Xóchitl Patricia Campos López
Ahora que, aparentemente, la popularidad presidencial ha decaído, en el partido que se estructura como eje de la futura alianza opositora afloran las candidaturas. La Senadora Lily Téllez y Francisco García Cabeza de Vaca, Gobernador de Tamaulipas, han comenzado a posicionarse contra la imagen presidencial para ganar adeptos con miras al 2024. Por un lado, el feminismo conservador se radicaliza y además de la desigualdad económica, critica por igual el manejo de la pandemia y la inseguridad. Por el otro, García Cabeza de Vaca presume una impunidad que convoca a poderes fácticos, violentos, nada institucionales. Inclusive, Ricardo Anaya hace apariciones esporádicas para convocar a que se acabe a la Cuarta Transformación. Quizá Marko Cortés también se apunte para competir por la candidatura presidencial e intente reproducir la conducta de sus antecesores en el PAN.
La impresión de una respuesta tardía al caso Loret de Mola, ha disminuido la aprobación presidencial y la esperanza de un proyecto anti oligárquico que pudiera desarrollar más oportunidades igualitarias para nuestro país. Dicha apariencia hace florecer liderazgos que aprovechan la ocasión para constituirse como un factor poderoso en la sucesión presidencial. Sin embargo, el agotamiento de López Obrador e incluso su desaprobación, no implican el fin del mandato constitucional y todavía hay un periodo largo para que nuevas circunstancias modifiquen los escenarios.
A diferencia de Morena, los liderazgos emergentes del PAN no parecen tener oportunidad alguna por el momento. Se presentan como destellos oportunistas para reunir a los verdaderos poderes fácticos que todavía no deciden su apuesta. La oposición no presenta una candidatura fuerte, que en estos momentos aparezca competitiva frente a las cartas más plausibles del partido en el poder. Los institutos políticos en México continúan hechos trizas y la situación es altamente peligrosa porque puede significar la inclusión de otros factores, como la intervención de los Estados Unidos, del narcotráfico y de los grupos empresariales.
La militancia y la vida interna de los partidos presenta severos daños. Acción Nacional es uno de los partidos más lastimados a causa de una vida interna contradictoria que no logra cohesionar los múltiples liderazgos y que tiene carencia de plataforma e ideas frente a actual gobierno.
Se pretende alejar la idea del Golpe de Estado; empero, se puede advertir una elección de los métodos menos pacíficos para conseguir que AMLO y Morena no trasciendan en el manejo de la administración pública federal. No existe un colapso del Estado Mexicano, lo que se observa es una ansiedad extrema por parte de los grupos exteriores a los partidos políticos para destruir la gobernabilidad en el país. La guerra mediática está incentivando a personalidades como Téllez y García Cabeza de Vaca, su actitud constituye un oportunismo que posiblemente termine por desbordar la institucionalidad partidista.