos terceras partes de los nuevos demandantes anuales de empleo formal no encontrarán acomodo y pasarán a formar parte del ejército de subempleados.

El impacto económico de la pandemia no catapultó una nueva propuesta de plan de desarrollo y las autoridades hacendarias solo buscaron aguantar el golpe. La reanudación del crecimiento será baja, con el impacto creciente de inflación por casi tres años.

En suma: si no hay un replanteamiento de la estrategia económica y del plan nacional de desarrollo, México perderá bienestar y calidad de vida.

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@carlosramirezh