Ricardo Monreal sabe que pronto el Senado será la etapa final de la muy controvertida y estigmatizada Reforma Eléctrica presentada, impulsada y defendida por el presidente Andrés Manuel López Obrador quien con ella buscaría recuperar la soberanía del Estado sobre ese sector.
De ahí que, aun sin tener la certeza de cuándo finalmente llegará a sus manos el dictamen aprobado por la Cámara de Diputados, el presidente de la Junta de Coordinación Política ha iniciado la negociación y el acercamiento con la oposición PAN PRI, PRD y MC y los aliados de Morena, PT y Verde Ecologista.
Induce el zacatecano que para avanzar hacia la aprobación de una Reforma Eléctrica que satisfaga tanto los objetivos del presidente López Obrador quien busca recuperar con esta reforma soberanía para el sector eléctrico y energético en lo general, también se deberá ver que en un equilibrio de intereses, lo que desea el mandatario no afecte al T-MEC, ni a los intereses de los inversionistas y los empresarios del ramo.
Por ello Monreal considera que ésta es una reforma de fondo y uno de los pilares del proyecto de transformación del presidente López Obrador.
Y lo que al final se apruebe, deberá ser el producto de un ejercicio legislativo objetivo como responsable.
“… por ello pueden tener la certeza de que la mayoría parlamentaria en el Senado (la bancada de Morena), en su papel de cámara revisora, actuará con responsabilidad y objetividad…”
Eso requerirá, agregó, “buscar un equilibrio en el que se proteja la soberanía energética, sin afectar los intereses de quienes han invertido en el sector”.
A los empresarios e inversionistas pidió confianza en el Senado, donde se buscará “reforzar la presencia del Estado en materia energética” sin que ello sea ir en contra de las tendencias actuales de uso creciente de energías limpias, y sin afectar al libre mercado.
Aclaró que, “considerando su relevancia para el desarrollo nacional y el bienestar de las familias mexicanas, es necesario reordenar las prioridades y los mecanismos del sistema eléctrico (establecidos en la iniciativa de Reforma Eléctrica de AMLO), sin faltar a nuestras obligaciones internacionales ni alejar la inversión, si no, por el contrario, ofrecer un marco jurídico que brinde certeza a todas las partes”.
Pidió a los suyos no distraerse en pleitos estériles con los duros de su bancada, o en sus aspiraciones presidenciales, pues sabe que, por ahora, la mejor manera de cumplirlas es obtener resultados, como ya lo ha hecho, en materia legislativa.
Y MIENTRAS ARRECIA LA OLA EN SU CONTRA, JOSÉ RAMÓN LÓPEZ BELTRÁN SIGUE ESCONDIDO
A 2 semanas de estallar el escándalo de la casa de Houston, propiedad de un alto ejecutivo de la empresa Baker Hughes -la quinta empresa en importancia de entre las 25 principales contratistas de Pemex-, José Ramón López Beltrán, hijo mayor del presidente Andrés Manuel López Obrador sigue sin dar la cara frente a la presunción de un conflicto de interés.
Los hechos suponen que Baker Hughes, obtuvo contratos y extensiones de otros por la vía de adjudicación directa que suman cientos de millones de dólares en operaciones que podrían involucrar a la esposa de José Ramón, la contratista Carolyn Adams.
Para aclarar si existieron o no estas operaciones, la senadora panista hidalguense Xóchitl Gálvez presentó denuncia ante el organismo anticorrupción del departamento de Justicia de Estados Unidos.
Mientras tanto el presidente Andrés Manuel López Obrador se ha convertido en el principal defensor de su hijo. En su mañanea de ayer apareció el director de Pemex, Octavio Romero quien simplemente negó que en la paraestatal haya preferencias por algunas empresas y desechó que los contratos recientes a Baker Hughes hayan sido por intermediación del primogénito de AMLO.
Sin embargo todo son apenas dichos.
Mientras tanto, el principal aludido, José Ramón López Beltrán, sigue sin aparecer.
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